¿Se puede hacer algo contra los acosadores virtuales?

Durante el fin de semana se hizo viral en X la historia de acoso de una mujer que asegura haber sido perseguida desde hace años por un hombre. Sin embargo, no pudo hacer mucho al respecto, porque la legislación es laxa frente este tipo de atropellos.

En un hilo de X, el antiguo Twitter, una mujer llamada María Antonia Sanín explica cómo ha sobrevivido los últimos años al acoso constante de Andrés Buitrago, un hombre que, según ella, la ha perseguido desde hace varios años.

“Tengo un problema: se llama María Antonia. No sé cómo convencerla para que sea mi musa a distancia [...] ¿Me podrían ayudar con algún tipo de complicidad sorpresa para borrar esa primera impresión y poderla conocer? Sencillamente: quiero que sea mi musa”, le escribió Buitrago a los jefes de María Antonia.

No fue el único

Su acosador le enviaba mensajes permanentemente, subía videos en YouTube hablando sobre ella, creaba cuentas nuevas para acosarla y perseguía a sus amigos y colegas. Por último, empezó a contactar a sus familiares y a exponer sus datos personales en internet.

Luego de denunciarlo a la Fiscalía, lo único que obtuvo María Antonia fue una orden de alejamiento. El caso fue archivado. “El problema es que las instituciones no se toman en serio estas denuncias. Es un crimen tan sutil que las plataformas tampoco lo detectan”, asegura Catalina Arocha, coordinadora de la línea de inclusión social de Fundación Karisma.

Un acosador profesional

María Antonia no es la única víctima de Buitrago. Desde que publicó un hilo contando lo que vive, al menos diez mujeres más salieron a contar la persecución que él montó contra ellas.

Los acosos consisten en mensajes a sus números personales, redes sociales y correos. Si lo bloquean, Buitrago crea cuentas falsas desde las cuales las vuelve a contactar y les envía mensajes con declaraciones de admiración. Cuando se siente ignorado, Buitrago cambia sus mensajes por acusaciones y hasta por amenazas.

Las mujeres han solicitado a la familia de Buitrago que lo controlen; y a las autoridades, algún tipo de acompañamiento que las respalde, pues los familiares del hombre se escudan en que sufre de un trastorno mental. Sus víctimas argumentan, a su vez, que el acoso también les ha ocasionado deterioro psicológico, por el miedo sostenido en el que viven.

La actitud de Buitrago es una de las clases de violencia basada en género: “Puede considerarse como un hecho de violencia porque lo que importa es el efecto que puede tener en la mujer. María Antonia ha dicho que esto está afectándola emocionalmente y sólo con eso inmediatamente estamos hablando de un hecho de violencia. Por ser un hecho reiterado, genera un daño que afecta su derecho a vivir una vida libre de violencias”.

Susana Mejía, directora de la Red Nacional de Mujeres, señala que el hostigamiento, que se hizo a través de sus redes personales y de las de sus amigos y familia, muestra que Buitrago trata de ejercer una relación de poder sobre la víctima: “Que él intente contactarla desde tantos medios, irrespetando el hecho de que no quiso contestarle, demuestra que él considera tener un potestad sobre ella y sobre todas sus víctimas. Es un tema que debe ser atendido por las autoridades porque sí clasifica como una constante violencia de género y debe ser atendida como delito de acoso”./ Cambio Colombia