“La agenda feminista acabará con nosotros”: señores fuera de sí tras ver ‘Barbie’

Barbie está batiendo récords este verano. Tras una gira promocional que será estudiada como una de las mejores campañas de marketing, su estreno se convertía —el pasado día 21 — en el más taquillero de la historia firmado por una mujer directora, Greta Gerwig. Diez días después de su llegada a las salas, la comedia que da vida a la muñeca de Mattel ya ha recaudado 770 millones de dólares en todo el mundo, una cifra que en los últimos años solo alcanzaban las franquicias de superhéroes.

Con Margot Robbie y Ryan Gosling a la cabeza del elenco, la aproximación de Gerwig al icono (tan controvertido como popular) es una película ácida y divertida, con un muy inteligente guion, trabajo conjunto de Gerwig y su pareja, Noah Baumbach. Referencias, chistes o feminismo pop sobre una escenografía pastel de la que es imposible apartar la vista desde el primer minuto de proyección. Un universo rosa que ya es un fenómeno y ha dado el salto a las propias salas y al vestuario de los espectadores en una inesperada comunión.

Señalada como enemiga a batir por las feministas en los años sesenta, por perpetuar estereotipos sexistas, la muñeca Barbie también ha enseñado a las niñas a “ser lo que quieras”, hoy es una figura compleja por su historia o significaciones. Emblema del consumismo, su llegada a los cines ha provocado un previsible (pero no por ello menos ameno) giro de guion en el que numerosas personalidades de la ultraderecha mediática de Estados Unidos han resumido el argumento en que Barbie es una película que odia a los hombres. La Alt-right en Norteamérica, al igual que la extrema derecha en Europa, ha escogido la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres como uno de los principales avances a batir.


Sin levantar ni una de las múltiples capas de la historia de Gerwig, varios han sido los que se han visto en la necesidad de correr a sus redes sociales para compartir indignación. Una furia explosiva que se ha saldado con varias muñecas quemadas en piras por hombres que ya superan la cuarentena. Su sentencia de culpabilidad rezaba que querían implantar “la agenda feminista” o convertir a Ken en un personaje “con poca testosterona”.

Según muchos tuiteros la cinta de Greta Gerwig convierte al muñeco de plástico Ken en un ejemplo de lo que las feministas quieren hacer con los hombres.

“Hay mucha pasión”, decía la propia directora del filme en una entrevista con The New York Times tras el estreno. “¿Anticipaste el volumen de críticas que las personalidades de derechas están arrojando sobre la película por ser woke, quemando sus Barbies?”, le preguntaban, aludiendo al término que pasó de definir a las personas concienciadas socialmente a ser arma arrojadiza de la derecha; a lo que la creadora de Lady Bird contestaba: “Espero que la película sea una invitación a que todos formen parte de la fiesta y dejen de lado las cosas que no nos sirven como mujeres u hombres. Espero que toda esa pasión, si la ven o si se involucran con ella, les pueda dar algo del consuelo que les dio a otras personas”.

Pero consuelo encuentra poco el youtuber The Critical Drinker, que ante sus casi dos millones de seguidores confiesa sentirse engañado por el tráiler: no esperaba 114 minutos de “rabia y odio hacia los hombres”. No lo pasó bien, cuenta en el vídeo en el que muestra su sincera preocupación por cómo afectará esta historia a las niñas. “Ver esta película ha sido una de las experiencias más miserables y desmoralizadoras que he tenido como crítico de cine. Realmente me hizo preguntarme hacia dónde vamos como sociedad”, resumía.

Sin entrar en preguntas retóricas, Elon Musk propone el juego de los chupitos, aparentemente molesto por el número de veces que en la cinta se dice ‘patriarcado’: “Si te tomas un chupito cada vez que Barbie dice la palabra ‘patriarcado’, te desmayarás antes de que termine la película”, tuiteaba el hombre que ha acabado con el pajarito de Twitter para sustituirlo por un símbolo que bien podría decorar su Mojo Dojo Casa House.

Tampoco le gusta que se hable del patriarcado a Ben Shapiro: “Todo lo que necesitas saber de #BarbieTheMovie es que usa la palabra ‘patriarcado’ más de 10 veces sin ironía”, escribía en Twitter. El comentarista reaccionario ha sido uno de los primeros en posicionarse con dos vídeos en los que da rienda suelta a su rabieta. En el primero quema a varias muñecas en una barbacoa y en el segundo, Barbie es basura, pero no te está permitido decirlo, (y pese a no estarle permitido) se despacha con una hora de quejas ante la cámara. El escritor no concibe, por ejemplo, que Hari Nef, una actriz trans, tenga una voz más profunda que la suya. Los tuiteros le han contestado con memes con su foto ataviado con atuendos salidos de la Dreamhouse de Barbie.

Shapiro no es el primero que se lanza a la quema de brujas. La ultraderecha ya ha tomado como costumbre lo de prender fuego a todo lo que considera emblema de lo woke y  antes que las Barbie ya sucumbieron a las llamas zapatillas Nike, cuchillas de afeitar de Gillette y hasta cervezas.

A diferencia de lo que sucede en el guion medio de cualquier género de película con los personajes femeninos, Gerwig se toma el recorrido del personaje de Ken tan en serio como el de Barbie. Pero eso no le basta a la mujer del congresista republicano Matt Gaetz, Ginger Gaetz: tras posar vestida de rosa en la alfombra roja del estreno, corrió a su cuenta de Twitter para llamar al boicot del largometraje porque “la película de Barbie de 2023 desafortunadamente no aborda ninguna noción de fe o familia y trata de normalizar la idea de que las mujeres no pueden colaborar positivamente con los hombres (puaj)”. Además, Gaetz encuentra “decepcionante la poca T [testosterona] de Ken”.

Piers Morgan, célebre por sus comentarios misóginos y xenófobos, tampoco podía faltar a esta fiesta a la que se suma con una inquietante pieza en New York Post titulada Si hiciera una película que tratara a las mujeres de la forma en que Barbie trata a los hombres, las feministas me querrían ejecutar, en la que muestra su estupefacción ante el concepto de ‘patriarcado’, “secuestrado y corrompido por las feminazis”. Demostrando haber puesto toda su atención a la cinta, concluye que el mensaje claro de esta es “que la única solución a este terrible estado de cosas patriarcal es que las mujeres gobiernen el mundo”.

Por su parte, el senador Ted Cruz, rival en 2016 de Donald Trump por el control del partido republicano, fue bastante más allá antes incluso del estreno del filme. A él le bastó una escena de pocos segundos de Margot Robbie frente a un mapa para sentenciar que la cinta es “propaganda comunista china”. El político ha desarrollado una teoría, a la que se han sumado otros, como la fundación de George W. Bush, por la que el mapa mostraría la línea de los nueve puntos (o línea en forma de U) que usa China para reclamar como suyo una zona del mar de la China Meridional. No importa que en la película solo se cuenten ocho puntos o que la productora Warner Bros. haya zanjado la polémica: “El mapa es un dibujo infantil con pinturas crayola. Los garabatos simulan el camino de Barbie para llegar desde Barbieland hasta el mundo real”, decían en Variety en un comunicado difícil de leer en voz alta por cualquier mayor de edad sin soltar una risita.

El mapa de Barbieland

El controvertido mapa para viajar al mundo real desde Barbieland que algunos han tomado como «propaganda comunista china». FOTO: CORDON PRESS

En España, que Yolanda Díaz escogiera la película para pasar la tarde durante la jornada de reflexión, colocó automáticamente al largometraje en la diana de los más reaccionarios, indignados porque todo se politice. “Para adaptarlo a la nueva religión sin dios ni fe alguna, simplemente para transformar hasta algo tan sencillo e inocente como una muñeca, en el símbolo del feminismo postmoderno y de la era digital”, se publicaba tras las elecciones.

Barbie

«La agenda feminista nos matará a todos», reza uno de los carteles intervenidos con una reseña de la película. FOTO: TWITTER @TECHNICALLYRON

Aunque quizá las mejores reacciones estén en las críticas a la película en la web Rotten Tomatoes, donde a pesar del hate el título tiene una puntuación de 8,9: “Un caballo de Troya con tacones desde el que se defienden todas las tonterías feministas” o “Barbie es una película sobre Barbie hecha con la conciencia política, la coherencia y la inteligencia de la muñeca”. El usuario de Twitter @TechnicallyRon ha escogido algunas de las mejores de la App Letterboxd y las ha utilizado para intervenir el cartel promocional; seguro de que algunas son buenos reclamos para que la gente siga yendo al cine: “Una película alienante, peligrosa y perversa”, “La agenda feminista acabará con nosotros”, “No estarán contentos hasta que todos seamos gays” o “un viaje de ácido rosa que se siente como ser abofeteado por personas atractivas y confusas”./ EL PAÍS