España determina deportar a los 69 bolivianos con visados falsos varados en Barcelona
El destino de
los 69 ciudadanos bolivianos que viajaban en un crucero con visados falsos ha
sido decidido por las autoridades españolas. Tras dos días con la embarcación
paralizada en el puerto de Barcelona, los viajeros fueron desembarcados este
jueves por la mañana para iniciar un proceso administrativo que culminará con
su deportación a Bolivia.
Los pasajeros
argumentaron haber sido víctimas de una estafa por parte de una agencia de
viajes que les vendió un paquete que incluía el crucero y visados válidos para
Europa. En tanto, el crucero, con 1500
pasajeros a bordo, retomó su ruta hacia Venecia tras el desembarco de los
bolivianos, en cumplimiento de un acuerdo entre las partes involucradas.
Las autoridades
españolas han denegado el acceso a territorio español a los 69 bolivianos,
incluyendo 14 menores de edad, quienes se encuentran ahora en una "zona de
tránsito". Aunque pueden solicitar asilo, las posibilidades de éxito son
bajas, ya que Bolivia no cumple con los requisitos para ello.
Mientras se
tramitan los procedimientos de denegación de entrada, la empresa ha reubicado a
los bolivianos en un ferry que llegó desde Livorno (Italia) y permanecerá
anclado en el puerto de Barcelona. La deportación se realizará por vía aérea y
será costeada por la empresa, con destino final a la ciudad de La Paz.
Los pasajeros,
que salieron de Bolivia en marzo, se embarcaron en el crucero en Brasil. Su
objetivo final, según indicaron ellos mismos, era llegar a Barcelona e
instalarse en España para trabajar y mejorar sus condiciones de vida.
El buque partió
de Santos (Brasil) el 17 de marzo con los 69 bolivianos a bordo, quienes
portaban visados que parecían válidos para entrar en el espacio Schengen. Las
autoridades brasileñas y la propia compañía naviera no detectaron ninguna
irregularidad en la documentación durante el embarque.
Sin embargo,
una vez en ruta hacia la península Ibérica, la empresa envió la documentación a
las autoridades españolas, quienes confirmaron la falsificación de los visados.
Como consecuencia, se les denegó el desembarco en Málaga y Barcelona, lo que
obligó a la embarcación a permanecer en el puerto catalán durante dos días con
todos sus pasajeros a bordo mientras se resolvía la situación.