La Paz también vibra con el Carnaval. Este lunes fue el turno del Jisk’a Anata de tomar las calles del centro paceño, en un despliegue de cultura y alegría que deleitó a cientos de personas que se dieron cita en el recorrido.

“Mucha alegría, mucha moderación, mucha fuerza”, fue el mensaje del alcalde Iván Arias, en el inicio de este evento.

La Paz fue testigo de más de cinco horas de baile, que empezó poco antes del mediodía. Las agrupaciones mostraron con entusiasmo las danzas del occidente, sur, oriente y norte del país, mientras el público aplaudía.

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“Estamos trabajando para que no haya baches y sea fluida la entrada, queremos posicionar el Jisk’a Anata como una alternativa más del Carnaval en Bolivia, así que hay que darle trabajo y hay que dar esfuerzo y disfrutar”, dijo el secretario municipal de Cultura y Turismo, Rodney Miranda.

Desde el salay, hasta el tinku, ch’utas y pepinos pasaron por el palco; en total 68 agrupaciones fueron parte del tradicional Jisk’a Anata. Este año, se apostó por una entrada de inclusión con participación de grupos como Olimpiadas Especiales, Ángeles de Dios, Tarkeada Luis Braille.

Bailarines de todas las edades fueron parte de este evento, que empezó en la avenida Montes hasta la Simón Bolívar, donde el juego con espuma no faltó.

“La organización está muy buena, estamos en horario, hemos empezado a las once, como se había quedado, y bueno el balance es positivo no solamente del Jisk´a Anata sino también de todas las actividades que se ha llevado en el Carnaval paceño”.

Se acaba el Jisk’a Anata y este martes llega la hora de ch’allar./La Razón