El Gobierno desmiente acusaciones de 'autogolpe', calificándolas como una ‘falacia inaceptable’
Ante el discurso emergente en
opositores sobre un “autogolpe” orquestado por el presidente Evo Morales en
2019, el vocero presidencial Jorge Richter remarcó ayer que hablar de ello es
una “falacia inaceptable”, ya que entonces hubo un golpe de Estado.
El martes, los diputados del
ala arcista Andrés Flores, jefe de bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS),
y Deisy Choque dijeron que en la crisis de 2019 Morales “instruyó” a la Central
Obrera Boliviana (COB) y al Pacto de Unidad que soliciten su renuncia.
Esto fue aprovechado por los
expresidentes Carlos Mesa, Jeanine Áñez, Jorge Quiroga y el gobernador Luis
Fernando Camacho para querer instalar la tesis de un “autogolpe” y poner dudas
sobre el discurso del Movimiento Al Socialismo (MAS) de que en noviembre de
2019 se aplicó una ruptura del orden constitucional.
“Señalar que en estos
momentos, que a raíz de unas declaraciones como un hecho aislado dentro de lo
que significó el proceso del año 2019, que ésta es la prueba para afirmar que
se trata de que aquí hubo un autogolpe, eso no tiene una consistencia”, dijo
Richter.
Indicó que Áñez, Mesa, Quiroga
y Camacho vienen buscando desde 2019 una “salvación argumentativa” que señale y
respalde de que no hubo un golpe de Estado. Mencionó que los hechos develan
claramente que ellos generaron una ruptura institucional.
‘Falacia’
“Entonces, señalar y decir de
forma tan simplificada que una declaración exculpa o devela lo que ellos
señalan, de que esto hubiese sido un autogolpe, es claramente una falacia
inaceptable. El golpe de Estado es la consecuencia, hay hitos que hemos podido
observar”.
El 10 de noviembre de 2019,
Morales renunciaba a la presidencia, asediado por denuncias de fraude
electoral, protestas cívicas lideradas por Camacho, un motín policial y la
presión de los militares.
Dos días después, tras
reuniones extralegislativas, asumió el poder la entonces senadora opositora
Áñez, quien ahora se encuentra en la cárcel con una sentencia en primera
instancia de 10 años de prisión, en el caso Golpe de Estado II. Según la
Fiscalía, ella se proclamó presidenta en una sesión legislativa sin el quórum
respectivo y sin respetar el reglamento de la Cámara Alta.
ALEGATOS
Richter indicó que hay varias
inconsistencias en los alegatos de quienes participaron en el “golpe”. Por
ejemplo, la alta dirigencia de la Conferencia Episcopal Boliviana, que en un
informe señala que no participó de la toma de posesión de Áñez, el 12 de
noviembre de 2019. Pero, al finalizar su discurso de toma de mando del país, la
exmandataria saludó a representantes de la comunidad internacional presentes y
también a las autoridades de la CEB.
“Más allá de la
intencionalidad discursiva, claramente existe y se ha demostrado por los hechos
un golpe de Estado. Porque el vacío de poder que fue una construcción
artificial para justificar lo que después hizo la señora Áñez, está claramente
señalado en la Constitución Política del Estado cuál es el mecanismo para poder
elegir a un Presidente o una Presidenta del Estado”.
El caso Golpe de Estado I
investiga precisamente el derrocamiento de Morales. El principal implicado es
Camacho, quien comandó las movilizaciones cívicas. Incluso reveló, en un video,
que su padre “cerró” con policías y militares para que no intervengan en ayuda
del gobierno de entonces. El expresidente cívico cruceño se encuentra con
detención preventiva en la cárcel paceña de Chonchocoro, desde diciembre del
año pasado./ La Razón