Luis Fernando Camacho luce demacrado y denuncia 'dictadura' desde prisión
Este miércoles, el gobernador
de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, compareció en una audiencia virtual
debido a la presentación de un recurso de resoluciones de excepciones e
incidentes por parte de su defensa, en el caso Golpe I, reporta El Deber.
Durante la sesión, se pudo
notar la preocupante salud del líder departamental, mostrando signos evidentes
de deterioro físico y marcadamente demacrado, en contraste con su última
aparición pública. La situación ha generado inquietud en la opinión pública y
ha puesto en el centro de atención el estado de salud del gobernador.
Camacho, utilizó sus redes
sociales para denunciar al gobierno de Luis Arce como una
"dictadura".
En su mensaje, Camacho expresó
su frustración al no poder recibir a sus médicos, pero hizo hincapié en que el
problema no se limita a su persona, sus médicos o su salud.
Recordemos que Camacho fue una
figura destacada en las movilizaciones de 2019 que condujeron a la caída del
entonces presidente Evo Morales. El 28 de diciembre del año pasado, fue
aprehendido y posteriormente recluido en el penal de Viacha.
Gobierno de Arce
Entonces presidente del Comité
pro Santa Cruz, lideró las protestas contra el gobierno por el presunto fraude
en las elecciones del 20 de octubre de 2019, reporta La Razón.
Durante las movilizaciones, Luis
Fernández Camacho, amparado en sendos cabildos, hizo una serie de declaraciones
y propuestas que captaron la atención del país.
Entre sus acciones más
destacadas, Camacho declaró el "punto final" de Evo Morales,
conminando al mandatario a renunciar en 48 horas. Asimismo, atienda un pliego
de demandas con la Policía para su atención en el "próximo" gobierno.
El líder de Santa Cruz también
invocó a las Fuerzas Armadas y procedió la renuncia de toda la sucesión
constitucional, abogando para que la decana del Tribunal Supremo de Justicia
asuma el cargo. Además, planteó la creación de una "junta de
notables", señala La Razón.
Además, de su propia voz se
supo que su padre «cerró» acuerdos con militares y policías, y confesó haber
acordado con un «líder» de los mineros tumbar a Morales a dinamitazos y con
6.000 si es que el dirigente cívico no lo conseguía hasta el 10 de noviembre de
ese año.
La caída de Morales se decantó
luego con un motín policial, la sugerencia de renuncia planteada por el Alto
Mando de las Fuerzas Armadas y por el entonces comandante de la Policía, Yuri
Calderón. También pidió la renuncia el secretario ejecutivo de la Central
Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi.
Morales renunció a las 16.52
del 10 de noviembre en Chimoré, horas después de un informe preliminar
adelantado de Organización de Estados Americanos (OEA) que estableció presunta
«manipulación dolosa» en los comicios.
En sus tuits de este jueves,
Camacho justificó: «El problema de fondo es la falta de democracia y el plan de
Arce para instalar una dictadura en Bolivia».
«Ante eso, digo con firmeza
que el futuro es de la democracia y digo que la democracia se hace desde la
unidad», exhortó una vez más.