Militares de Estados Unidos podrán realizar operaciones en territorio ecuatoriano
Ecuador anunció que las fuerzas armadas estadounidenses podrán realizar operaciones en su territorio para enfrentar actividades ilegales como el narcotráfico y la trata de personas.
Según
lo informado el martes pasado, para la efectivización de este proceso,
los acuerdos suscritos entre ambos países deben ser sometidos a
la Corte Constitucional, que tiene la potestad de aprobarlos o negarlos,
debido a que Ecuador no tiene Asamblea porque el presidente Guillermo
Lasso la disolvió en mayo.
En
conferencia de prensa, el canciller ecuatoriano Gustavo Manrique aclaró que
esto no significa la instalación de tropas estadounidenses en el país (“Entran
en períodos de corta duración, hacen los operativos y se retiran”, aclaró) y
destacó que esas operaciones tendrán la coordinación y vigilancia de las
autoridades ecuatorianas “para no perder soberanía”.
Aseveró
que también hay otro acuerdo que determina un marco jurídico para que las
tropas y funcionarios del gobierno estadounidense puedan “circular y estar
en territorio ecuatoriano”.
La
historia de estas cooperaciones militares
Esta
es la segunda vez en este siglo que se abre la cooperación militar
entre ambos países: la primera fue la cesión de una base aérea en la
ciudad de Manta, desde donde los militares estadounidenses cumplieron
misiones contra el tráfico de drogas entre 1999 y 2009, cuando el entonces
presidente Rafael Correa puso fin al convenio.
En
esta oportunidad, el presidente Lasso suscribió los acuerdos durante una gira
de 10 días por Estados Unidos, que terminó la semana pasada, y en la que
mantuvo reuniones en Nueva York y Washington con distintas autoridades y
organismos internacionales a los que manifestó “la urgencia de enfrentar juntos
al crimen organizado transnacional para frenar la violencia y los delitos”.
La
crisis en Ecuador
Ecuador
atraviesa la peor crisis de inseguridad en décadas desatada por
estructuras del crimen organizado dedicadas al narcotráfico, la
extorsión y los secuestros, entre otros delitos, y que mantienen en zozobra a
los ciudadanos y al sector productivo.
A
ello se suman los recurrentes motines y disturbios en las cárceles por
enfrentamientos entre bandas rivales, subsidiarias de cárteles de Colombia y México,
que pugnan por el control de rutas para el narcotráfico y territorios de
distribución de drogas, de acuerdo con las autoridades. En los últimos 30
meses 400 presos fueron asesinados por sus compañeros.
En
mayo, Lasso disolvió la Asamblea y acortó su propio mandato en medio de un
juicio político que buscaba su destitución. Su sucesor será elegido en una
segunda vuelta electoral entre la correísta Luisa González y el empresario
Daniel Noboa prevista para el próximo 15 de octubre.