Comer mondongo en Todos los Santos y Día de Difuntos
El
mondongo, plato típico de Sucre en las festividades de Todos los Santos y Día
de Difuntos, se ha convertido en una bandera de la región.
El
tradicionalista Felipe "Mandingo" Medina compartió que el plato se
solía servir durante las fiestas de la Virgen de Guadalupe, de forma más
modesta, pero con el paso del tiempo fue ganando espacio.
Cientos,
sino miles de personas, lo degustan y cocinan en estos días para disfrutar del
sabor de la carne de cerdo ahogada en ají y del maíz pelado y amarillo.
Los
conocidos chefs Fritz Hamel y Marianela Valda compartieron este feriado algunos
tips a través de Correo del Sur Radio FM 90.1 y 980 AM.
Hamel
recomienda ahogar muy bien el ají para que quede muy bien cocido y no
sobrecocinar el chicharrón para que resulte jugoso, mientras que Valda,
presidenta de la Asociación de Chefs de Bolivia filial Chuquisaca, sugiere
hacer cocer el mote pelado junto con el cuerillo para lograr un mejor sabor.
Receta, según Marta "Tuchi"
Virreira
Publicada
en la revista "Ecos"
1
kilo de pierna de cerdo
1
kilo de costillas de cerdo cortadas.
¼
kilo de ají colorado cocido (ahogado)
2
cabezas de cebolla grandes
4
dientes de ajo
10
tallos de perejil (hoja y tallo)
4
tallos de yerba buena
½
kilo de maíz pelado
2
cucharas de palillo
¼
kilo de cuero de cerdo (cuchi cara)
3
cucharas de aceite
Sal
al gusto
Preparación
Día
antes remojar el pelado en bastante agua.
Al
día siguiente con un cuchillito quitarle las colitas del pelado y ponerlo a
cocer en bastante agua y por largo tiempo, más o menos 6 horas hasta que esté
blando. Si es necesario se aumenta agua.
Cuando
está casi cocido se pone el cuerillo, hasta que esté blando y cocido. Se lo
corta en cuadrados y se vuelve a mezclar.
Cuando
el pelado haya terminado de cocinarse, se deshace el palillo en un poco de agua
y se mezcla. Se pone sal a gusto. Debe tener una consistencia un poco cremosa y
un tono amarillo.
Aparte
se corta el cerdo en pedazos no muy grandes, y se lo hace cocer en agua de
manera que cubra la carne, con sal y yerba buena.
Cuando
el cerdo esté cocido (aproximadamente 45 minutos), se retiran de la olla, se
escurren y se fríen en un poco de aceite. Se reserva.
Se
fríe la cebolla, el ajo y los tallos de perejil hasta que la cebolla se torne
transparente. Esta mezcla se licua con un poco del caldo en el que se coció el
cerdo.
Al
ají que está hirviendo se le agrega esa mezcla licuada (ver en trucos gastronómicos
como preparar el ají chuquisaqueño perfecto).
Finalmente
se vierte el ají, con los componentes mencionados, al cerdo hasta lograr una
consistencia jugosa, agregándole un poco del caldito donde se coció el cerdo.
Se le pone, sal a gusto.
Se
sirve bien caliente con cebollín picado encima del ají y acompañado del pelado
con sus cuadrados de cuerillo.