Los desafíos que enfrenta la exportación nacional
Danilo Velasco: El presidente
de Caneb habló sobre la situación actual del comercio internacional y señaló
las principales cifras del sector exportador en el primer semestre de 2023 y
las que se espera al concluir el año.
Bolivia cumple hoy domingo 198 años de existencia como país. Mucha historia ha transcurrido desde aquel 6 de agosto de 1825 cuando se proclamó la independencia de la Corona española en Chuquisaca. El momento de su nacimiento, Bolivia era un territorio cuya gestión giraba prácticamente en torno a la explotación minera. Hoy el panorama es muy diferente. Fue necesario el esfuerzo sostenido de varias generaciones para poder transitar a una economía diversificada y moderna. Sin ninguna duda que el sector exportador es un referente importante que da cuenta del presente que vivimos.
Conversamos con Danilo
Velasco, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb),
quien nos brinda su perspectiva desde el escenario grande hasta las especificidades
y desafíos de nuestro país. Desde la titularidad de la institución que dirige,
tiene una mirada privilegiada para comprender el pulso entre lo que pasa en el
mundo y cómo esto se refleja en el caso boliviano.
—¿Cuál es la situación actual del comercio internacional? ¿Cómo están impactando las altas tasas de interés de los principales bancos centrales? ¿Qué incidencia viene teniendo la guerra en Ucrania?
—El comercio internacional ha
experimentado una desaceleración durante 2023, esto a causa de la política
monetaria restrictiva implementada en las economías desarrolladas con la
finalidad de mantener controlados sus niveles de inflación. Los incrementos
graduales en las tasas de interés por parte de los bancos centrales de los
Estados Unidos (Reserva Federal), la Unión Europea, entre otras economías, han
ocasionado que la demanda global se ralentice, con la subsecuente afectación a
precios de las materias primas y volúmenes demandados. La guerra ocasionada por
la invasión de Rusia a Ucrania ha generado picos de incertidumbre a nivel
global, sobre todo al inicio, afectando los precios de la energía, los precios
de los alimentos y los precios de los fertilizantes. Si bien estos factores se
han ido estabilizando en los últimos meses, han ido surgiendo nuevas
preocupaciones a causa de factores climáticos como sequías en Europa,
inundaciones en Asia y los efectos que puede causar El Niño en nuestra región
durante los siguientes meses. Estos elementos influyen sobre las perspectivas
de producción, movimientos de stocks y sobre los precios en mercados de futuro
de los alimentos. A nivel internacional, la reciente salida de Rusia del
acuerdo de cereales en el Mar Negro puede llegar a tener efectos sobre el
incremento de precios del trigo y maíz, entre otros productos, por lo que será
necesario permanecer vigilantes y anticipar medidas orientadas a contener los
costos públicos de los subsidios y subvenciones en alimentos, que podrían
sentar una mayor presión que la que es ocasionada por mantener estables los precios
de la energía en la importación de combustibles líquidos. En este sentido,
todavía persisten niveles de incertidumbre que no permiten perfilar un
escenario más estable para sostener la recuperación económica.
Danilo Velasco, presidente de
Caneb, y Marcelo Olguín, gerente general de la institución, durante una
conferencia de prensa.
—¿Cómo afecta lo anterior en las condiciones para las exportaciones del país?
—Entretanto, las exportaciones bolivianas han caído de manera persistente durante los últimos meses, luego de haber cerrado un año con récord histórico de exportaciones durante la gestión 2022, con cifras que superaron los $us 13.650 millones en exportaciones. La caída de las exportaciones en los últimos meses ha sido generalizada a lo largo de los distintos sectores de actividad económica y se ha expresado de manera más pronunciada en términos de valor, pero también en los volúmenes exportados. Por la duración sostenida de este comportamiento decreciente de las exportaciones, el sector ha comenzado a mostrar signos de una falta de liquidez que puede tender a agravarse y conducir efectos no deseados sobre la actividad económica y comercial en el mediano plazo, de no tomarse oportunamente medidas para contrarrestar esta situación. A esto se suman los conflictos locales y regionales que, por motivos de presión política a los distintos niveles de gobierno, frecuentemente derivan en bloqueos y cortes de ruta que entorpecen el normal comportamiento del aparato productivo y de los flujos de carga que alimentan tanto el mercado interno como el comercio internacional. Los bloqueos y dificultades logísticas como los conflictos del primer trimestre en el paso fronterizo del Desaguadero han venido acumulando importantes costos para el sector de transporte de carga, en particular, pero también han venido causando el descrédito de parte de los clientes internacionales por los retrasos y modificaciones en las condiciones de entrega que este tipo de conflictos ocasionan. Los costos de credibilidad para un país no son menores. Bolivia ha reducido en los últimos años la cantidad total de mercados a los que despacha sus exportaciones y también se ha reducido el número total de productos que se exporta al mundo. Esto se refleja en menores condiciones para optar por mercados que promueven una mayor agregación de valor y un mayor desarrollo y diversificación de productos. Por el contrario, este tipo de conflictos tiende a generar una mayor dependencia de operaciones comerciales de índole extractiva y primaria, opuestas a las que se persiguen a través de las políticas públicas orientadas a una mayor industrialización con sustitución de importaciones.
—¿Cómo describiría la situación del sector exportador boliviano en la actualidad?
—Actualmente el sector
exportador boliviano enfrenta dificultades de iliquidez que deben ser
solucionadas a la brevedad posible para no afectar los niveles de producción,
empleo y el ritmo de las operaciones comerciales. Medidas como el cumplimiento
del principio de neutralidad impositiva a través de la tramitación y entrega
oportuna de los CEDEIM pueden coadyuvar a aplacar los riesgos que se avecinan,
especialmente en el departamento de Santa Cruz, donde la actividad
agroindustrial ha generado un entretejido económico que es un multiplicador de
los efectos positivos de estas medidas. Por otra parte, aún no se han logrado
capitalizar las demandas del sector orientadas al logro de mejores niveles de
eficiencia y competitividad por medio de la reducción de tiempos y costos de la
burocracia tramitológica en el comercio exterior. Son innumerables las
ocasiones en las que el sector ha demandado la implementación de instrumentos
como la Ventanilla Única de Comercio Exterior, sin resultados concretos hasta
el momento. Asimismo, se solicitó la participación del sector privado en el
Comité Nacional de Facilitación del Comercio (CNFC), aun cuando sea de manera
consultiva, pero todavía no se han tenido muestras de apertura ni resultados de
las acciones de dicho esquema institucional. La necesidad de buscar mejores y
mayores mercados para la producción nacional también es cada vez más patente
para las empresas exportadoras. Esto puede lograrse estrechando lazos
económicos y comerciales por medio de la negociación y suscripción de acuerdos
comerciales con países de la región de Asia – Pacífico, por ejemplo. También
hay economías emergentes en otras latitudes que representan importantes
oportunidades para nuestro país que deben ser aprovechadas. Acciones de
promoción comercial, como la participación en ferias internacionales, misiones
empresariales y otras, son de utilidad, pero no suponen una solución a las
necesidades de mejores condiciones de acceso a los mercados.
—¿Cuáles son los principales desafíos en el corto plazo?
—Uno de los principales
desafíos del sector exportador en 2023 es recuperar la afectación ocasionada
por causa de problemas logísticos en el paso fronterizo del Desaguadero en el
primer trimestre de la gestión 2023. Esto requiere mantener transitables las
rutas y vías de exportación, pero también implementar medidas que agilicen y
hagan menos burocráticos los trámites de exportación. Entidades como el
SENASAG, SENARECOM, ABT, SENAVEX son claves para lograr una mejor agilidad. Así
también, lograra una flexibilización en la regulación de exportaciones que exige
la tramitación de licencias o permisos de exportación en rubros como el del
complejo oleaginoso, el complejo sucro-alcoholero, el complejo cárnico, entre
otros, puede ser beneficioso para optar por un mayor influjo de divisas para el
país.
—¿Cuáles son las principales áreas en las que el sector exportador requiere articular soluciones conjuntas con las autoridades de los diferentes niveles de gobierno?
—Las principales áreas en las que se requiere una articulación de soluciones conjuntas son las siguientes. Necesitamos una solución a problemas de iliquidez a través de la devolución impositiva y medidas de política que promuevan mayor holgura en los flujos de las empresas, por ejemplo, por medio del ajuste de políticas que exigen boletas de garantía en trámites de fiscalización impositiva y que actualmente limitan las líneas de crédito y los recursos de capital operativo que requieren las empresas. Es necesario trabajar para avanzar en la desburocratización a través de la Ventanilla Única de Comercio Exterior. Requerimos mantener expedita y estable la transitabilidad en las rutas habilitadas para el comercio exterior y en las rutas y vías que utiliza el aparato productivo para el abastecimiento de insumos y materias (centros de producción a centros de acopio y transformación). También es pertinente el desarrollo conjunto de una nueva estrategia de inserción internacional e implementación conjunta de acciones de promoción comercial.
—¿Cuáles son las principales cifras del sector exportador en el primer semestre de 2023 y con qué cifras se espera concluir el año?
—Las exportaciones al mes de mayo de la presente gestión 2023 han alcanzado $us 4.574 millones, cifra que supone un decrecimiento del 23,3% respecto al mismo periodo de la gestión anterior, como consta en un boletín anterior de la Caneb. Al término de la gestión 2023 se estima que las exportaciones se ubicarán en torno a los $us 11.000 y $us 11.500 millones.
Por Pablo Deheza
Fuente: La Razón