El destacado escritor, abogado y pedagogo Celso Montaño Balderrama falleció por complicaciones en salud. Tenía 73 años de edad.

Sus restos, de acuerdo con información oficial, son velados en el domicilio de un pariente suyo, en la avenida Simón López y los Tarcos, según reportó OPINIÓN

Nacido el 6 de septiembre de 1949 en Punata, Celso tuvo sus primeras experiencias de racismo y discriminación cuando entró en la universidad pública, que no impidieron su titulación en Derecho y Educación, y le dejaron una consciencia de clase que trataría de imprimir en sus sensibles textos.

Comenzó su vida laboral desempeñándose como docente en unidades educativas e instituciones de educación superior, como la carrera de Derecho de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

El también crítico literario y periodista cultural —publicó innumerables artículos en el periódico OPINIÓN— ganó varios concursos de cuentos y novela en La Paz y Cochabamba, incluyendo el Premio de Cuento "Oscar Cerruto" de la carrera de Literatura de la UMSA y el de Novela "Marcelo Quiroga Santa Cruz", de Cochabamba, con su obra ‘”El corazón de Bolivia” (2007).En los últimos años también colaboró con la Revistas Voces de la ciudad de La Paz.

Su impacto social en la región fue descrito así por Antonio Rivera Mendoza: “Ha atravesado el espíritu de varias generaciones: contemos, por ejemplo, a los millares en las aulas de escuelas y colegios rurales y urbanos que aprendieron de él las primeras letras, los primeros conceptos, las ideas básicas y complejas para comprender la casa, el pueblo, la ciudad, el país, el mundo y los universos”.

Esto con motivo de la donación que Montaño hizo el año pasado al municipio de Quillacollo: la totalidad de su biblioteca, “una parte esencial de su vida para el disfrute de los demás, fiel convencido de que la cultura es principal para la felicidad y el cambio social”.

DEDICATORIAS

Enterados de su partida, diversas personalidades del ámbito literario se volcaron a las redes sociales para compartir mensajes a la memoria de Montaño.

El docente Roberto Agreda escribió: “Ha fallecido uno de los más grandes amigos y escritores que tuve en la vida, el profesor, abogado, docente de institutos normales y de la UMSS Celso Montaño Balderrama. Bolivia acaba de perder uno de los generales de la literatura boliviana”.

La escritora Gaby Vallejo Canedo publicó este párrafo: “Compañero en la universidad como alumnos fundadores de la Facultad de Humanidades y como colega docente. Recorriste espacios de grandes sueños. Me tomaste como motivo de tus columnas en OPINIÓN. No sé por qué te quebraste muy pronto. Y te fuiste a habitar soledades y soledades. Adiós amigo, gran  amigo”.

“Hay un cielo de palabras hermosa para personas como vos. Allá nos veremos un día. Adiós hijo de los mayores cóndores andinos. Adiós”, expresó el poeta Félix Jemio Saavedra; mientras que Milena Montaño, presidenta del PEN Cochabamba indicó: “¡Qué pena! Conocí a Celso Montaño. Cochabamba y Bolivia pierden a un representante de la literatura”.

“Murió el sembrador de las letras, crítico mordaz y gran amigo que desparramaba sentencias y valoraciones con toda naturalidad, como cuando circula el río cristalino para que las generaciones venideras aprovechen esos frutos. Paz en su tumba”, manifestó el historiador, investigador y poeta Juan Clavijo Román.

Por su parte, el investigador Franklin Arze le dedicó: “Celso, fue mi amigo de toda la vida, hasta que hace dos años, nos despedimos en vida. Leí toda su producción literaria. Él viaja ahora a la velocidad de la luz hacia un universo paralelo, del que nos ocupamos muchas horas en explorarlo a la luz de la razón filosófica, desde que éramos dos muchachos en Jahihuayco. Admiro la lealtad fraternal de Roberto Agreda, por su camarada, Celso Montaño Balderrama. Extrañaremos sus agudos silogismos”.

Igualmente, en nombre de la Confederación Latinoamericana de Escritores, Artistas y Poetas de Mundo y la Sociedad Internacional de Poetas, Artistas  y Poetas, Jaime Orlando Flores, envió sus condolencias con este mensaje: “Amigo, compañero y hermano del alma, tú también partiste a un viaje sin retorno. Es difícil aceptar esta circunstancia tan dolorosa. Las páginas de tus obras escritas quedarán como testimonio de tus convicciones. Ve a los brazos de nuestro Padre Dios a gozar de la paz eterna. ¡Hasta pronto hermano del alma!”.