Los incas del Gran Poder.: a la izquierda, Franco de la Cuenca; a la derecha, Paola Belmonte. Captura de pantalla
Castigan a los incas del Gran Poder y suspenden su fraternidad; bailarines critican sanción
El bailarín que representa al inca Franco de la Cuenca, miembro de la fraternidad Raymis, anunció que impugnará la sanción impuesta a su grupo, que prohíbe su participación en las actividades del Gran Poder durante un año, reporta Página Siete.
De la Cuenca asegura que esta penalidad es resultado de un sabotaje y defiende que la aglomeración en el evento no fue causada por ellos, sino por el cariño del público.
La Asociación de Conjuntos Folklóricos del Gran Poder alega desorden y falta de cumplimiento del atuendo por parte de la fraternidad de los incas, pero De la Cuenca argumenta que estaban vestidos acorde a la vestimenta de los incas y que no incurrieron en ninguna infracción.
En un altercado durante la Entrada del Gran Poder, De la Cuenca afirma haber sido agredido por un hombre que se le acercó de forma prepotente para tomarse una fotografía, lo que resultó en un rasguño profundo en su cuello. Además, sospecha que este acto fue planeado por personas obligadas en eliminar a los incas de la festividad y otras celebraciones.
La comunicadora social Paola Belmonte, quien participó como invitada en la fraternidad de los incas, lamenta la sanción impuesta y destaca el mérito de De la Cuenca y sus compañeros por revivir esta danza. Belmonte critica la mirada machista y patriarcal que, según ella, mide y prohíbe ciertas formas de vestir. Argumenta que otros bailes folklóricos muestran más piel sin recibir críticas, y resalta que la fraternidad de los incas ha despertado interés en las mujeres, quienes ven en esta danza una reivindicación femenina.
Los bailarines de la fraternidad cuestionan que se les penalice por la aglomeración de espectadores, considerando que es responsabilidad de la organización del evento controlar este aspecto. Asimismo, lamentan que la sanción afecte a la fraternidad exitosa y al interés generado entre el público, especialmente entre las mujeres, quienes buscan retratarse junto a los bailarines.