Jorge Glas, ex vicepresidente ecuatoriano
Por fin Glas pudo comunicarse con sus abogados: "No podía pararme por la paliza que me habían dado"
El exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas tuvo este
miércoles último la primera oportunidad de conectarse con sus abogados y
familiares cercanos. Vía Zoom, durante casi 40 minutos (lo que permite una
conexión no pagada), desde una celda de la cárcel de máxima seguridad,
denominada La Roca, se escuchó su testimonio de cómo fue secuestrado, el
viernes pasado, por las fuerzas militares y policiales, tras la orden del
presidente Daniel Noboa.
La noche del 5 de abril fue sacado de la habitación de la
embajada mexicana, se resistió, ante lo cual fue golpeado, prácticamente
torturado. En dos ocasiones intentaron esposarlo, pero la resistencia de Glas,
que mide alrededor de 1,80 metros, provocó la reacción virulenta de los
gendarmes y le propinaron patadas y golpes de puño y metralleta en sus piernas
y en sus brazos. Solo así pudieron doblegarlo y luego esposarlo.
Cuando consideraron que estaba ya inmovilizado, con la
intención de filmarlo, como si estuviese en buenas condiciones, quisieron
leerle sus derechos. Glas se desvanece, se cae, le piden que se levante, pero
no podía “por la paliza que me habían dado”, se oye en una grabación que
circuló en redes sociales desde la cuenta de su abogada Sonia Vera.
Ella, en conversación con La Jornada, manifestó que lo vio
muy mal, muy golpeado, con una condición física muy deteriorada y con el efecto
todavía de la intoxicación intestinal por la ingestión de medicamentos.
En su cuenta de X, el ex presidente Rafal Correa, corroboró
ese hecho: “Por fin sus hijos y sus abogados pudieron conectarse con Jorge Glas
vía Zoom. Ha sido vejado y torturado. Actualmente está incomunicado y sin
siquiera luz solar. Hemos confirmado que la emergencia médica fue intento de
suicidio. No ha comido nada y se encuentra en huelga de hambre.
Responsabilizamos a Daniel Noboa por la integridad física y emocional de Jorge.
Le recuerdo a Noboa que claramente ha cometido el delito tipificado en el art.
125 del Código Penal”. En ese artículo se señala que la persona, que con
ocasión y en desarrollo de conflicto armado, prive de libertad, detenga
ilegalmente, deporte, traslade, demore o retarde la repatriación de la persona
protegida, será sancionada con pena privativa de libertad de 10 a 13 años.
Los informes oficiales nunca señalaron esa situación.
Dijeron que su mal estado de salud era producto de que no había querido comer.
De hecho, algunas versiones indicaron que cuando ingresó al hospital Militar,
de Guayaquil, lo hizo ya en estado de coma. Cuando salió de esa condición se lo
trasladó al hospital Naval, de la misma ciudad.
La abogada Vera confirmó que su situación de salud es muy
delicada y que su determinación de “no claudicar” es firme, pero tampoco de no
dejarse someter a nuevas torturas, le podría llevar a una medida.
El testimonio de Glas se podrá escuchar de nuevo este
jueves, en la audiencia de Habeas Corpus, que normalmente se realiza con la
presencia física del afectado. Bajo ese relato, un juez podría anular la
prisión a la que se encuentra ahora sometido, si considera que no había
causales ni motivos, menos aún sin los requerimientos mínimos de respeto a sus
derechos humanos, enfatiza la abogada Vera.
Incluso, añade, si el juez determina que se violaron sus
derechos humanos y lo pone en libertad, dada su condición de asilado político,
por parte del gobierno mexicano, Glas podría ser favorecido con el traslado a
este país y acogerse a todos los beneficios de esa condición, además del su
derecho de iniciar acciones legales en contra de sus victimarios.
De hecho, ayer se reafirmó un dato poco conocido: Glas tiene
también la nacionalidad alemana y por eso, desde que ya estuvo anteriormente
detenido las autoridades de Berlín han seguido de cerca su caso. Incluso,
ahora, cuando se despedía al personal diplomático de México, tras la invasión a
la sede en Quito, los representantes de Alemania los acompañaron en el
aeropuerto Mariscal Sucre.
"Seguimos muy de cerca el caso del Sr. Glas e
intentamos establecer contacto directo con las autoridades ecuatorianas",
declaró un portavoz en respuesta a una pregunta del medio alemán Spiegel. Entre
las tareas de las misiones alemanas en el extranjero figura también la de
ocuparse de los ciudadanos alemanes encarcelados.
Y frente a todo esto, tanto las más altas autoridades del
gobierno de Noboa, como los voceros de la derecha ecuatoriana insisten que Glas
es un delincuente común y debe permanecer en la cárcel. Al menos así se
pronunciaron la ministra de Gobierno, Mónica Placencia, y la canciller Gabriela
Sonmerfeld, durante su comparecencia a la Comisión de Asuntos Internacionales,
de la Asamblea Nacional. Para ellos, no tendría validez el asilo otorgado por
México, pues éste país habría incurrido en una falta diplomática grave:
insmiscuirse en los asuntos de otro Estado.