Sindicato de actores y estudios de Hollywood se reúnen tras 80 días de huelga
Ochenta días de huelga han dado para mucho, pero no
precisamente para negociaciones. Pese a que SAG-AFTRA, el sindicato de actores,
y sus miles de miembros decidieron parar en seco el 13 de julio, no ha sido
hasta hoy cuando se han reunido con la Alianza de Productores de Películas y
Televisión (Amptp, por sus siglas en inglés), con la que están enfrentados por
la negociación de su contrato colectivo, que renuevan cada tres años. Sus
posturas han sido tan distantes durante este tiempo que han tenido que pasar dos
meses y medio para que, por fin, puedan sentarse a hablar.
Este lunes 2 de octubre, representantes de ambas partes se
han juntado para tratar los asuntos que más preocupan a los actores: el aumento
del salario mínimo, el papel que jugará en los próximos años la inteligencia
artificial en las carreras de los intérpretes, las exigencias en las audiciones
que mandan los aspirantes a las productoras (cada vez más rápidas y más
complejas) y los llamados residuales, los ingresos que dejan las series cuando se
emiten en televisión, unos hasta hace poco muy lucrativos cheques para los
actores (también para los de reparto e incluso para los que aparecían en una
simple escena) y que ahora con la llegada de las plataformas de streaming han
dejado de existir. La reunión no significa que haya acuerdo, pero sí al menos
que hay un cierto acercamiento que les permite mantener una charla cordial y
una primera toma de contacto, fundamental.
Los estudios de Hollywood alcanzan un principio
de acuerdo con los guionistas para poner fin a la huelga
No ha sido hasta pasadas las ocho de la noche de Los
Ángeles (las cinco de la mañana del martes en la España peninsular) cuando
desde el Sindicato han emitido un comunicado a través de sus redes sociales.
“Hemos finalizado nuestro primer día de negociaciones con la Amptp y
retomaremos las conversaciones el miércoles 4 de octubre”, han afirmado,
animando a los miembros a seguir uniéndose el martes a los piquetes. “Un día
más. Un día más fuertes. El tiempo que necesitemos”, finalizan el comunicado.
No se han filtrado detalles de la negociación, y ambas partes decidieron hace
meses no dar información específica a los medios hasta que no se pusieran de
acuerdo en ello, algo que están cumpliendo.
Fue a finales de la semana pasada cuando a través de
comunicados y en sus redes sociales SAG-AFTRA, el sindicato presidido por Fran
Drescher y que agrupa a más de 160.000 intérpretes, anunció que las
conversaciones se retomaban y que, por fin, se iban a sentar a la mesa con la
Amptp; es decir, los mandamases del negocio y donde se agrupan Paramount,
Disney, Universal, Netflix, Amazon, Sony, Warner y Apple. La reunión pintaba
bien para resolver una situación que ya deja, según cálculos del Estado de
California, más de 6.000 millones de dólares de pérdidas.
La SAG se ha sentado a negociar apenas tres días después
del principio de acuerdo entre la patronal y los guionistas, también en huelga,
pero desde mucho antes: su paro se prolongó desde el 2 de mayo y durante casi
150 días. La WGA, el sindicato que agrupa a unos 11.500 escritores, y la Amptp
se reunieron el miércoles 20 de septiembre, y desde ese momento buscaron cerrar
un pacto antes del domingo por la noche, cuando arrancaban las fiestas por el
Yom Kipur, el día de la expiación para la comunidad hebrea. Incluso el
gobernador de California, Gavin Newsom, se incorporó como mediador en las
reuniones para lograr un acuerdo. Finalmente el domingo 24 de septiembre a última
hora llegó el acuerdo, que ha sido beneficioso para todas las partes,
“excepcional”, tal y como han dicho ellos mismos. Se está ratificando esta
semana: se espera que los miembros del sindicato lo voten ampliamente y que
dure hasta mayo de 2026. Menos de 72 horas después de la esperada noticia los
actores anunciaban que también daban los primeros pasos para el esperado final.
Pero Fran Drescher, la presidenta de la SAG, ya lo dejó claro entonces.
“Estamos felices del acuerdo con los guionistas, pero uno no es válido para
todos”, declaró a la CNN.
Desde que se convocó la huelga a mediados de julio, la
tensión entre las dos partes ha sido evidente; tanto que este primer contacto
ha tardado más de 80 días en llevarse a cabo. Las claves de la negociación, más
allá del tono de guerra declarada entre las partes (representada en la SAG por
una siempre luchadora y mediática Fran Drescher, que poco a poco ha ido
cediendo el protagonismo a más actores que se han ido dejando ver en los
piquetes de Los Ángeles, Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos), han
sido los salarios y la inteligencia artificial. Si la doble huelga era
poderosa, ahora que los actores se han quedado solos tendrán que negociar por
su cuenta para lograr llegar a un término que sea al menos tan bueno como el de
sus colegas escritores. Pero, como claman muchos críticos y conocedores de la
situación, eso no debería hacerles darse prisa, puesto que hay 160.000 familias
que dependen de cómo se cierre el contrato colectivo. “No es responsabilidad de
los actores devolverle la vida a Hollywood.
Ellos no son quienes han creado los problemas que han
llevado a dos huelgas tremendamente rompedoras, no más que los guionistas. Los
estudios han creado un sistema por el cual los actores en activo ya no cobran
lo suficiente para ganarse la vida con su profesión, y es cosa de los estudios
cambiarlo”, afirmaba este lunes el diario Los Angeles Times en una columna de
opinión. Centenares de trabajadores se han visto en serio peligro económico;
algunos de los actores mejor pagados de Hollywood han donado millones de
dólares para un fondo común que les ayude a navegar en estos meses de
incertidumbre y falta de liquidez.
La primera huelga de actores desde 1980 —y la primera
conjunta de actores y guionistas desde 1960— ha sido dura desde el primer día.
En esa misma fecha, el 13 de julio, el jefe de los negociadores, Duncan
Crabtree-Ireland, explicaba en una entrevista con EL PAÍS que ellos estaban
dispuestos a negociar desde el minuto uno, pero que los estudios no querían.
“Nosotros pensamos que solo hay un método para llegar a un acuerdo, y es hablar
y negociar. Y si no quieren hablar con nosotros, y no quieren negociar con
nosotros, vamos a estar listos para hacerlo en cualquier momento en el que
estén preparados”. El momento ha tardado casi tres meses en llegar. Y solo
tardará 48 horas en repetirse./El País