Don Carlos y don Bernardo son dos vecinos de la zona de Linde, Tiquipaya, que le abrieron las puertas de sus casas a OPINIÓN para retratar la dura historia de aquellos que lo pierden todo en cuestión de horas.

Muchos han quedado sin nada. El patrimonio de toda una vida de trabajo se les fue de las manos con las lluvias que azotaron Cochabamba desde la noche de este jueves. Y también perdieron a los seres más nobles y llenos de amor de sus hogares, las mascotas.

La historia de don Carlos Villegas retrata el enunciado anterior a la perfección. Él se encontraba en su vivienda junto a sus seis gatos y dos perros, cuando, mientras dormía, el agua empezó a invadir su vivienda.

En cuestión de segundos, su domicilio se empezó a desplomar. Su hogar construido con ladrillos y una especie de cielo raso tipo calamina se han venido abajo, hasta el punto en que el techo cayó sobre el cuarto donde se encontraba él junto a sus animales.

“Tenía seis gatos, solo se salvó uno. El resto está enterrado acá”, contó, afligido, el ciudadano.

Otro de los vecinos de la zona que vio el fruto de años de trabajo irse con el agua fue don Bernardo.

El hombre contó que se encontraba descansando en su cuarto cuando se dio cuenta de la lluvia implacable. Al abrir la puerta, “el agua entró (como río) y no pude ya hacer nada”.

Al tratarse de viviendas en la zona construidas de manera inestable, ladrillos y hasta pajas, el domicilio se empezó a venir abajo, pues no escapa a las características del resto, que responde a la precariedad.

Tan solo dos historias de decenas de familias cochabambinas que han padecido la inclemencia del tiempo en un episodio conocido, las lluvias de inicio de año./Opinión