El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en su regreso a la Casa Blanca que los países de América Latina dependen mucho más de Washington que al revés.

En respuesta a una pregunta de una periodista sobre las relaciones futuras con Brasil y América Latina, Trump comentó que "deberían ser excelentes". Añadió enfáticamente: "Ellos nos necesitan mucho más de lo que nosotros los necesitamos a ellos. No los necesitamos. Ellos nos necesitan. Todos nos necesitan".

Trump también reiteró su crítica a la decisión del expresidente Jimmy Carter de transferir el control del canal de Panamá al país centroamericano, calificándolo como un error estratégico.

La postura de Trump hacia América Latina también se evidencia en su nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado, aprobado unánimemente por el Senado. Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, ha sido un firme opositor a la normalización de relaciones con Cuba y sus aliados, en particular con el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.

En línea con esta política, una de las primeras acciones de Trump fue reincorporar a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, revirtiendo la decisión de su predecesor Joe Biden, tomada la semana anterior.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó esta designación como "fraudulenta" y aseguró que no era una sorpresa. Describió la medida como un "acto de arrogancia y desprecio por la verdad", cuyo objetivo es "intensificar la cruel guerra económica contra Cuba para ejercer dominación".