Alvaro es despertado para ser agredido.
Alvaro García Linera es acosado y el El Deber muestra a la hija de la expresidenta como víctima
En la cobertura
del incidente que enfrentó a la hija de la ex mandataria Jeanine Añez con
el ex vicepresidente Alvaro García Linera, una vez mas el “Diario mayor” El
Deber de Santa Cruz debilita su ecuanimidad recargando
las tintas contra el ex vicepresident. Recordar que García Linera hizo
esfuerzos importantes para incorporar al empresariado democrático y
progresista cruceño a las tareas desde el Estado en aras del desarrollo de Santa Cruz y el país.
En un vuelo aéreo
la hija de la ex mandataria Jeanine Añez, hostiga una y otra vez al ex vicepresidente del Estado
plurinacional sindicándolo de ser autor
de la detención de su madre.
De cuando en cuando el tabloide cruceño se esmera en
defender a los sectores conservadores de Santa Cruz, desdibujando el trabajo periodístico de fuerte base ética trazado durante años por el fundador del medio cruceño, Pedro Rivero Mercado.
El Deber no solo que
en sus crónicas hace aparecer a la agresora Carolina Ribera, hija de Jeanine
como la víctima del suceso, siendo ella la que interrumpió el tranquilo sueño del ex vicepresidente.
Se acerca y cuando su calculo fue que ante
agresiones e insultos, el ex vicepresidente
reaccionara, ella insiste en enervarlo
una y otra vez, gritando sin inmutarse que su
madre es víctima del régimen “autoritario” del MAS.
Pero Alvaro solo le dice a manera de reacción ¡asesina! sin prestarse al juego de la hija de la ex mandataria que- cual persona sin modales- intenta sacar de casillas a la ex autoridad.
Jeanine Añez fue llamada
por Arturo Murillo, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho en los dias de la crisis de 2019 y de voluntad propia se prestò a acompañar la aventura golpista de 2019 que dejó alrededor de 35 víctimas.
El Deber de los
años 70, 80 y 90 tenía ética o cuando menos se movía con esfuerzo en eso límites. Ahora ya no y prevalido de la licencia que da
el periodismo, hace escribir a sus redactores
crónicas carentes de ecuanimidad y poco apoyadas en lo concreto de los hechos.