Subvención a la gasolina y el diésel suma $us 6.796 MM en una década
Esa política ha permitido una
estabilidad de precios en el mercado.
El costo de la subvención a la
gasolina y el diésel importado en la última década ha representado para las
arcas del Estado la suma de Bs 47.300 millones ($us 6.796 millones), monto
equivalente al 15% del Producto Interno Bruto (PIB) nominal del país.
Esta política, cuestionada por
algunos sectores académicos y partidos de la oposición, incluido el
expresidente Evo Morales, ha permitido una estabilidad de precios. En los
últimos 10 años, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) —que mide la tasa de
inflación— no ha superado el dígito y se mantiene entre los más bajos de la
región y el mundo, favoreciendo a las familias de menores ingresos.
Pero esta política no es
nueva. Bolivia la aplica desde fines del siglo pasado, cuando el entonces
presidente Hugo Banzer (1997- 2000) decidió congelar los precios de los
combustibles fósiles. Cuatro años más tarde, a fines de 2004, el gobierno de
Carlos Mesa hizo algunos ajustes y subió el precio de los combustibles. Y, el
27 de diciembre de 2010, Evo Morales quiso hacer lo mismo, pero cuatro días
después tuvo que retroceder en su medida debido al malestar social que se había
generado.
El 9 de abril de este año,
Morales arremetió nuevamente contra esta política y sugirió eliminar la
subvención a los combustibles (diésel y gasolina) porque “es un cáncer” para la
economía nacional. Afirmó que el actual Gobierno eroga demasiados recursos para
mantener esa política. “Es harta plata (lo que se destina para la subvención a
los combustibles), eso es una sangría para la economía boliviana, entonces, hay
que ver cómo eliminar”.
Actualmente, el litro de
gasolina cuesta Bs 3,74 y el de diésel, Bs 3,72. Los precios no se mueven desde
hace casi dos décadas.
COSTO. “Desde el 2012 a 2022
la subvención ha significado un monto de 11.500 millones de bolivianos para
gasolina y 35.800 millones de bolivianos para el diésel importado”, informó el
director de Comercialización e Importaciones de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB), Ariel Montaño, en respuesta a un cuestionario
enviado por LA RAZÓN.
Solo el año pasado, la
subvención a los combustibles significó para las arcas del Estado la suma de
$us 1.700 millones, informó en enero el vicepresidente de Administración,
Contratos y Fiscalización de YPFB, Enzo Michel.
El Gobierno advirtió que una
eventual suspensión de la subvención a los carburantes y alimentos ocasionaría
una hiperinflación en la economía nacional y afectaría principalmente a las
familias que tienen menores ingresos.
En entrevista con LA RAZÓN
Radio, el pasado 9 de agosto, el viceministro de Planificación y Coordinación,
David Guachalla, sostuvo que la política de subvención que mantiene el Gobierno
nacional favorece a un esquema de estabilidad de precios.
“El pretender levantar la
subvención es castigar a las familias menos favorecidas, entrar en una espiral
hiperinflacionaria donde solo las personas que tienen la capacidad adquisitiva
alta podrían aguantar esa situación; por lo tanto, el Gobierno nacional viene
implementando esas medidas para garantizar la estabilidad de precios y el
bienestar de las familias menos favorecidas”, indicó.
Bolivia cerró 2022 con una
inflación acumulada de 3,12%, ligeramente por debajo de la meta de 3,4%
proyectada por la administración del presidente Luis Arce para la gestión
pasada. La inflación registrada en el país en los últimos años es una de las
más bajas en la región y el mundo.
A julio de este año, el Índice
de Precios al Consumidor (IPC) en el país llegó a 1,16%, el más bajo de todos
los países de Sudamérica y el cuarto a nivel mundial.
Guachalla indicó que la
política de subvención evita el encarecimiento de los productos de la canasta
familiar, por lo que la población debe considerar que “mantener la inflación
controlada es una tarea bastante compleja y en ese esquema la subvención es una
política muy importante”.
En mayo se ahorró Bs 268 MM en
subvención
La compañía estatal
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha logrado en mayo de este
año un ahorro de Bs 238 millones por concepto de la subvención a los
hidrocarburos.
“Solo en el mes de mayo hemos
tenido un ahorro en subvención de 238 millones de bolivianos, de los cuales 61
millones de bolivianos es gracias al comportamiento de los precios internacionales
y 177 millones de bolivianos son gracias a las acciones realizadas, que al día
de hoy son una realidad”, informó el director de Comercialización e Importaciones
de YPFB, Ariel Montaño.
Y el ejecutivo añadió:
“Conforme el desarrollo de las políticas implementadas esperamos cerrar el año
con una reducción de 3.500 millones de bolivianos en la importación de
combustibles”.
El 19 de junio, el presidente
ejecutivo de YPFB, Armin Dorgathen, dijo que se logró disminuir en 40% el
precio de la importación de gasolina y diésel oíl, tras implementar cambios en
la logística de internación al país, situación que repercute en el costo por
litro de ambos combustibles.
“En mayo y junio del año
pasado la gasolina y el diésel se importaba a un precio de 10,14 bolivianos el
litro, esto por todas las condiciones de la guerra (entre Rusia y Ucrania)
teníamos el precio del barril de petróleo a 120 dólares, hoy con los cambios y
mejoras en la logística que hemos realizado nos cuesta alrededor de seis
bolivianos”.
Agregó que, además de
garantizar el abastecimiento de combustibles a nivel nacional, YPFB trabaja
para mejorar el precio de la importación de combustibles. “El objetivo es
mantener la estabilidad en el precio de los combustibles, disminuir los precios
de importación, llegar a valores de cuatro y cinco bolivianos el litro, de
manera que la subvención sea de un boliviano”.
Costo de los combustibles,
entre los más bajos del orbe
Aunque el país no produce todo
el petróleo que consume, debiendo importar en los últimos años grandes
volúmenes de combustibles para cubrir las necesidades del mercado interno,
Bolivia se mantiene entre las 15 naciones del orbe con los precios más bajos de
la gasolina y el diésel gracias a la política de subvención a los carburantes.
Casi dos décadas después de
que se hiciera el último ajuste al precio de los combustibles, en diciembre de
2004, durante el gobierno de Carlos Mesa, el costo de la gasolina se mantiene
en Bs 3,74 y del diésel oíl, en Bs 3,72.
De acuerdo con la información
publicada en el portal web www.globalpetrolprices.com, Bolivia se encuentra
entre los 15 países del mundo donde estos carburantes cuestan menos.
En América Latina y el mundo,
solo Venezuela tiene los precios más bajos de la gasolina y el diésel. En el
país caribeño un litro de esos combustibles cuesta Bs 0,03 (tres centavos de
boliviano). Y cargar un tanque de 50 litros llega a costar Bs 1,50.
En el otro extremo está Hong
Kong, territorio autónomo de la República Popular China. En esta excolonia
británica el litro de gasolina cuesta Bs 21,23 y cargar un tanque de 50 litros supone
un gasto de Bs 1.061,50.
En Bolivia el litro de
gasolina está en Bs 3,74 y llenar un tanque de 50 litros demanda un costo de Bs
187. En América, Venezuela y Bolivia tienen los precios más bajos de la
gasolina. Y en cuanto al diésel, además de Venezuela y Bolivia, Ecuador tiene el
costo más bajo.
De acuerdo con la información
publicada en la web Global Petrol Prices, el precio promedio de la gasolina en
todo el mundo es de $us 1,34 por litro (Bs 9,26, precio promedio entre el tipo
de cambio para la compra y venta del dólar estadounidense).
“Hay una diferencia sustancial
en estos precios entre los diferentes países. Como regla general, los países
más ricos tienen los precios más altos, mientras que los países más pobres y
los países que producen y exportan petróleo tienen precios significativamente
más bajos.
Una excepción es Estados
Unidos, un país económicamente avanzado con bajos precios de la gasolina”,
señala el portal, que se dedica a recolectar datos de los precios de la
gasolina y del diésel en todos los países del mundo.
Añade que las diferencias de
precios entre países se deben a los diferentes impuestos y subsidios para la
gasolina. “Todos los países tienen acceso a los mismos precios del petróleo en
los mercados internacionales, pero se imponen diferentes impuestos. Como resultado,
los precios de la gasolina son diferentes”, añade Global Petrol Prices.
Bolivia aplica desde hace más de 20 años una política de subvención a los carburantes, lo que ha permitido mantener estables los precios de la gasolina y el diésel. Esta política también ha posibilitado un control sobre los precios de los alimentos, que no han sufrido grandes variaciones en ese tiempo.
Fuente: La Razón