"Pagar para no matar": Gobierno de Gustavo Petro defiende el programa contra la violencia
El presidente de Colombia,
Gustavo Petro, quiere utilizar subsidios mensuales de un millón de pesos (unos
240 dólares) para alejar a los jóvenes de la violencia que desangra al país. La
propuesta no es nueva: ya la implementó cuando fue alcalde de Bogotá
(2012-2015), la anunció varias veces como presidente, la incluyó en su Plan
Nacional de Desarrollo (PND) y le creó una dirección propia en el nuevo
Ministerio de la Igualdad. No obstante, en los últimos días, la iniciativa
generó especial revuelo por el modo en el que Petro se refirió a ella durante
una visita a Buenaventura, una ciudad que sufre el recrudecimiento de la
violencia. “Serán miles de jóvenes a los cuales les vamos a pagar por no matar,
por no participar de la violencia, por estudiar”, dijo.
Petro enfatiza en que hay un
vínculo directo entre la inseguridad y la falta de oportunidades. “Se junta una
juventud condenada a no tener futuro con la economía ilícita del narcotráfico”,
diagnosticó el viernes en Buenaventura, que en mayo tuvo el doble de homicidios
que el mismo mes del año anterior. Según datos del Ministerio de Educación,
solo el 24% de los jóvenes del litoral pacífico logran acceder a una
institución de educación superior, en contraste con una media nacional del 53%.
Para Petro, esto no es un factor menor: “Si dejaron al 80% afuera de la
oportunidad de la educación superior, pues entonces esos jóvenes se arman y se
ponen al servicio del traqueto [mafias], que siempre ordena matar”.
“Pagar por no matar” es una
apuesta fundamental para el proyecto de paz total del presidente, que considera
que abrir cupos en las universidades no funciona si antes no se abordan las
dificultades de los jóvenes para alimentarse y mantener a sus hijos. La idea es
que una renta básica ayude a sortear los obstáculos socioecónomicos para
estudiar y que haya menos incentivos para aceptar los ofrecimientos de las
bandas criminales. La iniciativa complementará la implementación de Universidad
en tu Territorio, un programa que se anunció el viernes y que busca abrir
500.000 nuevos cupos en carreras universitarias.
El ministro del Interior, Luis
Fernando Velasco, salió el lunes a respaldar la propuesta del mandatario. “El
‘no matar’ es una metáfora”, comentó en Blu Radio ante los cuestionamientos de
los periodistas. “No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras nuestra
propuesta económica surte efecto”, agregó en referencia a que el subsidio sirva
como un paliativo de la situación actual. Además, Velasco explicó que las
transferencias de un millón de pesos serán temporales y que se contará con el
apoyo de la Iglesia Católica y de organizaciones sociales que trabajan en los
territorios para identificar a los jóvenes en riesgo. Un programa piloto
contempla a 150 beneficiarios en el Pacífico, pero la idea es después ampliar
la cobertura y llegar a otras partes del país.
La oposición cuestiona el
programa porque considera que prioriza a los jóvenes que delinquen. El senador
Ciro Ramírez, del uribista Centro Democrático, declaró el domingo en Blu Radio
que los incentivos para no cometer delitos deben realizarse a través de la
educación y no de transferencias condicionadas. “No podemos dejar un precedente
de que es a los bandidos a quienes se les dan los incentivos y no a los colombianos
que están cumpliendo la ley”, comentó. Por su parte, la senadora María Fernanda
Cabal afirmó el lunes en Twitter que ser criminal “paga” en el Gobierno de
Petro: “A los jóvenes emprendedores [les exigen] impuestos, a los criminales
[les dan] subsidios”.
Los críticos, además, señalan
que el programa tiene el riesgo de cooptar a los jóvenes para volverlos afines
al presidente, una acusación que también se hizo cuando Jóvenes en Paz se
implementó durante la Alcaldía de Petro en Bogotá —según el mandatario, de
forma exitosa—. “Estos jóvenes con sueldos de Petro tienen una alta
probabilidad de volverse activistas petristas violentos, milicias petristas”,
declaró el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa sin dar mayores precisiones.
“De nuestros impuestos destinarán un billón de pesos para pagarle a criminales
y que no secuestren, maten o extorsionen. ¿Son los colectivos petristas?”,
cuestionó Cabal.
La propuesta del presidente,
sin embargo, no es nueva. Más allá del revuelo del fin de semana, el programa y
su retórica aparecen con regularidad en las declaraciones de Petro, que adapta
su mensaje a cada región. En diciembre, aseguró en el Norte de Santander que el
programa Jóvenes en Paz comenzaría el 1 de enero para que la juventud aprenda
“cómo es que se lee” y no cómo se dispara un arma. En enero, anunció en Cali
una iniciativa para que 100.000 jóvenes puedan “comer y estudiar”. “Para abrir
el libro hay que tener el pan”, dijo entonces. Hace unas semanas, reiteró su
deseo de “una renta ciudadana a cambio de educarse”, en referencia a la
situación de seguridad en Antioquia.
El mandatario resaltó el
sábado que su propuesta, ahora sí, está en marcha: “Ayer en Buenaventura
comenzó Jóvenes en Paz, que busca sacar jóvenes de la violencia pagando una
mensualidad que les permita estudiar en dignidad”. No obstante, los únicos
detalles concretos que se conocen son los que mencionó el ministro Velasco el lunes.
No hay especificaciones, por ejemplo, sobre cómo se identificará a la población
en riesgo o cómo se realizará el seguimiento de que los beneficiarios cumplen
con las obligaciones para cobrar el subsidio.
En el papel, los objetivos
generales de Jóvenes en Paz están en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), la
hoja de ruta del Ejecutivo. El texto aprobado en mayo establece cuatro ejes en
su artículo 348: transferencias monetarias condicionadas al trabajo social y al
estudio, acceso a mecanismos de asistencia al emprendedurismo, gratuidad de
programas educativos y provisión de servicios de salud mental. La
reglamentación, según el texto, debe realizarse en los tres meses posteriores a
la aprobación de la ley. Hace unos días, una nueva entidad destinada a la
iniciativa quedó bajo la órbita del nuevo Ministerio de la Igualdad, que
conduce la vicepresidenta Francia Márquez.
En la práctica, nadie parece
saber quién está a cargo en las etapas iniciales del programa. Ante consultas
de este periódico, el Ministerio del Interior afirmó que la vocería la tiene el
Departamento Administrativo de Prosperidad Social (DPS). Esa entidad respondió
que le corresponde al Ministerio de la Igualdad, que a su vez devolvió la
consulta a la cartera de Interior. “Pagar por no matar”, de momento, es solo
retórica./ EL PAÍS