La congresista más célebre del ala progresista demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez, lanzó este lunes una encendida defensa de las posiciones de la vicepresidenta Kamala Harris acerca de la guerra en Gaza, dirigida especialmente a los grupos de la izquierda de la formación más escépticos sobre la candidata presidencial demócrata. “Kamala quiere un alto el fuego, quiere que los rehenes vuelvan a casa”, aseguró, en un discurso en las horas de máxima audiencia televisiva de la Convención Nacional del partido.

“Tenemos ante nosotros una rara y preciosa oportunidad de elegir a una presidenta que defenderá a las clases medias, porque ella misma es de clase media. Está dispuesta a proteger nuestros derechos reproductivos, a combatir la avaricia corporativa. Es una líder para un futuro mejor”, defendió la congresista por Nueva York.

Era una manera de cerrar heridas. Al ofrecer hablar en uno de los momentos más codiciados de la Convención, los demócratas tendían la mano al ala izquierdista del partido, tras meses de fricciones acerca de la guerra en Gaza y el endurecimiento de la política migratoria, entre otros motivos. Y Ocasio-Cortez trataba de eliminar dudas sobre Harris entre una izquierda no necesariamente convencida por completo sobre las políticas que adoptaría la vicepresidenta de ganar en las elecciones de noviembre.

La representante por Nueva York, una de las primeras legisladoras en expresar su apoyo a Harris tras la renuncia de Joe Biden a la reelección el mes pasado, precedía entre otros al hablar a la excandidata presidencial Hillary Clinton, la primera dama Jill Biden y el propio presidente. Y fue recibida con una gran ovación del público que coreó sus iniciales: “¡AOC!”

Era un trato muy distinto al que recibió hace cuatro años en la convención virtual de 2020, en la que los demócratas nombraron a Joe Biden su candidato a la Casa Blanca de modo virtual, debido a las restricciones en los aforos forzadas por la pandemia. Entonces, a Ocasio-Cortez solo se le asignó un espacio de noventa segundos para hablar. Un espacio que ella utilizó para declarar su apoyo al rival progresista de Biden en las primarias, el senador Bernie Sanders.

El gesto se producía en el mismo día en el que miles de personas han desfilado ante el United Center, la sede de la convención, en una marcha para exigir el fin de la guerra en Gaza y un embargo de armas contra Israel, una de las grandes reclamaciones del ala progresista del partido.

Los progresistas han recibido un duro revés este agosto con la derrota en unas primarias duramente combatidas de dos de sus congresistas más emblemáticas, Cori Bush, de Misuri, y el neoyorquino Jamaal Bowman. En ambos casos, el grupo de presión proisraelí AIPAC había destinado más de 25 millones de dólares para apoyar sus rivales, el fiscal Wesley Bell y el funcionario local George Latimer, mediante campañas de anuncios muy agresivas.