Victoria Villarruel, candidata de la ultraderecha a la vicepresidencia.
Candidata a vicepresidenta de Milei genera controversia al reivindicar la dictadura en Argentina
Victoria Villarruel, candidata a la vicepresidencia de la
fórmula que encabeza Javier Milei en Argentina, ha desatado un escándalo por
organizar un evento oficial que niega los crímenes de lesa humanidad cometidos
por los militares durante la última dictadura en ese país (1976-1983) y que, de
acuerdo con los organismos de derechos humanos, dejaron un saldo de 30.000
desaparecidos.
"Homenaje a las víctimas del terrorismo" es el
nombre del acto que se realizará la tarde de este lunes en la Legislatura de la
Ciudad de Buenos Aires, donde también se ha convocado una marcha de repudio
ante el negacionismo que empieza a inundar el debate público, justo el año en
el que se cumplen 40 años de la recuperación de la democracia.
Villarruel, quien es actualmente diputada, se hizo conocida
hace décadas por crear una organización que promueve la llamada "teoría de
los dos demonios", una narrativa que pretende hacer creer que en Argentina
una hubo una guerra entre partes equivalentes: por un lado, los militares que
dieron el golpe de Estado en 1976, y por otro las guerrillas Montoneros y
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Sin embargo, la jurisprudencia internacional establece que
delitos como secuestros, torturas, homicidios y desapariciones, que cometen los
representantes estatales, tienen una gravedad intrínseca porque las autoridades
tienen la responsabilidad de proteger a la ciudadanía y de ser los primeros en
cumplir las leyes. Cuando no lo hacen, como en este caso, se trata de crímenes
de lesa humanidad que nunca prescriben.
Además, en el caso de Argentina está demostrado que la dictadura aniquiló a las guerrillas en pocos años, pero continuó la represión de manera indiscriminada en contra de todos los opositores, ya fueran sindicalistas, intelectuales, estudiantes universitarios, docentes o activistas de derechos humanos.
Villarruel representa a un sector de la sociedad que
respaldó el golpe de Estado y que siempre ha defendido a los militares y
relativizado sus crímenes, pero ahora su figura pública adquirió mayor
relevancia al ser parte de la fórmula que ganó las elecciones primarias
realizadas el pasado 13 de agosto.
De hecho, jamás ha reconocido que en Argentina hubo
terrorismo de Estado, algo que han dictaminado incluso tribunales
internacionales. Para Villarruel, el terrorismo solo lo cometieron las
guerrillas y los militares lo único que hicieron fue "poner orden".
Inadmisible
En el evento de este lunes participarán Lorenza Ferrari, madre de Laura, una estudiante de 18 años que murió por la explosión de un coche bomba de Montoneros en 1975; Graciela Saraspe, hija de Héctor Saraspe, el encargado de un bar que fue asesinado por el ERP en 1974; y el de Arturo Larrabure, hijo de de un militar secuestrado y asesinado por el ERP.
🔹️Por la memoria y el nunca más al Terrorismo de Estado, junto a diversas organizaciones sindicales y sociales, apoyamos y nos sumamos a la convocatoria de organismos de DDHH frente a la legislatura de CABA. ⬇️ pic.twitter.com/3JX5zJM3ht
— SiPreBA - Sindicato de Prensa de Buenos Aires (@sipreba) September 4, 2023
La selección de víctimas no es casual, ya que estos
crímenes se cometieron justo antes del golpe de Estado, lo que pretendería
justificar la "necesidad" de que los militares tomaran el poder para
terminar con las guerrillas.
Durante el fin de semana, hubo una activa movilización en
redes sociales por parte de periodistas y miembros de organismos de derechos
humanos que recordaron que, entre muchos otros, Villarruel visitaba en prisión
al fallecido dictador Jorge Rafael Videla; al policía Miguel Etchecolatz, quien
fue uno de los represores más temibles durante la dictadura; y a Alberto
González, condenado por delitos sexuales contra mujeres secuestradas.
La diputada también niega el número de víctimas y la
existencia de los centros clandestinos de represión, y minimiza el hecho de que
los represores hayan robado alrededor de 500 bebés o niños, de los cuales
Abuelas de Plaza de Mayo han logrado recuperar a 133.
Junto con la convocatoria para marchar este lunes a la
Legislatura, se multiplicaron los pronunciamientos en contra de Villarruel. La
organización de las Madres de Plaza de Mayo, por ejemplo, denostó el intento de
defender a genocidas.
"Hace muchos años que las Madres reivindicamos no solo
la memoria de los desaparecidos, sino también sus luchas y sus objetivos
políticos (…) no vamos a permitir que ese hito histórico, cultural y
democrático sea distorsionado por un grupo de politiqueros en campaña
electoral", señaló el organismo en un comunicado.
Reacciones
Por otra parte, secretarios de Derechos Humanos de 15
provincias emitieron un pronunciamiento conjunto para advertir que a los
genocidas no se los homenajea, sino que se los juzga dentro del Estado de
derecho y se los condena.
"La teoría de los dos demonios es un argumento falaz
que busca legitimar los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado,
enmarcándolos en una guerra que no existió. Lo que sí existió fue un plan sistemático
de exterminio, un genocidio ideado y ejecutado por el Estado dictatorial",
explicaron.
Victoria Montenegro, presidenta de la Comisión de Derechos
Humanos de la Legislatura, reflexionó sobre la gravedad del reposicionamiento
de este tipo de discurso.
"Lo que debe interpelarnos es la representación
institucional que logró el negacionismo, porque este acto lo hacen expresándose
a través de sus diputados", señaló.
A pesar del alud de críticas, Villarruel no se amilanó y
reivindicó sus posturas. "Les molesta que pidamos derechos humanos para
todos y que sepamos la verdad de lo que hicieron los terroristas, quieren
amedrentarnos con escraches y amenazas como en los 70. No quieren que se sepa
la verdad, porque la izquierda es la tiranía hecha ideología, pero vamos a
honrar a nuestros muertos", advirtió en sus redes sociales.
En su apoyo salió Claudio Avruj, exsecretario de Derechos
Humanos durante el Gobierno de Mauricio Macri, quien aseguró que no se trata de
un acto "negacionista" sino del "derecho al recuerdo".