El sábado 29 de julio, un niño de ocho años en la urbanización Vichuloma, al este de la ciudad de Oruro, sufrió las consecuencias de creer en los superpoderes del Hombre Araña. Convencido de que podría obtener habilidades especiales como su héroe favorito, capturó una araña viuda negra mientras jugaba cerca de un riachuelo. Al intentar manipularla, fue picado en la mano izquierda, informa El Deber.

Aunque al principio no presentó malestar, diez minutos después comenzó a sentirse mal y tuvo que contarle a su madre lo sucedido. Preocupada, lo llevó rápidamente al centro de salud de la zona.

Ante la gravedad de la situación, los profesionales de salud deciden trasladarlo de urgencia al Hospital General San Juan de Dios, donde le suministran una dosis de antilatrodectus, el antídoto para el veneno de la viuda negra.

Ernesto Vásquez, responsable del Programa de Enfermedades Zoonóticas del Servicio Departamental de Salud (Sedes) Oruro, explicó que, aunque las picaduras de viuda negra rara vez son mortales, es fundamental buscar atención médica inmediata para evitar complicaciones, especialmente si el paciente tiene problemas médicos preexistentes o no mejora con la medicación habitual.

Vásquez también hizo un llamado a los padres y cuidadores para prestar mayor atención a los niños, especialmente cuando están en la edad en que se sienten atraídos por personajes ficticios como el Hombre Araña.

"Es fundamental explicarles que estas historias son meramente fantasía y que intentar imitar a los superhéroes podría poner en riesgo sus vidas. Aunque es un desafío, especialmente cuando ambos padres trabajan fuera de casa, es crucial hacer el esfuerzo por el bienestar de los hijos", expresó.

El caso del niño de Oruro no es el primero de este tipo, y Vásquez enfatizó la necesidad de tomar conciencia para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.

La creencia en poderes sobrenaturales y la emulación de hazañas ficticias pueden ser peligrosas, por lo que es responsabilidad de los adultos cercanos a los niños educarlos sobre la diferencia entre la realidad y la ficción, asegurando así su seguridad y bienestar.