Escena de "Willaku" la suerte del indio poeta
‘Willaku, la suerte del indio poeta’ se presenta este sábado en el teatro Patiño de La Paz
En la obra teatral, que se mostrará en La Paz en el Teatro
Doña Albina, Juan Huallparimachi inicia un viaje en tres planos luego de su
muerte en las pampas de Yamparáez.
Darío Torres, actor y director de la compañía La Cueva,
invitó a la población a presenciar su obra teatral «Willaku, la suerte del
indio poeta», a las 19.30 del viernes 7 y sábado 8 de julio, en el Teatro Doña
Albina de La Paz.
La obra consiste en el viaje de Juan Huallparimachi en tres
planos: Ukhu Pacha, Kay Pacha y Hanaq Pacha. Es un joven que murió a los 20
años en 1814 durante las batallas al lado de Juana Azurduy y Manuel Asencio Padilla
en las pampas de Yamparáez, Chuquisaca.
La obra será interpretada por tres actores reconocidos: Luis
Aduviri, Julio Guzmán y Fernando Zambrana. Los tres interpretarán al
protagonista en tres espacios ficticios diferentes.
Torres informó que la música de la pieza fue enviada desde
Polonia y compuesta por el actor Lucas Achirico, además es cantada por su hija
Naomi Achirico.
Esta obra fue premiada en dos ocasiones y recibió el Premio
Nacional de Teatro «Peter Travesí Canedo» como Mejor Dramaturgia y el «Premio
Eduardo Abaroa 2022» como Mejor Obra de Teatro Nacional. El formato audiovisual
se presentó en Honduras y Costa Rica.
Su estreno tuvo lugar en el Museo de la Casa de la Libertad
en Sucre y participó en el V Festival Artes Escénicas en Perú. Luego del
estreno en La Paz, la pieza teatral se presentará en Chile, en el X Encuentro
Internacional de teatro Carnavalón Teatral, en Arica.
Willaku es una obra dirigida por Darío Torres y está
inspirada en poemas de Juan Huallparimachi, quien fue declarado héroe nacional
en 2017 en Bolivia.
EL QUECHUA, LA MITOLOGÍA, EL AMOR Y LA MÚSICA ANDINA
Es indudable, la fuerza actoral de los tres actores que
interpretan al héroe y poeta Juan Huallparrimachi, entre susurros, diálogos en
quechua y castellano, van narrando la vida en aquellos lugares donde se
desataba la lucha por la independencia, entre pajas, cantos de ave y
apariciones de animales de la mitología andina: como la serpiente, el puma y el
cóndor.
El idioma quechua, era parte de la esencia misma de Juan
Huallparrimachi, ya que el escribía sus poemas en quechua, y son sus palabras,
justamente la que lo salva, las que le dan esperanza, entre la nostalgia de su
amor, un amor truncado por la guerra, ante los augurios de los cantos de las
aves, que traían malos presagios, y con esas palabras que busca a su madre.
También es cierto que los diálogos de quechua vienen acompañados del
castellano, para que el público no se pierda y mantenga el hilo de lo que se
expresa, aunque sin duda no hay una traducción como tal porque el quechua va va
más allá, como en la misma obra Huallparrimachi menciona, no hay una palabra
quechua que traduzca la palabra “amor”, sino son varias palabras en quechua que
lo significan.
Es el amor, el que estará muy presente en la obra, desde la
nostalgia hacia su amor perdido, imaginado, extrañado. Hasta el hecho de haber
vivido la misma guerra, de haber luchado con Juana Azurduy, pero de que le haya
faltado amar, un reclamo que se hace asi mismo, a la vida, y quizás ese sea el
dolor que lleva Huallparrimachi, entre la soledad, los sueños con los animales,
la fiesta, las costumbres y la ritualidad andina. El amor de pareja faltante, y el dolor de no
haber conocido a su madre.
La música andina, le da mucho color y fuerza a la obra. A
momentos detiene el tiempo, exalta a los personajes, a la fuerza andina, entre
los planos o los mundos. En otras escenas se acompaña el hilo narrativo con
canciones de Luzmila Carpio. Otras escenas, se pone música alegre como en la
fiesta que hace celebra Huallparrimachi y hace contraste con el dolor que esta
cargando, a manera de resistencia y resiliencia a través de la fiesta.
Sin duda, los actores Luis Aduviri, Julio Guzmán y Fernando
Zambrana, se cargan toda la obra, a través de los diálogos, de sus actuaciones
y expresiones corporales, de juegos con sus ponchos y que te sumergen en la
vida misma de Huallparrimachi, hasta entender sus miedos, sus hazañas, su
nostalgia, su valentía, su amor a través de las palabras.
La puesta en escena un gran trabajo del director Darío
Torres, a través de distintas situaciones, paso del tiempo, de las luces, de
algunos elementos coloridos y sorpresivos como los animales, nos permiten
viajar hasta ese mundo del área rural, de la lucha por la vida, por la cultura,
por el amor, por las huellas que se dejan en la propia naturaleza, de la vida
del campo, tan arraigada con la tierra y la vida.
FUENTE:
-
www.la-razon.com