Mauricio Carrasco, periodista de la ABI, logra el segundo lugar del famoso Premio Gabo

El periodista Mauricio Carrasco, de la Agencia Boliviana de Información (ABI), alcanzó el segundo lugar en categoría Texto del famoso concurso que auspicia la Fundación Gabo, institución fundada por el periodista y Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

“Los fríos del alma recorren mi cuerpo. Es un privilegio llegar hasta aquí. (Este reconocimiento) demuestra también que el periodismo boliviano goza de un gran prestigio internacional, aunque no lo sepamos. En estas coincidencias del destino, el premio llega el mismo día en el que dos de mis hermanas fallecieron ya hace algún tiempo en un accidente de tránsito. Son dos heridas que fingen que no están. Quizá ellas están conmigo en estos momentos felices”, expresó Carrasco tras ser premiado.

Las cinco piezas triunfadoras —de las categorías Texto, Cobertura, Imagen, Fotografía y Audio— se revelaron ayer, viernes, en la noche en una ceremonia en el Teatro Colón de Bogotá, durante el primer día del 11º Festival Gabo, que tiene lugar en la capital colombiana hasta el 2 de julio.

Dos trabajos de España e historias de Brasil, Colombia y Perú conforman la lista de ganadores, elegidos entre un total de 1.943 postulaciones.

La ceremonia fue el espacio para rendir homenaje a la hondureña Jennifer Ávila, ganadora del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo, y al fallecido maestro francés Jean-François Fogel, gran visionario del periodismo.

En esta ocasión, el periodismo español destacó al obtener los premios en las dos categorías que se añadieron al certamen en su anterior edición: Fotografía y Audio.

Por primera vez en 11 ediciones del concurso, un trabajo colombiano se llevó el Premio Gabo en la categoría Texto. Se trata de “El grito por justicia y reparación de las mujeres afro violentadas sexualmente”, escrito por Beatriz Valdés para Colombia +20 El Espectador: un relato de las consecuencias de la violencia sexual en los cuerpos de las mujeres negras y sus propuestas de reparación.

Detrás de Valdez se ubicó el experimentado periodista boliviano, que lleva 17 premios de periodismo en sus 33 años de vida profesional, entre nacionales e internacionales, y que se desempeña actualmente como editor de la estatal ABI.

Carrasco, que participó con “Las llaves del cielo en la tierra sin mal”, comparte el sitial con el cubano Carlos Manuel Álvarez quien escribió “Penúltimos recuerdos de un balsero cubano”, una historia de supervivencia de un balsero que estuvo 13 días a la deriva en el mar hasta que fue rescatado.

Para Mauricio este logro es gracias al apoyo de sus seres queridos y su entorno de trabajo. Por ello, expresó su agradecimiento a su familia, por la cual está “dispuesto a desafiar a la noche oscura” y a sus colegas y amigos de la ABI.

“Este logro no podría ser posible sin el apoyo de los colegas y amigos de la ABI, y de la dirección de una joven y brillante periodista que apoya y motiva a la redacción de historias de largo aliento”, manifestó.

Carrasco destacó que el periodismo boliviano tiene muchos galardones internacionales y goza de gran prestigio. Colegas de su generación llegaron muy lejos en concursos internacionales. “Pero es la primera vez que se sitúa en un puesto importante en el concurso de la Fundación Gabo”.

“El boliviano lo puede todo, sólo hay que intentarlo. Los mayores reconocimientos no son físicos ni económicos, aunque son importantes. Creo que el mayor premio es saber que el periodismo boliviano está entre los mejores de Iberoamérica, y eso no es poco. El siguiente año, estoy convencido, estarán otros colegas en sitiales de privilegio en el concurso de la Fundación Gabo y otros de carácter internacional”, expresó.

Trabajo del boliviano

El texto del periodista de la ABI fue ampliamente valorado en el marco del 11º Festival Gabo y fue invitado a varios países para dictar charlas sobre su maravillosa escritura y sus técnicas de investigación.

Pese al segundo lugar, muy pocos trabajos recibieron el reconocimiento unánime de este periodista boliviano, cuyos abuelos emigraron a Bolivia desde Alemania en una dramática travesía durante la Segunda Guerra Mundial, según los medios bogotanos.

El jurado valoró extensamente el texto de Carrasco, “Las llaves del cielo en tierra sin mal”, del que aseguran “goza de muchas virtudes”: “los hechos que narra son impactantes, la investigación es muy completa y el estilo de escritura, de poca adjetivación, cobra un ritmo punzante. No sucumbe a ninguna tentación de juzgar y propone un acercamiento respetuoso con la comunidad menonita, pese a los hechos que cuenta, mediante una disposición textual muy particular, sin dejar de ser consistente. Tiene una estructura fascinante y novedosa, que no se detiene en una parte de los hechos, sino que muestra su dimensión al seguir lo que sucede en otros lugares. Conmovedor y estremecedor, este reportaje expone cómo el abuso sexual sistemático puede estar sustentado en el más puro fundamentalismo religioso”.

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