Arce aboga por la paz en Medio Oriente y demanda reunión de la ONU para evitar un conflicto mundial

La escalada de hostilidades en la Franja de Gaza tiene un impacto catastrófico en la infancia y  sus familias. Los niños están muriendo a un ritmo alarmante: según los informes, más de 13.000 personas han muerto en este conflicto y miles más han resultado heridas. Además, se calcula que en la Franja de Gaza hay cerca de 1,7 millones de personas desplazadas, de las cuales más de la mitad son niños y niñas. La población carece de agua, alimentos, combustible y medicinas. El conflicto ha dañado sus hogares y ha destrozado familias enteras.

En las guerras, es la infancia la que más sufre. El costo de la violencia para los niños y sus comunidades se sentirá en las futuras generaciones.

Incluso las guerras tienen reglas. Ningún niño debería ser privado de los servicios esenciales ni quedarse fuera de la cobertura de la ayuda humanitaria. Ningún niño debería ser tomado como rehén ni sufrir ningún tipo de abuso en los conflictos armados. Los hospitales y las escuelas deben ser protegidas de los bombardeos y, de conformidad con el derecho internacional humanitario, no deben utilizarse con fines militares.

¿Qué está pidiendo UNICEF?

Para responder a la situación de los niños y niñas en Israel y el Estado de Palestina, UNICEF pide:

Un alto al fuego humanitario inmediato inmediato y duradero.

Acceso seguro y sin trabas de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y dentro de ella para llegar a las poblaciones afectadas dondequiera que se encuentren, incluidos los territorios del Norte. Deben abrirse todos los pasos fronterizos, en particular para proporcionar el combustible y los materiales necesarios para la puesta en funcionamiento y restablecimiento de infraestructuras críticas y suministros comerciales. Asimismo, debe garantizarse la seguridad de circulación de los trabajadores humanitarios y suministros en la Franja de Gaza y debe garantizarse la disponibilidad de una red de telecomunicaciones fiable para coordinar la respuesta.

La liberación inmediata, segura e incondicional de todos los niños y niñas secuestrados, así como prevenir y poner fin a los ataques contra la infancia, incluidos asesinatos y mutilaciones.

Respeto y protección de las infraestructuras civiles, como refugios y escuelas, y de las instalaciones sanitarias, de electricidad, agua y saneamiento, para evitar la pérdida de vidas civiles y niños, prevenir el brote de enfermedades y garantizar la atención a personas enfermas y heridas. Todas las partes en conflicto deben respetar el derecho internacional humanitario.

Que a las emergencias médicas en Gaza se les permita salir o recibir servicios médicos críticos, y que los niños o niñas heridos o enfermos sean evacuados y estén acompañados por sus familiares.