Los artesanos del penal de San Pedro trabajan en el techo mientras hacen secar los productos ya terminados

De la cárcel a la Alasita: reclusos elaboran miniaturas hasta en los techos

Trabajando durante horas en los techos de la cárcel de San Pedro debido al poco espacio y el hacinamiento, más de 1.800 privados de libertad produjeron durante meses miniaturas y artesanías que desde hoy se venderán en la feria de Alasita.

Y no ofertan su trabajo solo en la Alasita, sino que trabajan para diferentes ferias del país, como Urcupiña, y también venden sus productos a comerciantes que llegan desde Perú y Argentina.

El director nacional de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, explicó a La Razón que la venta de miniaturas y artesanías elaboradas por los reclusos es una de las características del penal de San Pedro.

Remarcó que los privados trabajan prácticamente durante todo el año y de esa forma consiguen un pequeño sustento para ayudar a sus familias.

“Siempre hemos resaltado el trabajo que realizan los privados de libertad. La hojalatería es una de las características de este penal, al igual que la carpintería. Estos productos se van también a gran parte de Sudamérica, pues vienen comerciantes desde varios países para firmar contratos y llevarse al por mayor. La venta de estos trabajos está garantizada”, explicó la autoridad.


Miniaturas

Limpias contó que los reos usan el techo del penal para pintar y colocar su trabajo debido a la falta de espacio y la sobrepoblación que hay en el recinto carcelario. Pero nada es un impedimento cuando quieren trabajar y ayudar a sus seres queridos.

Los productos que elaboran, sobre todo los carritos en miniatura de hojalata y madera, se comercializarán hoy en la plaza de San Pedro, justo frente al penal, y también estarán en la feria de Alasita, en el Parque Urbano Central.

“Ellos se dan modos. Ganan sus buenos pesos por el trabajo sacrificado que tienen, más que seguro para sus familias e hijos. No solo trabaja el privado, también la familia que está comercializando al frente de la plaza; aquí vienen las mayoristas a comprar, los carritos de hojalata generalmente salen de aquí”.

Al respecto, Celia Choque, trabajadora social del recinto penitenciario, explicó que se trata de una actividad ocupacional que ayuda a sobrellevar el encierro. Informó que los privados trabajan en carpintería, venestería, porcelana fría, hojalatería, artesanía e incluso zapatería.

“Es una actividad ocupacional que día tras día van desarrollando y les sirve no solo como un pasatiempo sino para generar ingresos. Detrás de cada privado de libertad hay familias y para eso generan recursos. El 90% de la población penitenciaria es padre de familia. En cada visita van mandando dinero para sus familias, muchas personas que ingresaron no sabían hacer nada de esto y salen de acá con muchos oficios”.

La cárcel de San Pedro en La Paz tiene una población carcelaria que supera los 3.000 privados de libertad, de los cuales el 70% es detenido preventivo, según informó La Razón en 2023.


‘Hacemos unos 120 autitos en un mes’

Julio, privado de libertad en la cárcel de San Pedro, dijo que trabaja prácticamente todo el año para elaborar los carritos de hojalata que se venderán en la feria de Alasita. Contó que generalmente le piden 10 docenas por modelos y se tarda, aproximadamente, un mes para terminar unos 120 autitos.

“Son muchos años, desde que llegamos empecé a trabajar en hojalatería para diferentes ferias, ahora para Alasita. Estamos alistando para que nuestras esposas vendan en la plaza de San Pedro. En lo poco que se puede ganar para mantener a la familia desde aquí, ayuda en algo. Yo hago desde el armado hasta el pintado, y cuando no se puede terminar de pintar, mi esposa lo hace afuera”.

Explicó que trabajan más o menos unas 130 personas durante turnos desde las 07.00 hasta las 20.00. Julio aseguró que no gana mucho en la venta de las miniaturas, pues debe invertir en la compra del material.

Otro privado del sector de carpintería contó que existen al menos 150 privados de libertad que trabajan en ese sector. Por falta de espacio deben turnarse para elaborar las miniaturas. Ellos hacen alcancías, motos, autos y taxis.

Este año están innovando con la presentación de juegos completos de dormitorio, con catres, sillas, mesas, cómodas y roperos.

El hombre explicó que necesitan nuevas máquinas para desarrollar su trabajo. Sin embargo, con lo que tienen, realizan llamativas miniaturas que también venden al por mayor en la feria de Alasita y otras muestras, principalmente, en Cochabamba y Santa Cruz.