La devastación del fuego en Los ángeles ingresa a zonas exclusivas donde viven famosos actores
Los Ángeles, esa ciudad que como ninguna otra representa la
fantasía y la imaginación, lució este miércoles como si fuera la escenificación
del fin del mundo. Pero esta vez no se trataba de una superproducción de
Hollywood. La amenaza era muy real y afectó incluso al popular Paseo de la
Fama.
El incendio que se inició el martes en las colinas de Pacific
Palisades, uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad californiana, se
propagaba a una velocidad inusitada por el viento, con una fuerza de hasta 160
kilómetros por hora. Se abrieron otros tres frentes por la noche. Todos los
aviones destinados a arrojar agua se hallaban en tierra debido al vendaval.
A pesar de la continua evolución, las autoridades comentaron
el miércoles que ya se habían registrado “muchos heridos”, casi todos
rescatados, entre los que no pudieron cumplir con la orden de evacuación. Había
al menos cinco muertos, dos de ellos en el fuego de la zona de Pasadena.
Un millón y medio de hogares o establecimientos se quedaron
sin suministro eléctrico en el sur del estado
La orden de evacuación afectaba a unas 155.000 personas, en
especial en el frente original de Palisades, con más de 6.400 hectáreas
arrasadas. El número total ascendía en ese momento a más de 11.000 entre todos
los frentes. Un millón y medio de hogares o establecimientos se quedaron sin
suministro eléctrico en el sur del estado. Los mandatarios instaron a limitar
el consumo de agua para poder usarla en la emergencia.
Más de 1.400 bomberos participaban en las tareas de
extinción y los estados colindantes (Oregón, Washington, Utah o Arizona) habían
empezado a enviar vehículos y efectivos. El presidente Joe Biden, que en una de
esas contradicciones existenciales estaba en California por el nacimiento de
su primer bisnieto, visitó el cuartel
central y calificó de “asombrosa” la situación.
Anunció el despliegue de 2.000 militares. A su lado estaba
el gobernador Gavin Newsom, al que Donald Trump culpó de lo que sucedía por la
regulación para preservar el servicio de agua en un estado castigado por la
sequía. Biden mostró solidaridad, pero su sucesor no desaprovechó la tragedia
para insultar y sacar rédito político. Ni una palabra de compasión.
“Esto no hace más que crecer y tenemos 0% controlado cada
uno de los incendios activos”, alarmó Anthony Morrone, jefe de bomberos del
condado de Los Ángeles. La causa de las llamas todavía se desconocía.
Fue una noche larga que se prolongó una vez amaneció. A pesar del sol, gran parte de la ciudad estaba oscurecida por el telón de humo. “Hay mucho peligro y debéis priorizar la seguridad “, suplicó el jefe Morrone. A lo largo del miércoles, a la vez que se multiplicaba de forma exponencial el terreno arrasado, surgieron otros dos frentes, uno en Hollywood Hills. Todos, los seis, ardiendo en conjunto al mismo tiempo.
Escapar no resultó una tarea fácil. Muchos residentes se
vieron atrapados en los coches al intentar cumplir esa orden y prefirieron
abandonar el vehículo y emprender la huida a pie. Otros optaron por quedarse en
el infierno, hasta que no pudieron más. François Auroux relató cómo escapó en
bicicleta entre una lluvia de ascuas.