Alvaro Noboa y Maria Luisa Gonzales
En debate Luisa González 'roba la cartera' de Noboa y equilibra la balanza en la campaña en Ecuador
Las dos semanas que quedan para las elecciones en Ecuador
serán de infarto. Si bien en la recta final Daniel Noboa partía como favorito,
el debate presidencial del domingo equilibró la balanza.
Noboa venía de ser el gran e inesperado ganador del debate
presidencial en la primera vuelta y las encuestas lo habían registrado en un
sólido primer lugar para el balotaje. Su capacidad para no ser partícipe en un
choque político, sino en administrar un temperamento técnico, profesional, que
elude toda conflictividad, pareció haberlo catapultado para superar con creces
frente a los otros tres candidatos que aspiraban un puesto en el balotaje y que
tenían peso para lograrlo.
En esa oportunidad logró sorprender, pero Luisa González
"le robó la cartera" a lo largo del debate presidencial de este
domingo. Era de esperarse que la candidata progresista diera play al discurso
izquierdista, que implicó señalar la condición de clase del candidato 'niño de
papá', 'neoliberal' y 'reaccionario'.
González no siguió un libreto abstracto, sino que relacionó
al candidato en escándalos existentes pero puntuales, como la explotación
minera de sus empresas o el caso de exministro Bernardo Manzano, acusado de
narcotráfico y que ha sido su funcionario.
En cambio, González no siguió un libreto abstracto sino que
relacionó al candidato en escándalos existentes pero puntuales, como la
explotación minera de sus empresas, el caso de exministro Bernardo Manzano,
acusado de narcotráfico, que ha sido su funcionario y que apoya al actual
gobierno de Guillermo Lasso.
La candidata de la Revolución Ciudadana desarrollo una
especie de 'acupuntura de polarización', que evitó los grandes metarrelatos,
pero logró vincular al empresario con los acontecimientos que más ensombrecen
el nombre de su familia y sus empresas.
Pero además, si bien Noboa trató de repetir la estrategia de
"despolarización" del primer debate, en este evento el resultado fue
diferente. Apenas alcanzaba a lanzar indirectas a González, quien lo repelía rápidamente
al acusarlo de divisionista y pugnaz.
Entonces, el empresario lució acorralado y no logró salirse
de la esquina con su típica postura introvertida, de niño bueno, más que de
político tradicional.
Esta vez, su táctica no fue del todo eficiente al respecto.
Con esto, González se permitió avanzar en el terreno y es muy probable que hoy
esté emparejando las encuestas.
Lo que queda de campaña
El 15 de octubre se realizará el balotaje. Hasta entonces
queda una campaña tan intensa como extensa. El cronograma electoral de estas
inesperadas presidenciales ha sido vertiginoso.
Ambas candidaturas necesitan un 'puntillazo final', una
estocada, así que podría esperarse algún nuevo movimiento de fichas de
cualquiera de los dos. Habrá que esperar las siguientes encuestas para tomar
decisiones.
Primero, el pasado 17 de mayo Lasso decretó la 'muerte
cruzada'. A los días, el Consejo Nacional Electoral ya tenía un cronograma que
preveía una campaña para la primera vuelta, que oficialmente duraba tan solo
nueve días y que además estuvo constantemente sobresaltada por eventos que
pusieron en jaque el proceso comicial: los asesinatos del alcalde de Manta,
Agustín Itriago, y del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Cuando el 20 de agosto se supo quiénes irían al balotaje,
quedaban casi dos meses para el encuentro y las estrategias debían bajar el
ritmo para no agotarse antes de tiempo.
Lo disruptivo que fue el primer debate hizo ubicar el careo
del balotaje en el clímax de la carrera de ambos comandos. Conseguido el culmen
del encuentro, aún quedan dos semanas en el que las estrategias ya están
develadas y solo queda facturar las alianzas de último minuto.
Pero Ecuador está bajo un clima explosivo e inesperado. Por
esto, los comandos de campaña estarán interesados sobre todo en eludir con
eficiencia cualquier abrupta e insospechada eventualidad que provenga de la
campaña negra del contrincante, o de algún acontecimiento de la ya convulsa
cotidianidad.
Sin embargo, ambas candidaturas necesitan un 'puntillazo
final', una estocada, así que podría esperarse algún nuevo movimiento de fichas
de cualquiera de los dos. Habrá que esperar las siguientes encuestas para tomar
decisiones.
El debate equilibró las cargas y hoy nadie sabe en Ecuador
quién podría ganar. Por ende, el mínimo error podrá costar el resultado
favorable. Si en las presidenciales de 2021 la diferencia a favor de la derecha
fue de 5 %, en esta ocasión la foto final se ve mucho más cerrada.
Así, quedan días muy intensos en los que cada minuto vale,
pero también resta un tramo más amplio que el de la campaña de la primera
vuelta. En el Ecuador de hoy, cualquier cosa podría pasar.