Bolsonaro y su amigo Neymar
Lula pone a Messi como ejemplo y arremete contra el bolsonarista Neymar y la selección brasileña
Luiz Inácio Lula da Silva, que además de presidente de
Brasil es un gran aficionado al fútbol, ha ventilado este martes su frustración
por años de sequía de la selección brasileña de balompié en los Mundiales con
uno de esos golpes donde más duele. El mandatario ha posado su mirada en la
vecina y siempre rival Argentina para ensalzar a su estrella, Lionel Messi,
como un ejemplo de dedicación al trabajo que el capitán de la Canarinha,
Neymar, de 31 años, y el resto de sus compañeros deberían seguir. “Messi debería
servir de ejemplo a los futbolistas brasileños. El tipo, con 36 años, campeón
del mundo, con el Balón de Oro y todo. La dedicación de Messi debería ser una
inspiración para estos chavales. Quien quiera ganar el Balón de Oro tiene que
dedicarse, tiene que ser profesional. Y eso no casa bien con la farra y
trasnochar”.
El izquierdista Lula ha pronunciado la demoledora indirecta
durante la entrevista semanal que concede a un periodista afín para presumir de
logros además de opinar sobre los asuntos más candentes de la actualidad. Y
luego ha difundido lo más jugoso de la declaración por redes sociales.
En menos del dos horas, su tuit en la red X (antes Twitter)
tenía más de 6.000 comentarios, muchos salivando a la espera de la réplica de
Neymar, que no fue mencionado pero a nadie se le escapa que era el primer
señalado.
Pocas horas antes, Messi había recogido en París el octavo
Balón de Oro de su carrera, más que nadie. La estrella de la albiceleste acaba
de despedirse de la élite del fútbol mundial —juega en el Inter de Miami— tras
coronar su carrera con el Mundial, el título que le faltaba a su futbol
espectacular y brindar así a sus compatriotas la mayor alegría —y una de las
pocas— de los últimos años.
Desde la perspectiva de los aficionados brasileños, que
llegaron al Mundial viéndose como favoritos, no solo Argentina se llevó la Copa
—cosa que duele— sino que la Canarinha cayó en cuartos de final en la tanda de
penaltis contra Croacia, el 9 de diciembre. En ese instante quedó enterrado el
sueño de conquistar la sexta en honor a Pelé, que luchaba por su vida en un
hospital. O Rei murió el 29 de diciembre.
El dardo más afilado lanzado por Lula iba contra Neymar, que
es cinco años menor que Messi y que ahora juega en Arabia Saudí por un dineral.
El capitán brasileño se lesionó recientemente en un partido clasificatorio del
próximo Mundial. Aparte de ser considerado un caprichoso que se esfuerza poco,
medio Brasil no olvida que el futbolista se embarcó de lleno en la campaña
electoral pidiendo el voto para el ultraderechista Jair Messias Bolsonaro, al
que Lula derrotó por la mínima.
Con este ataque a los jugadores de su propia selección, el
presidente de Brasil también logra organizar un notable revuelo, dejar claro
que está de vuelta después de que le colocaran una prótesis de cadera hace un
mes y desviar la atención de la polémica sobre si su Gobierno cumplirá la meta
de eliminar el déficit fiscal.
Precisamente, el lunes viralizó en Argentina un viejo tuit
de 2016 del ultra Javier Milei, que disputará la segunda vuelta de las
presidenciales, en el que elogiaba a Pelé frente al también fallecido Maradona,
al que acusaba de drogadicto y gordo además de un peor palmarés, para criticar
a los peronistas.
La sequía mundialista de Brasil cumple ya 21 años. Alzó su
última copa en 2002, cuando Neymar era un crio y algunos de sus compañeros ni
siquiera habían nacido. La frustración en su tierra natal es grande. El
presidente también se ha quejado en la entrevista porque los adolescentes
brasileños que despuntan sean fichados inmediatamente por clubes europeos. Es
el caso de prácticamente todos los jugadores de la selección.
Kaká fue, en 2007, el último brasileño que alzó el Balón.
Aquella fue una década fructífera porque Ronaldinho la consiguió en 2005 y
Ronaldo, en 2002.