El actor chileno Pedro Pascal
Los latinos representan el 20 % de todo EEUU, pero Hollywood solo les asigna el 5 % de los papeles en el cine
A pesar de ser el grupo minoritario más grande en Estados
Unidos, el 19% de la población, los latinos están subrepresentados tanto en los
medios de comunicación como en las producciones cinematográficas y televisivas.
Según un estudio de la Iniciativa de Inclusión Annenberg, de la Universidad de
California, los datos no ha mejorado en los últimos 16 años. En casi dos
décadas, solo ha habido 75 actores y actrices hispanos como protagonistas o
coprotagonistas en películas, lo que supone que la representación de actores de
origen latino en Hollywood sea de solo del 4,4%.
Los datos resultan más desequilibrados teniendo en cuenta
que en Los Ángeles, la población hispana ya supone el 49% del total. La
Academia ha anunciado públicamente su intención de mostrarse más inclusiva y
plural, pero no ha especificado qué pasos va a seguir para conseguirlo. Joaquín
Castro, presidente del Caucus Hispano, explicó en la Radio Pública Nacional
(NPR) que los resultados son nefastos en materia de igualdad: “Hollywood sigue
siendo la institución principal que define la imagen y crea la narrativa en la sociedad
estadounidense y los latinos siguen siendo en gran parte invisibles en esta
industria”.
Papeles como el que Greta Gerwig le dio a America Ferrera
-estadounidense de origen hondureño- en Barbie (2023), y que le valió una
nominación como mejor actriz secundaria en los Oscars, se celebran con pasión
entre la comunidad latina. Ferrera, ganadora de un Emmy y un Globo de Oro, es
una defensora a ultranza de cómo la narrativa inclusiva cambia la historia. En
un almuerzo de mujeres organizado por la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas, la actriz lamentó que “según las cifras, la narrativa
dominante que la industria presenta al mundo es que los latinos o bien no
existen o son pobres, inmigrantes criminales.”
Una realidad que también destaca el estudio, al señalar que
las representaciones de hispanos están llenas de estereotipos negativos. El
24,4% de los protagonistas hispanos eran como inmigrantes y con bajos ingresos
y el 57,8%, criminales.
No hay tantos actores de origen latino rápidamente
reconocibles y recordados por haber tenido éxito en Hollywood. Rosie Pérez,
Benicio del Toro, Jennifer López, Pedro Pascal, Salma Hayek, Gael García
Bernal, Eva Longoria, Zoe Saldana, Sofía Vergara. Son, con frecuencia, los
mismos y casi se pueden contar con los dedos de las manos.
La invisibilidad no afecta solo al gremio de actores, sino
también a los directores, productores, directores de casting y guionistas de
origen latino. Así como a la financiación de las películas lideradas por
latinos, cuyo coste ronda los 10 millones de dólares, en contraste con los 25
millones de media otorgados al resto de películas.
Desde el 2016, America Ferrera cofundó una fundación, Harness, a través de la cual ejerce el activismo para propiciar la inclusión de otras voces a la narrativa imperante. Recientemente han lanzado un proyecto denominado DEAR Hollywood para promover concretamente la equidad y la inclusión latina en la meca del cine. La aspiración es conseguir que los líderes de producciones se comprometan a ayudar, siguiendo algunas bases como no contar historias sobre latinos sin latinos, contratar latinos para proyectos que no sean latinos y representar todos (y no solo algunos) de los aspectos de la vida y cultura de los latinos.
El proyecto está también auspiciado por Untitled Latinx
Project (Proyecto Latino sin nombre), una comunidad de creativos hispanos que
tienen como objetivo aumentar la visibilidad en televisión, radiodifusión,
cable y otras plataformas de difusión.
Mejorar la representación en pantalla ayudaría a promover
una representación más equitativa y justa, pero también podría generar de 12 a
18 billones de dólares en nuevos ingresos para la industria del cine y la
televisión, según una investigación publicada en marzo por la consultoría
McKinsey. Éxitos comerciales como las películas de animación Coco y Encanto (de
Disney), o la popular serie Jane the Virgin, son la prueba.