Desafíos para la inversión extranjera en Bolivia en 2024: Riesgo país, inseguridad y crisis jurídica

 

La inversión extranjera en Bolivia enfrenta obstáculos significativos en 2024, incluyendo riesgo país, inseguridad y crisis legal. Los economistas y analistas señalan que los crecientes conflictos sociales y económicos están disuadiendo a los inversionistas, quienes ven cada vez más dificultades para operar en el país. Aunque el Banco Central de Bolivia destaca el comportamiento de la Inversión Extranjera Directa (IED), los inversionistas extranjeros ya no ven a Bolivia como un mercado seguro para invertir y prefieren retener sus fondos debido a la turbulencia política, social y económica persistente desde hace más de una década.

Según los últimos datos del BCB, solo se registraron $us 60 millones de IED hasta el primer trimestre de 2023, en comparación con los $us 1.750 millones que ingresaron en 2013, principalmente en el sector hidrocarburos. Mientras que en 2022, América Latina y el Caribe recibieron $us 224.579 millones de IED, destacando Brasil y México como principales receptores, Bolivia experimentó una salida de al menos $us 12 millones.

Analistas y economistas señalan tres grandes desincentivos para la inversión en Bolivia: la caída del riesgo país, la crisis judicial y la falta de seguridad jurídica. Según el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, Bolivia tiene potencial en varios sectores, pero se necesitan condiciones como seguridad jurídica, estabilidad de mercado y colaboración público-privada.



La falta de fortalecimiento institucional también es un obstáculo para ofrecer seguridad jurídica a las inversiones, según el economista Rubén Arias. Advierte que la prórroga de las autoridades judiciales y el control gubernamental de sectores estratégicos como los hidrocarburos ahuyentan la IED.

A pesar de los desafíos, el BCB destaca un flujo positivo de inversión extranjera por $us 60 millones hasta el primer trimestre de 2024, lo que refleja cierta confianza de los inversionistas extranjeros en Bolivia, a pesar de los desafíos económicos globales y los ataques especulativos internos.