Acuerdo definitivo: Goni y Sánchez Berzaín pagarán a familias afectadas por “Guerra del Gas"
En un acuerdo
anunciado hoy, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada y el exministro de defensa, Carlos Sánchez
Berzaín, pagarán una cantidad no divulgada en concepto de resarcimiento por
daños y perjuicios a las familias de ocho víctimas asesinadas por las fuerzas
armadas bolivianas en las movilizaciones que tuvieron lugar en Bolivia en el año 2003.
Esto marca el
fin de una batalla legal de 16 años cuyos orígenes se remontan a la
"Guerra del Gas", cuando los líderes bolivianos desplegaron a las
fuerzas armadas con la intención de sofocar las manifestaciones populares
contra el plan gubernamental de exportar el gas natural del país.
El expresidente
Gonzalo Sánchez de Lozada, conocido como “Goni”, y su ministro de defensa,
José Carlos
Sánchez Berzaín, han vivido en los Estados Unidos desde que huyeron de Bolivia
después de las
masacres. En 2018, en un veredicto histórico, un jurado federal en Florida los
declaró
culpables de los asesinatos y concedió una indemnización de $10 millones de
dólares a
los
demandantes. Fue la primera vez que un exjefe de estado se enfrentó a sus
acusadores en el contexto de un juicio estadounidense de derechos humanos.
En una
declaración conjunta, las partes acordaron que es hora de resolver su conflicto
legal:
Después de una
década y media de litigio, los Demandantes y los Demandados
concuerdan en
que es momento de resolver su disputa legal. En consecuencia, las Partes
han logrado una
conciliación que proporciona una compensación para las familias de
los Demandantes
y exoneraciones legales que prohíben cualquier acción adicional de
cualquier tipo
por parte de los Demandantes contra los Demandados en relación con los
eventos que
ocurrieron en Bolivia en septiembre y octubre de 2003. La decisión de
conciliar no
significa que los Demandados admitan responsabilidad por los eventos en
cuestión. Las
Partes han acordado no divulgar ningún término de su acuerdo de
conciliación.
Como resultado
del acuerdo, los demandados retirarán su apelación y el veredicto del jurado de
2018
permanecerá en vigencia.
Teófilo
Baltazar, uno de los demandantes del juicio, afirmó: “Cuando comenzamos con el
juicio, todo el
mundo nos dijo que Goni estaba por encima de la ley. Me siento orgulloso de
que el pueblo
Aymara ha mostrado al mundo que ningún político, sin importar lo rico o
poderoso que
sea, goza de impunidad absoluta.”
La represión
desatada por Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín en 2003 se centró en la ciudad
mayoritariamente indígena de El Alto. Las fuerzas armadas asesinaron a más de 60 personas y lesionaron a unas 400, incluyendo niños. En 2011, un tribunal boliviano condenó a altos mandos militares y algunos ministros por su papel en la matanza. A pesar de haber sido imputados en el mismo juicio, Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín no pudieron ser juzgados bajo la ley boliviana por encontrarse en ausencia.
Durante la represión en 2003, el gobierno estadounidense de Bush declaró su apoyo al gobierno boliviano y, junto con las administraciones subsiguientes, dio refugio a Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín. En 2012, el gobierno de Obama rechazó la solicitud de extradición realizada por el Estado de Bolivia.
“Durante demasiado tiempo, los líderes mundiales se han refugiado en los Estados Unidos después de cometer abusos atroces. Este juicio histórico muestra que se les puede hacer responsables”, dijo Thomas Becker, abogado de la Red Universitaria de Derechos Humanos, quien ha representado a los demandantes desde el principio de la demanda.
Los familiares de ocho de las víctimas de la represión militar demandaron a los exfuncionarios en 2007. En 2016, un tribunal de apelaciones estadounidense dictaminó que los demandantes podían continuar con su demanda bajo la Ley de Protección a Víctimas de Tortura (Torture Victim Protection Act), que autoriza demandas civiles en cortes estadounidenses contra funcionarios extranjeros responsables de ejecuciones extrajudiciales.
“A pesar del inmenso
desafío de llevar a cabo una demanda de derechos humanos en los
Estados Unidos, los nueve demandantes superaron todas las expectativas y lograron una victoria que llegará a impactar a Bolivia para siempre”, dijo Beth Stephens, una abogada colaboradora del Centro de Derechos Constitucionales.
Entre los demandantes se encontraban Etelvina Ramos Mamani y Eloy Rojas Mamani, cuya hija de 8 años, Marlene, fue asesinada delante de su madre cuando una bala entró por la ventana de su casa; Teófilo Baltazar Cerro, cuya esposa embarazada fue asesinada cuando una bala penetró la pared de una casa; Felicidad Rosa Huanca Quispe, cuyo padre de 69 años fue baleado y asesinado al borde de la calle; y Gonzalo Mamani Aguilar, cuyo padre fue baleaado y asesinado mientras cuidaba sus cultivos.
“Ha sido un privilegio trabajar en la búsqueda de justicia con estas familias bolivianas durante los últimos 16 años. Me ha impresionado el optimismo y la fortaleza constante de estas familias que han impulsado el caso para obtener este importante resultado” dijo Steve Schulman de Akin Gump.
Durante el
juicio que duró tres semanas en 2018, los testigos relataron que los tanques
circularon por las calles y que los militares dispararon durante horas y horas,
incluso dentro de las casas y a civiles desarmados que huían. Un exmilitar
testificó que le dieron la orden de disparar a “cualquier cosa que se
moviera.”. Otro testigo narró que vio a un oficial matar a un soldado que se
negó a disparar contra el pueblo desarmado.
Los siguientes abogados representan a los familiares de las víctimas: Abogados del Centro de Derechos Constitucionales, La Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard, La Red Universitaria de Derechos Humanos, Los estudios jurídicos de Akin Gump Strauss Hauer & Feld LLP y Schonbrun Seplow Harris Hoffman & Zeldes LLP.
Además, el
Centro para la Justicia y Rendición de Cuentas (CJA por sus siglas en inglés)
se unió
al litigio en
2022.