El impactante daño que el enojo le produce al cuerpo: cómo afecta al corazón, al estómago y al cerebro
El enojo es una emoción común que todos experimentamos, pero
cuando se vuelve frecuente o intenso, puede tener efectos negativos profundos
en nuestra salud física. No solo afecta nuestra mente, sino también nuestro
corazón y nuestro sistema gastrointestinal.
Un estudio reciente del Journal of the American Heart
Association ha revelado que el enojo puede aumentar significativamente el
riesgo de ataques cardíacos. Los investigadores examinaron cómo tres emociones
diferentes—enojo, ansiedad y tristeza—afectan el funcionamiento del corazón.
Los participantes fueron sometidos a tareas que inducían cada una de estas
emociones, y luego se evaluó el flujo sanguíneo en sus brazos mediante un
manguito de presión.
Los resultados detallados por The Wall Street Journal
mostraron que aquellos en el grupo de enojo presentaron un flujo sanguíneo peor
en comparación con los otros grupos, ya que sus vasos sanguíneos no se
dilataron adecuadamente. Esto sugiere que el enojo puede dañar las arterias con
el tiempo, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Daichi Shimbo, profesor
de medicina en la Universidad de Columbia y autor principal del estudio,
especula que estos “insultos crónicos” a las arterias podrían dejar a una
persona vulnerable a enfermedades del corazón si se enoja con frecuencia.
Impacto del enojo en el sistema gastrointestinal
El enojo no solo afecta el corazón, sino también el sistema
gastrointestinal. Cuando alguien se enoja, el cuerpo produce numerosas
proteínas y hormonas que aumentan la inflamación. Esta inflamación crónica
puede incrementar el riesgo de varias enfermedades.
El sistema nervioso simpático, o “sistema de lucha o huida”,
también se activa durante episodios de enojo, desviando el flujo sanguíneo del
intestino hacia los músculos principales. Stephen Lupe, director de medicina
conductual en el departamento de gastroenterología, hepatología y nutrición de la
Clínica Cleveland, explica que esto ralentiza el movimiento en el tracto
gastrointestinal, lo que puede causar problemas como el estreñimiento.
Los alimentos ultraprocesados podrían estar dañando tu
cerebro
Además, el enojo provoca que los espacios entre las células
en el revestimiento de los intestinos se abran, permitiendo que más alimentos y
desechos pasen a través de estos espacios, creando más inflamación. Esta
inflamación puede manifestarse en síntomas como dolor abdominal, hinchazón y
estreñimiento.
Consecuencias del enojo en el cerebro y la función cognitiva
El enojo puede tener un impacto profundo en nuestro cerebro
y en nuestra capacidad cognitiva. Según Joyce Tam, profesora asistente de
psiquiatría y ciencias del comportamiento en el Centro Médico de la Universidad
Rush en Chicago, el enojo involucra las células nerviosas en la corteza
prefrontal, la parte frontal del cerebro que afecta la atención, el control
cognitivo y la capacidad de regular emociones.
Cuando nos enojamos, el cuerpo libera hormonas del estrés en
el torrente sanguíneo. Niveles altos de estas hormonas pueden dañar las células
nerviosas en la corteza prefrontal y el hipocampo. El daño en la corteza
prefrontal puede afectar la toma de decisiones, la atención y la función
ejecutiva, mientras que el hipocampo, siendo la parte del cerebro principal
para la memoria, puede ver interrumpida su capacidad para aprender y retener
información.
Identificación de niveles de enojo preocupantes
Es crucial identificar si estamos enojados con demasiada
frecuencia o intensidad. Según Antonia Seligowski, profesora asistente de psiquiatría
en el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, no
hay una regla estricta, pero debemos preocuparnos si estamos enojados durante
más días de los que no, o si experimentamos enojo durante grandes partes del
día.
El enojo ocasional es normal y parte de la experiencia
humana, pero cuando una emoción negativa se prolonga y se vuelve más intensa,
puede ser perjudicial para nuestra salud. Seligowski sugiere prestar atención a
la frecuencia y duración de nuestro enojo para determinar si estamos
experimentando niveles preocupantes.
Estrategias y técnicas para manejar el enojo de manera
saludable
Existen varias estrategias para manejar el enojo de manera
que minimice su impacto negativo en nuestra salud. Stephen Lupe de la Clínica
Cleveland recomienda técnicas como la meditación, la hipnosis y la atención
plena. Estas prácticas pueden ayudar a reducir la respuesta del cuerpo al enojo
y promover una mayor calma.
La comunicación constructiva del enojo, según
psicoterapeutas, es clave para evitar problemas de salud relacionados con esta
emoción. (Imagen Ilustrativa Infobae)
La comunicación constructiva del enojo, según
psicoterapeutas, es clave para evitar problemas de salud relacionados con esta
emoción. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Otro enfoque es aprender a expresar el enojo de manera más
saludable. En lugar de reprimir o explotar, se puede intentar reconocer y
expresar el enojo de forma constructiva. Por ejemplo, en lugar de gritar o
lanzar objetos, se puede decir: “Estoy enojado porque X, Y y Z, y por eso no
quiero comer contigo o necesito un abrazo o apoyo”. Este tipo de comunicación
puede ayudar a mitigar el enojo y evitar su acumulación.
Además, Antonia Seligowski sugiere realizar ejercicios de
salud mental, como ciertas formas de terapia conversacional o ejercicios de
respiración, que pueden mejorar algunos de los problemas físicos causados por
el enojo./Infobae