Williams Kañiman y el Alto Mando militar golpista

Antes de la dimisión de Evo, Kaliman y López trataron todo y mantuvieron fluido contacto

Antes de la renuncia del presidente Evo Morales, el 10 de noviembre de 2019, el entonces comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, mantuvo un flujo de llamadas con Luis Fernando López, el operador de Luis Fernando Camacho.

Así lo consigna el cuaderno de investigaciones del caso Golpe de Estado, que investiga los hechos de antes, durante y después de la dimisión del mandatario, hasta horas antes de la proclamación de la senadora Jeanine Áñez.

Susana Rivero, otrora diputada del Movimiento Al Socialismo (MAS), develó detalles de las horas previas de la renuncia de Morales, a las 16.50 de ese día en Chimoré, Cochabamba, junto al vicepresidente Álvaro García.

“Los investigadores hacen un cruce de llamadas de los celulares de todos para detectar primero dónde están ubicadas las personas, en qué lugar y luego quiénes hablan con quiénes”, contó ayer en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

Kaliman y López

Explicó que en ese cruce llamadas “es Kaliman el que le llama a López, no López a Kaliman. Se sabía que ellos eran compañeros de promoción”, develó Rivero, que hace seguimiento al proceso.

Los generales Flavio Gustavo Arce San Martín, entonces jefe de Estado Mayor, y Jorge Pastor Mendieta Ferrufino, comandante del Ejército, contaron detalles del caso en sus declaraciones ante la comisión de fiscales Omar Mejillones, Ingrid Feraudi Guerra y Cristhian Copa Salguero.

Según el documento, la reunión que sostuvieron el enviado de Camacho y Kaliman tuvo lugar en el Comando General de las Fuerzas Armadas, entre las calles 9 y 10 de Obrajes, en La Paz.

Precisamente, Arce San Martín y Mendieta fueron sentenciados el jueves en juicio abreviado, al admitir la comisión de delitos de encubrimiento y asociación delictuosa. También, los entonces comandantes de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), general Gonzalo Terceros Lara, y de la Armada, almirante Palmiro Jarjury.

En su caso, Terceros también fue condenado bajo cohecho pasivo. Según denuncia del Ministerio de Gobierno, el 12 de noviembre de 2019, el día de la proclamación de Áñez, el jefe de la FAB recibió dos depósitos de dinero (Bs 29.000) de parte de Camacho.

Los cuatro jefes militares fueron parte de la conferencia de prensa de ese domingo, en la que Kaliman sugirió la renuncia. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, decía el comunicado que el jefe militar leyó a las 15.48, hora y dos minutos antes de la renuncia del presidente Morales.

Susana Rivero

Rivero consideró que las llamadas entre Kaliman y López serán “una prueba central” de las investigaciones del caso Golpe de Estado 1, cuyas imputaciones y juicio oral están pendientes, salvo el proceso abreviado librado para los cuatro exjefes militares.

 

La exdiputada recordó que ese 10 de noviembre, fuera del hotel Casa Grande, donde el líder cívico había instalado su cuartel de operaciones en La Paz, “Camacho agradece a los militares por estar con su pueblo y vuelve a pedir la renuncia de toda la sucesión: presidente, vicepresidente, diputados, senadores y ahí propone que gobierno una junta de notables”.

Según registros de transmisión del mitin en el hotel a través de redes sociales, más allá de las 11.11 de ese día, Camacho agradece especialmente a Kaliman “por haber estado con su pueblo”.

Rivero contó también que el entonces líder cívico se reunió con miembros de la Unidad Táctica de Operaciones (UTOP).

Poco más de un después de esos sucesos, Camacho contó con detalles su actuación, el acuerdo con policías y militares, además con un dirigente, en un homenaje que le rindieron los compañeros de su fraternidad (descubrieron un mural con su imagen en el hall del Palacio Quemado). Un video publicado el 27 de diciembre develó su acuerdo con la UTOP. “Fue hermoso. Llegamos al hotel, con dos movilidades, ocho policías y unas siete motos. Paran afuera del hotel. Y (el coronel) les dice: ‘Sáquense sus uniformes, sus mochilas y vístanse’. Se sacan el traje y me dice: ‘El general de la Policía es masista, pero a partir de hoy nosotros nos hacemos cargo de su seguridad como civiles, ya no somos policías’”, rememora Camacho en el documento.

Dimisión

Ese general era Yuri Calderón, comandante de la Policía Boliviana. A través de un comunicado leído a las 16.08, pide también la renuncia de Morales. Lo hace en atención “a los camaradas que están movilizados en la UTOP”.

La exdiputada contó que el transcurso de las acciones de Camacho, López y el jefe militar, “Evo Morales le llama 10 veces a Kaliman. Kaliman no le responde al presidente constitucional”.

“El comandante en jefe empieza a coordinar todo con el operador de Camacho desde las 14.00” de ese domingo, afirmó Rivero.

En el video, se escucha decir a Camacho: “La historia fue tan hermosa en el transcurso de todo, que fue mi padre que cerró con los militares para que no salgan; fue por esa razón que la persona que fue justamente a hablar con ellos y coordinar todo fue Fernando López, actual ministro de Defensa; es por eso que está de ministro de Defensa para cumplir los compromisos. En la Policía, fue de la misma manera mi padre”.

En medio de esa coordinación entre Kaliman y López, otro enviado de Camacho, Jerjes Justiniano Atalá, participaba en su representación de la reunión de la Universidad Católica Boliviana (UCB). Allí, el monseñor Eugenio Scarpellini (+) discutió con políticos de oposición la sucesión presidencial y llamó, a través de Ricardo Paz, entonces asesor de Carlos Mesa, a Jeanine Áñez para proponerle el cargo.

Esa noche, Áñez ya se sabía presidenta. Dos días después, se autoproclamaba mandataria en una Asamblea Legislativa sin quorum ni presencia del oficialismo.