El Tribunal Supremo de EEUU pone fin a la discriminación positiva por raza en las universidades
La Corte
Suprema de Estados Unidos puso fin este jueves a los programas de
discriminación positiva en las universidades, en un histórico fallo un año
después del revés al derecho al aborto.
Sus seis jueces
conservadores dictaminaron, en contra de la opinión de los tres progresistas,
que los procedimientos para el ingreso en los campus universitarios basados en
el color de la piel o el origen étnico de los solicitantes son
inconstitucionales. "El alumno debe ser tratado en función de sus
experiencias como individuo, no en función de su raza", escribió el
presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
Los magistrados
conservadores estiman que las universidades son libres de considerar la
experiencia personal de un solicitante, por ejemplo si sufrió racismo, a la
hora de sopesar su solicitud frente a otros más calificados académicamente.
Pero decidir principalmente en función de si es blanco o negro no está permitido,
es en sí mismo discriminación racial, aseguran. "Nuestra historia
constitucional no tolera esa elección", añadió Roberts.
Varias universidades muy selectivas introdujeron criterios raciales y étnicos en sus procedimientos de admisión a finales de la década de 1960 para corregir las desigualdades derivadas del pasado segregacionista de Estados Unidos y aumentar la proporción de estudiantes negros, hispanos o indios estadounidenses en sus aulas. Esta política, conocida como "discriminación positiva", siempre ha sido muy criticada en los círculos conservadores, que la consideran opaca y racista.
La Corte
Suprema se ha pronunciado en contra de las cuotas en varias ocasiones desde
1978, pero siempre ha autorizado que las universidades tengan en cuenta
criterios raciales, entre otros. Hasta ahora, había considerado
"legítima" la búsqueda de una mayor diversidad en los campus, aunque
ello supusiera quebrantar el principio de igualdad entre todos los
estadounidenses.
Los jueces
progresistas declararon este jueves estar indignados con este giro de 180
grados. El tribunal está "invirtiendo décadas de jurisprudencia y de
inmenso progreso", escribió la jueza Sonia Sotomayor en su nombre.