"Seguiremos hasta julio de 2026": Dina Boluarte pone fin a su promesa de adelanto electoral
La banda presidencial suele ser un símbolo de poder que
no deja escapar a quienes la detentan. El 12 de diciembre de 2022, cinco días
después de asumir el cargo de presidenta de Perú, Dina Boluarte aseguró “haber
interpretado de la manera más amplia la voluntad de la ciudadanía” y que por
ello había decidido “lograr un acuerdo con el Congreso para adelantar las
elecciones generales para abril de 2024″. Este jueves ha dejado claro que
seguirá en el poder hasta julio de 2026, es decir, hasta agotar el período
iniciado en 2021 por Pedro Castillo, hoy en la cárcel por un intento fallido de
autogolpe.
A fines de enero, cuando decenas de manifestantes habían
perdido la vida durante las protestas y su gobernabilidad ya era muy
cuestionada, la sucesora de Castillo emplazó al Legislativo a reconsiderar los
nuevos comicios y señaló que de no hacerlo, el Ejecutivo presentaría un
proyecto de ley. “Congresistas, tienen que entender su responsabilidad
histórica […]. Digámosle al Perú entero, con la más alta responsabilidad: ‘nos
vamos todos”, les instó enérgicamente. Incluso le puso fecha tentativa al
proceso electoral. “La primera vuelta debería ser el segundo domingo de
octubre, y la segunda vuelta, en diciembre”, añadió.
Esa misma dirigente se ha comido sus palabras esta tarde
desde los exteriores de Palacio tras una reunión con su Consejo de Ministros.
“La prensa en general sabe que el tema de adelanto de elecciones está cerrado.
Nosotros seguiremos trabajando de manera responsable y con ese respeto al
Estado de Derecho, la democracia y la Constitución, hasta julio de 2026″,
señaló la mandataria con un tono apacible. Si bien el mes pasado Boluarte le
dijo a un medio local que su intención es la de “gobernar conforme a la
Constitución”, esta es la primera vez que afirma sin titubeos su plan de
mantenerse en el poder en los próximos tres años.
Boluarte llegó al poder tras la destitución de Castillo,
que trató de dar un autogolpe de Estado. El exmandatario acabó preso y su
vicepresidenta, Boluarte, se convirtió en la primera presidenta de la historia
de Perú. Boluarte fue recibida con unas intensas protestas en las calles, que
la policía reprimió. Se contaron decenas de muertos que instituciones como la
ONU han atribuido al exceso desproporcionado del uso de la fuerza por parte de
la policía. Aunque estuvo muy cuestionada, tanto nacional como internacionalmente,
la presidenta se mantuvo en el sillón y, por sus declaraciones más recientes,
no tiene pensado abandonarlo en un plazo breve.
Este mismo miércoles, Boluarte dio unas polémicas
declaraciones cuando unos periodistas, a la salida de su encuentro con el
presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, la cuestionaron sobre el propósito de
la sociedad civil de movilizarse de nuevo para reanudar las protestas. “Desde
diciembre hasta febrero hemos estado como bomberos, apagando casi 500
manifestaciones violentas. Ahora mismo hago un llamado a estas personas que
nuevamente están anunciando la tercera toma de Lima: ¿Cuántas muertes más
quieren? ¡Por amor de Dios!”, dijo la mandataria, en lo que fue interpretado
por muchos como una amenaza a los que decidan salir a la calle.
En marzo pasado, la Comisión de Constitución del Congreso
no alcanzó los votos necesarios para aprobar la propuesta del Ejecutivo de
adelantar de elecciones generales para diciembre de 2023. Se trató del segundo
intento fallido. Antes ya se había planteado que se realizaran en abril del
2024. Ninguno de los dos escenarios, sin embargo, se llevará a cabo. Ya habían
sido borrados de la discusión en el Pleno y en los medios de comunicación en
los últimos meses. Si no se produce un giro de guion, ni el Congreso ni Dina
Boluarte cumplirán con su promesa. El nos vamos todos queda, por el momento,
como eslogan de un día. / EL PAÍS