El declive energético: Bolivia pierde el mercado argentino y arriesga perder el brasileño
Bolivia deja de exportar gas a Argentina después de 19
años, y un analista advierte que Brasil podría ser el próximo mercado en
perderse.
Los envíos de gas boliviano a Argentina han cesado, y en
octubre se dará por finalizado formalmente el contrato tras casi dos décadas,
lo que implica la pérdida de uno de los principales mercados de exportación de
gas para Bolivia. Argentina, que hasta ahora recibía gas boliviano, comenzará a
abastecer a sus provincias con producción propia a partir de octubre, poniendo
fin a una larga relación energética que convirtió al país en el segundo destino
más importante para el gas boliviano.
Según el diario Río Negro, el Gasoducto Norte entrará en
plena operación en octubre, transportando gas desde el yacimiento de Vaca
Muerta a las regiones que anteriormente recibían el gas boliviano. Los envíos
de combustible cesaron unos días antes de la finalización oficial del contrato,
y el 18 de septiembre llegó la última molécula de gas boliviano a Argentina,
marcando el cierre de una era.
El economista Gonzalo Chávez calificó esta situación como
un golpe fuerte para la economía de Bolivia. "Esto implicará una reducción
significativa en los ingresos, lo que agravará la ya compleja situación
macroeconómica, especialmente la falta de divisas y los ingresos tanto por
exportaciones como por impuestos relacionados", explicó. Además, advirtió
que esto generará no solo un déficit comercial con Argentina, sino también un
déficit fiscal debido a la disminución de ingresos por exportaciones. "Se
cierra un ciclo muy exitoso, pero ahora representa un gran desafío para
Bolivia", añadió.
En cuanto al gasoducto que transportaba gas boliviano a
Argentina, continuará en uso, pero ya no para transportar hidrocarburos
bolivianos. "Bolivia está adoptando una nueva estrategia como transportador
de gas. Ahora alquilaremos el gasoducto para llevar gas argentino, o incluso
para importar gas de Vaca Muerta", lamentó Chávez. Recordó que Bolivia,
antes vista como una potencia gasífera en los años 90 y 2000, se enfrenta ahora
a la posibilidad de convertirse en un simple transportador o incluso en un
importador de gas.
El analista también advirtió que esta situación podría
replicarse en Brasil si no se realizan las inversiones necesarias en el sector
de hidrocarburos para mantener un nivel de producción adecuado que garantice
las exportaciones. "Existe el riesgo de que, si no hacemos bien las
exploraciones y no encontramos más mercados, en tres o cuatro años podríamos
perder también el mercado brasileño, lo que llevaría a Bolivia a convertirse en
un país importador de energía, con graves repercusiones económicas",
concluyó.