Peregrinos buscan milagros en el Santuario de Urkupiña; llegan a los pies de la Virgen y piden deseos

En medio de sueños y aspiraciones, y luego de una noche y madrugada de peregrinaje, miles de familias, jóvenes, adultos, así como turistas extranjeros y nacionales, llegaron este miércoles, en horas de la madrugada, a los pies de la Virgen de Urkupiña, venían a buscar milagros y agradecer las bendiciones recibidas, reporta Opinión.

Devotos creyentes convergieron en el municipio de Quillacollo, enclavado en el Valle Inferior de Cochabamba. Abrazaron réplicas de la Virgen María y cargaron multitud de velas, las cuales fueron encendidas en la plaza principal, 15 de Agosto, en medio de oraciones, lágrimas y profunda reflexión espiritual frente a la imagen de la Virgen de la Integración Nacional.

Posteriormente, emprendieron una peregrinación al Calvario, también conocido como el icónico Cerro de Cota. Según la leyenda, fue en este sitio del municipio de Quillacollo donde la Señora de Urkupiña, con su niño en brazos, se le apareció a una pequeña pastorcita en medio de los algarrobales, en el municipio de Quillacollo.

En el Calvario, ayudados de combos, picotas y palas, los peregrinos extrajeron uno a uno los pedazos de roca donde depositan simbólicamente sus peticiones materiales y de salud para entregarlos a la imagen mariana.

La tradición cuenta que los devotos se llevan las piedras en calidad de “préstamo” y las “retornan” el siguiente año para que sus peticiones realizadas a la Virgen María sean cumplidas.

Tras extraer las piedras a punta de combazos, concluyen el ritual con una ch’alla, un sahumerio y oraciones.

En el cerro de Cota, varios sacerdotes bendicen a los fieles, las rocas extraídas y las miniaturas que llevan consigo para materializar sus sueños y anhelos.

Otros acuden a la “bendición del manto”, que consiste en cubrir a los fieles con la vestidura de la Virgen de Urcupiña e invocar sobre ellos la protección de Dios. Este acto religioso es realizado por sacerdotes y seminaristas.