La confirmación de la victoria de Putin llegó tras el conteo completo de votos, donde el presidente expresó su gratitud al pueblo ruso y prometió abordar las tareas pendientes del país. Según la Comisión Electoral Central, Putin obtuvo más del 87% de los votos en unas elecciones que se extendieron por tres días, una novedad en la historia de Rusia. En la contienda, participaron cuatro candidatos, con Putin liderando con un 87.28%. El segundo lugar lo ocupó Nikolái Jaritónov del Partido Comunista de la Federación de Rusia, seguido por Vladislav Davankov de Gente Nueva y Leonid Slutski del Partido Liberal-Demócrata de Rusia. La participación en las elecciones marcó un récord histórico, alcanzando el 77.44% del electorado. Tras conocer los primeros resultados, Putin agradeció a los ciudadanos rusos y destacó la unidad de la voluntad popular. Putin enfatizó la necesidad de hacer a Rusia más fuerte y eficiente, mencionando la resolución de problemas militares y el fortalecimiento de la defensa como prioridades para su próximo mandato. Las elecciones se llevaron a cabo en medio de intentos de interferencia, incluyendo ataques cibernéticos y acciones provocativas desde Ucrania, aunque los recursos de seguridad lograron hacerles frente según Mijaíl Oseevski de Rostelecom.

Sin embargo, la extensión de tres días de las elecciones presidenciales rusas no se relacionaba con el proceso democrático. Desde la perspectiva del Kremlin, una victoria convincente en la primera vuelta otorgaría al presidente actual un nuevo sello de legitimidad y enviaría un mensaje inequívoco: el apoyo total del pueblo respalda la política de Putin en la guerra contra Ucrania.