Jenrry Patzi “con la certificación dimos importantes saltos”
Jenrry Patzi, gerente de Industrias en
Ladrillos Patzi, resalta la importancia estratégica de haber ingresado con
mucho esfuerzo en los procesos de certificación: “Eso nos permitió dar
importantes saltos en muchos aspectos”. Hoy, Industrias en Ladrillos Patzi es
una de las ladrilleras más grandes e importantes del país.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ESTA INDUSTRIA? ¿CÓMO
EMPEZÓ TODO?
La Industria en Ladrillos Patzi nace como un
emprendimiento familiar. Esto empieza en 1990 con mi abuelo, Telésfoto Patzi,
que en paz descanse. Ya el año 2000 se hace cargo mi padre Federico Patzi,
quien hizo todo lo que pudo, hasta donde pudo. Yo, el año 2015, tomo la
conducción, ya con nuevas políticas y nuevas visiones. Hemos trabajado en un
proyecto para ser mejores que la competencia. El emprendimiento ha sido de toda
la familia y lo único que puedo decir es que, ya con 35 años de experiencia,
nos sentimos orgullosos porque somos la mejor empresa, no lo digo yo, lo dice
una certificación.
¿TUS ABUELOS INICIARON EL PROYECTO
FABRICANDO ADOBES?
Liderados por mi abuelo, dieron el primer paso
para ser empresarios porque sabían que no tenían dinero para pagar a los
albañiles y entonces ellos hicieron los adobes para construir los hornos de la
empresa. Ellos empezaron ese sueño y tuvieron problemas y obstáculos, como en
todo lado, pero valió la pena ese gran esfuerzo.
¿DESDE QUE TÚ TE HACES CARGO HAN DADO
SALTOS EN MEJORAR LOS PROCESOS PRODUCTIVOS?
Bueno, hasta el 2000, nosotros producíamos al
día sólo 15.000 unidades. Actualmente estamos llegando a producir 120 000
ladrillos por día. Entonces, hemos ido creciendo y viendo que la mejor
inversión está en los procesos de capacitación para la fabricación de
ladrillos.
¿CUÁL ES LA MAYOR FORTALEZA? ¿DÓNDE ESTÁ
EL ASPECTO QUE LES HA AYUDADO MUCHO A PROYECTAR Y CRECER ESTOS AÑOS?
La fortaleza que tenemos es la marca. Y en el aspecto interno es la unión de mi
familia y la decisión que hemos tomado para avanzar con el proceso de
certificación. Ha sido complicado, y era incierto poder lograrlo, pero le hemos
metido todas las ganas. Lo incierto, hoy por hoy, es una realidad. Hay muchas
empresas que han intentado tomar decisiones y también certificar. En nuestro
caso, el proceso ha sido complicado porque el trabajo se hace en planta, la
capacitación se hace en planta y la respuesta está en planta. Nosotros
invertimos en el proceso de certificación sabiendo que eso nos ayudaría a
mejorar la marca de la empresa.
SE AFIRMA QUE CUANDO LAS CONDICIONES NO
ESTÁN DADAS HAY QUE FABRICARLAS, ¿QUÉ TE DICE ESO?
Yo estoy de acuerdo. Lo primero que hicimos fue
la inducción con el personal, para ver cómo estábamos en realidad. Ahí vimos
que estábamos trabajando desordenados. Hemos tenido que cambiar el pensamiento
del personal y a partir de eso todo ha cambiado. En las capacitaciones nunca se
habló del ladrillo, sino de la puntualidad, de la responsabilidad, de los
principios y valores. Desde ahí la gente empezó a entender que, si tú estás
ordenado en tu casa, da ganas de estar igual en el trabajo. Si tú eres puntual,
da ganas de que todos sean puntuales, y ese efecto que llegó a los empleados
también impactó en la fabricación de los productos. Ellos ya sabían y se
animaron a coordinar mejor, con base en los procesos de capacitación.
¿CÓMO VES EL ROL DEL EMPRESARIO EN GENERAL
EN BOLIVIA?
En Bolivia falta apoyo para los emprendimientos
productivos y deberían dar más
facilidades a los empresarios.
En Chile, por ejemplo, un emprendimiento
productivo es rápidamente acogido y apoyado por las autoridades que facilitan
todo tipo de incentivos.
Observando con más cuidado todo lo que implica
invertir en una empresa, se podría llegar a plasmar de mejor modo los apoyos.
Por ejemplo, para el rubro en el que nosotros
nos encontramos, cuando queremos exportar los ladrillos nos piden un montón de
documentos para sacar nuestros productos a Puno y Cuzco, en Perú, y es
lamentable que esos mismos ladrillos puedan salir por la vía del contrabando.
“LA CERTIFICACIÓN HA SIDO EL PUNTO DE
QUIEBRE”
Edwin Gonzales, como Gerente de Planificación
de Industrias en Ladrillos Patzi, jugó un rol fundamental en el proceso de
certificación de la empresa.
¿PARA INDUSTRIAS PATZI, CUÁN DEFINITORIO HA
SIDO TRABAJAR EN EL TEMA DE LA CALIDAD EN LA CERTIFICACIÓN?
La certificación de la calidad ha sido un
factor clave, un punto de quiebre, si se quiere, en lo que ha sido el
desarrollo de la empresa, porque a partir de este momento se ha podido
demostrar que teníamos un buen producto. El producto siempre ha sido bueno en
Industrias Patzi, lo diferente ha sido en la empresa y poder demostrarlo, poder
certificarlo y dar pruebas de su calidad.
¿Y COSTÓ MUCHO ENTRAR EN ESTOS PROCESOS?
Ha costado mucho, pero además de todo, el
sacrificio administrativo con procesos de producción. Nosotros entramos en esos
procesos que ayudan a las empresas que es el cambio cultural, el cambio en las
personas, la disciplina, el orden. El poder hacer el registro, el poder manejar
documentación adecuada, el poder hacer todos los procesos en función a todas
las normas y estándares de calidad.
¿LA CERTIFICACION ESTÁ PERMITIENDO ALCANZAR
MUCHOS OBJETIVOS?
Gracias a la certificación, nosotros hemos
podido ingresar a nuevos mercados.
Han venido a tocar nuestras
puertas empresarios grandes, en virtud a que somos la única empresa en
La Paz, y una de las pocas de Bolivia, que cuenta con certificación. Entonces,
toda constructora, todo emprendimiento que se precia de ser un poco más serio,
exige normas de calidad elevadas y eso es lo que nosotros tenemos.
“DESDE QUE SOY PADRE, MI VIDA CAMBIÓ
MUCHO”
¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE PARA JENRRY
PATZI?
En mi juventud no he sido un santo, pero sí
desde que soy padre cambié en todo sentido. Yo era músico antes y tocaba en
Código Fher, como parte de otro momento en mi vida. En cambio, desde que soy
padre siento que el mañana no es nada fácil para Bolivia, entonces lo mejor que
podemos hacer hoy es invertir en la educación de nuestros niños y, por ahora,
lo más importante para mí es mi familia.
¿EN ALGÚN MOMENTO DE TU JUVENTUD ESTABAS
EN EL RUMBO EQUIVOCADO?
Creo que no estaba aprovechando mi tiempo del
mejor modo, pero reaccioné y gracias a
Dios ha sido para bien y en eso también tengo que agradecer a mi primo Jimy
Patzi, que en paz descanse, porque él siempre me reclamaba y me decía ‘¿cuándo
vas a acabar la carrera?’ Entonces yo me molestaba, pero ha sido lo mejor que
he podido hacer y hoy por hoy soy profesional.