La sequía mata a ovejas y llamas en tierras de Chipaya - Oruro

En el suroeste del departamento de Oruro, específicamente en el pueblo Chipaya, las fuentes de agua fundamentales son los ríos Lauca y Barras. Estos dos afluentes son esenciales para abastecer de agua a los cuatro ayllus de la comunidad altiplánica: Aransaya, Ayparavi, Manasaya y Wistrullani.

Durante la época seca, que abarca desde abril hasta diciembre, se registra una disminución en el nivel del caudal de estos ríos debido a la escasez de lluvias. Esta situación afecta directamente a los territorios de Ayparavi y Wistrullani, los cuales se encuentran alejados de estas dos fuentes de agua, reporta La Razón.

Chipaya, que constituye la tercera sección de la provincia Sabaya, cuenta con una población de 2.003 habitantes según el Censo de Población y Vivienda de 2012. La tasa de crecimiento de esta población se situaba en un 0,84% con respecto al empadronamiento de 2001.

En los meses secos, la comunidad de Chipaya recurre a las vigiñas, excavaciones profundas utilizadas para extraer agua del subsuelo o almacenarla en previsión de lluvias. Sin embargo, en el presente año, este sistema no funcionó adecuadamente, ya que los depósitos se agotan rápidamente debido a la acción de los fuertes vientos que transportan tierra salina del salar de Coipasa, conocido por sus reservas de litio anunciadas por el Gobierno.

La mezcla de agua con polvo salino la vuelve salada, lo que la hace inapropiada tanto para el consumo humano como para el de los animales.

En cuanto a la situación de los animales en Chipaya, Francisco Huarachi, corregidor de los cuatro ayllus del pueblo, señala que la falta de lluvia provoca la sequedad de los pastos, lo que impacta negativamente en la alimentación de las ovejas y llamas, que son fundamentales para la economía local. Esta realidad se hace evidente al observar cadáveres de llamas y ovejas dispersos en la zona, especialmente crías, algunos de los cuales datan de hace una semana, mientras que otros han fallecido poco antes de la visita de esta periodista, acompañada por autoridades locales.

Huarachi lamenta la pérdida de estos animales, ya que representan un considerable costo económico para la comunidad, que depende en gran medida de la cría de ovejas y llamas. Además, destaca que este año los chipayeños también han sufrido la pérdida de sus cultivos de quinua debido a la falta de agua, agravando una sequía que ya se extiende desde el año 2022.