León Gieco le puso música a la muestra “Donde caen los sueños”
Un grupo de
fanáticas de León Gieco se saca fotos con un retrato del músico.
Varios invitados se acercan a las obras creadas por Laura Kornblihtt para
ver los detalles. Un chico de seis o siete años señala un mapa del territorio
argentino, ubica las Islas Malvinas y le pregunta a su madre: “¿a dónde están
los piratas?”. Esas escenas forman parte de la previa del encuentro que tuvo
lugar el viernes en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur y que
podría definirse como una estupenda síntesis entre arte, música, memoria y
afectos. Desde mayo se puede visitar en el Espacio Memoria y Derechos
Humanos (Av. del Libertador 8151) Donde caen los sueños, una muestra que
incluye cuadros hechos con acrílico, y también con maderas, telas, diarios
viejos, cartas y otros materiales desechados bajo la premisa de darles una
segunda vida a través del arte. Allí donde otros ven desechos, la artista
encuentra material precioso, objetos con una historia digna de ser capturada,
piezas en las que el tiempo dejó su huella imborrable.
Para cerrar la semana hubo una visita muy especial: León Gieco recorrió la muestra y ofreció un concierto junto a varios músicos invitados. También estuvieron presentes autoridades destacadas como el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y el director del Museo Malvinas, Edgardo Esteban. “Hoy es un día muy especial porque podemos escuchar a León y ver la muestra de Laura, que es una maravilla”, celebró Esteban en el rol de anfitrión. A León lo conoció en octubre de 1996: en esa época él trabajaba para Telesur y el músico había llegado temprano a una entrevista, entonces se animó a regalarle un ejemplar de Iluminados por el fuego. Dos semanas después recibió un llamado: Gieco había leído el libro y lo invitaba a tomar un café. “Fue la primera persona que me dijo que había que hacer una película. Años después conocí a Tristán, trabajamos en ese proyecto maravilloso y lo buscamos durante meses con tanta obstinación que un día nos llamó y le recordamos la promesa: si se hacía la película, él iba a componer la música”, contó.
El soundtrack
de la versión cinematográfica incluye “Donde caen los sueños”, la misma canción
en la que Kornblihtt se inspiró para titular su muestra. Esteban definió a la
artista como “una mujer extraordinaria, silenciosa, con una mirada profunda y
las huellas de una vida dura en aquella época de la dictadura”, marcas que pudo
exorcizar a través “del arte y la resiliencia”. El director agradeció por los
“sueños compartidos, el amor profundo, la amistad, las aventuras y la ternura”,
subrayó la necesidad de construir sentido por la causa Malvinas y destacó que
en el museo “no hay armas sino historias para contar”, porque se trata de un
lugar con compromiso donde “se lucha por la verdad, la memoria y la soberanía
de nuestras islas”.
Laura Inés Kornblihtt nació en Buenos Aires en 1954, fue detenida en la Facultad de Medicina (UBA) en 1975 durante su embarazo, estuvo presa en Devoto y luego permaneció en el exilio hasta el retorno de la democracia. Es médica hematóloga del Hospital de Clínicas y en 2005 empezó a explorar el universo de las artes plásticas desarrollando obras con técnica mixta a partir de materiales transformados por el tiempo como diarios viejos, descartes y óxidos. La artista agradeció a todo el equipo del museo, a las autoridades, a su familia, a Página/12, a León y a los músicos invitados. “Hoy son testigos de su generosidad ilimitada haciendo esta movida para participar de la muestra. Este museo siempre me impactó porque es un lugar donde uno conoce el presente y el pasado de la isla”, manifestó. Al regresar del exilio tomó dimensión de lo que había ocurrido en Malvinas y reforzó su conexión con ese territorio. El origen de la muestra tuvo que ver con algunos materiales que Kornblihtt encontró en la explanada del predio: había varios óxidos que caían y estaban desperdiciados sobre el asfalto, entonces se le ocurrió que podía tomarlos como materia prima para una obra. “Edgardo me contó que los amaneceres en la isla eran muy importantes porque paraban los bombardeos y había cierta tranquilidad”, comentó sobre los cuadros titulados Amanecer y Bombardeo.
El concierto que dio Gieco junto a los músicos fue de primer
nivel y duró más dos horas. En el comienzo León interpretó dos canciones
de su disco más reciente, El hombrecito del mar: con los versos de “Días
peligrosos” y “El orgullo” emocionó a un auditorio que después de los últimos
acordes seguía secándose las lágrimas. El primer invitado de la tarde fue Antonio
Druetta, oriundo de Cañada Rosquín al igual que Gieco: juntos cantaron “El
desembarco” (un estribillo especialmente dedicado a Laura) y Druetta interpretó
una bellísima versión de “Semillas del corazón”.
El segundo invitado fue Diego Smolovich, histórico stage manager de Les Luthiers y fan de las canciones que Gieco compuso en los años 80 (algo con lo que el rosquinense bromeó en el escenario). Smolovich interpretó “La poesía es un arma cargada de futuro”, tema basado en el poema de Gabriel Celaya con música de Paco Ibáñez, y juntos cantaron “La historia ésta” antes de que León invitara al ministro Bauer a decir unas palabras: “Acompañamos la calidad artística de Laura en el Museo, desde este universo que tanto nos conmueve: el universo Malvinas y lo que significa para los argentinos y las argentinas”. El ministro agradeció a Kornblihtt, a Esteban y a Gieco por la música, “porque hay lugares del alma a los que sólo podemos llegar desde el arte. El otro día hablaba con Fernanda Raverta y me decía que para cada episodio profundo en Argentina, hay una canción de León que lo refleja”.
“Cinco siglos
igual” fue el tema que León dedicó al pueblo de Jujuy con una sentida
interpretación en su guitarra. Después llamó al escenario a Carla Rivarola,
cantante y compositora argenmex que le regaló al público presente dos
joyitas de su repertorio: “Miedo del miedo” (un tema sobre los femicidios en
México) y “La gravedad”. El último invitado del encuentro fue David Tagger,
quien pidió un aplauso para Gieco y agradeció públicamente que los pasara a
buscar a todos en el auto como si fuera “el tío León” y estuvieran de
gira. Con Tagger cantaron por primera vez en vivo “En el fondo del mar”,
tema compuesto por el joven que verá la luz el 14 de julio en todas las
plataformas. Y junto a Druetta interpretó otra de sus creaciones titulada
“Dulces sueños”.
Hacia el final,
Gieco cantó “Todos los días un poco” y luego tuvo lugar uno de los momentos más
emotivos porque compartió escenario con Joana Gieco, su hija --quien se
presentará el 16 de julio a las 21 en Rondeman junto a Alejo León, otro de
los invitados del concierto--. Juntos interpretaron una exquisita versión de
“Canto en la rama”. Para el cierre, León invitó a todes al escenario (también
se sumó la armonicista Sandra Vázquez) e interpretaron dos hitazos:
“Pensar en nada” y “El fantasma de Canterville”. Además, hubo un bonus track
junto a algunos excombatientes que estaban presentes y subieron a cantar con
Gieco “Sólo le pido a Dios”.
Un encuentro
repleto de emociones y música de alto vuelo, con la memoria, la verdad, la
justicia y la soberanía en el centro de la escena. “Hoy compartimos distintas
formas de arte para llegar a la gente y sensibilizarla. Fue un trabajo en
equipo. Este cuadro que doné al museo es una pequeña contribución para que las
nuevas generaciones puedan tomar conciencia de lo que fue la guerra y lo que
significan las Malvinas”, declaró Kornblihtt a Página/12 después de
un encuentro conmovedor.