Balance de una década: TK-1 recupera el 80% de inversión y planea un futuro espacial

El Túpac Katari (TK-1), el primer satélite boliviano en el espacio, está a punto de cumplir una década en órbita, mostrando un rendimiento cercano al 80% de recuperación de la inversión inicial de 2.100 millones de bolivianos. Con entre cinco y seis años restantes de vida útil, se espera que este satélite recupere la inversión completa en aproximadamente dos años, si los ingresos por servicios se incrementan como se prevé. 

Dirigido por la Agencia Boliviana Espacial (ABE), el TK-1 ha sido fundamental en la prestación de servicios de telecomunicaciones, ofreciendo principalmente televisión satelital e internet con una cobertura del 98% del territorio nacional. Con una compleja maquinaria espacial diseñada para volar durante 15 años, se prevé que el TK-1 seguirá operativo hasta 2029, momento en el que se agotará su "combustible".

Tras el ciclo de vida de este satélite, el gobierno boliviano contempla la posibilidad de lanzar un nuevo satélite de telecomunicaciones para asegurar la conectividad en áreas remotas del país. Aunque no se han definido proyectos concretos ni costos de inversión, se destaca la importancia de mantener soluciones de conectividad en el país

Además, se menciona la intención previa del gobierno de lanzar un segundo satélite boliviano de observación o prospección un año después del TK-1, aunque este plan fue pospuesto debido a la disminución de ingresos de la renta del gas a partir de 2014. 

En cuanto a los costos del proyecto, se detalla que el Estado invirtió un total de 2.101 millones de bolivianos, financiados en parte por un crédito externo. Los ingresos derivados de los servicios de comunicación del satélite han aumentado gradualmente desde su puesta en órbita en 2013, alcanzando su punto más alto este año con 260 millones de bolivianos, lo que suma un total de aproximadamente 1.708.551.113.92 bolivianos facturados hasta la fecha. 

Además de los ingresos generados, la Agencia Boliviana Espacial ha cubierto gastos por impuestos, energía eléctrica y sueldos durante estos diez años, lo que refleja el compromiso continuo del proyecto con las obligaciones financieras y operativas.