Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron este martes en un encendido debate presidencial lleno de ataques personales y políticos. Harris logró poner a la defensiva a Trump en varias ocasiones y salió fortalecida del encuentro. Su equipo de campaña incluso declaró que “Harris está lista para un segundo debate”. La vicepresidenta también recibió el respaldo de la cantante Taylor Swift, quien expresó su apoyo debido a que Harris “lucha por los derechos y causas” con los que ella se identifica.

Por su parte, Trump se proclamó ganador del debate en su plataforma Truth Social, afirmando que fue “su mejor debate”. No obstante, el politólogo Larry Sabato opinó que “Harris ganó por un amplio margen”, aunque advirtió que es posible que esto no influya demasiado en las encuestas, que actualmente se encuentran muy ajustadas.

El debate, transmitido por la cadena ABC desde Filadelfia, comenzó con un apretón de manos, pero pronto se tornó tenso. Harris acusó a Trump de dejar un legado de caos en la economía, la salud pública y la democracia, mientras que Trump la llamó “marxista” y centró su discurso en la inmigración, repitiendo declaraciones controvertidas y desmentidas sobre los migrantes.

Durante el intercambio, Harris destacó que la administración de Trump había causado “el peor desempleo desde la Gran Depresión” y otras crisis significativas, mientras Trump la acusó de copiar las políticas económicas de Biden. A lo largo del debate, la retórica agresiva y los ataques personales se mantuvieron, con Harris reprochando a Trump por usar la raza para dividir al país y ser objeto de burlas a nivel internacional.

Ambos candidatos intentaron ganarse a los votantes indecisos, especialmente en los estados clave, presentando visiones contrastantes para el futuro del país. Harris pidió a los estadounidenses seguir “un nuevo camino” que deje atrás la era de Trump, mientras ambos intentan conquistar a los votantes que aún no han decidido su apoyo.