Ceramista Marcelo Terán “Jugar con barro es mi carrera, mi vida y mi pasión”

Hace varias décadas y  al haber descubierto  las  inmensas posibilidades que da la cerámica para  construir  objetos utilitarios u ornamentales,  el ceramista  Marcelo Terán Mitre emprendió un camino sin retorno porque  “jugar con barro”  se convirtió en algo que le llena de satisfacción, alegría y motivación. Desde entonces, Terán, junto a otros ceramistas bolivianos, conforman el gran movimiento de la cerámica boliviana con trabajos y aportes que tienen una valía singular.


¿En qué momento Marcelo Terán se vincula con el arte de la cerámica?

A mis dieciocho años tratando de seguir alguna carrera y siendo todas convencionales, no me convencía ninguna. Mi hermano vio en el periódico publicidad de unos cursos de cerámica y como siempre me atraía hacer trabajos con las manos, entré a estos cursos de cerámica mientras decidía qué carrera elegir. Cuando empecé a hacer cerámica no pensé quedarme haciendo esto toda la vida, pero me atrapó de tal manera el hecho de jugar con barro, que sigo jugando hasta ahora y esa es mi carrera, mi vida y mi pasión. Hacer cerámica me abrió todo un mundo de posibilidades en muchos sentidos, por el lado creativo, trabajando formas; en la parte técnica, manipulando materiales que sufren transformaciones increíbles; me es muy grato y satisfactorio sentir y saber que tomo porciones de tierra, de la naturaleza y las puedo transformar en objetos sean utilitarios, ornamentales, funcionales, artísticos y un sin fin de variables que se pueden trabajar dentro de la cerámica. Trabajar con fuego para lograr esas transformaciones genera una emoción indescriptible y conseguir los resultados esperados o encontrar resultados insospechados o inesperados, para mí es algo que me llena de satisfacción, alegría y motivación.

Con la experiencia que tienes, menciónanos a tres ceramistas bolivianos que están llevando este arte/oficio a otro nivel

Uno de los ceramistas más reconocidos en el país, con trabajo de muy buena calidad, es Mario Sarabia, que está en La Paz; que trabaja una línea de arte en cerámica con una muy buena calidad y diseño propio relacionado al entorno paceño; tiene buena aceptación en el medio artístico boliviano. Otras colegas ceramistas, especialmente en la ciudad de La Paz, como Lourdes Montero, Isabel Garrón, Lucrecia Palza, Celestino Paja, y varios otros que destacan por su labor y difusión en las artes.

En Cochabamba, podría mencionar a German Bonilla, Guido Koller, Marcel Merida; menciono más de tres porque la lista es larga, también están muchos ceramistas de áreas rurales y gente nueva que va incursionando. Pienso que entre todos generamos un movimiento que va rumbo a un rescate de la actividad cerámica, que un tiempo tuvo el riesgo de desaparecer por la invasión de producto baratos, accesibles, irrompibles (plásticos, metales y tantos otros).

¿Qué decir de la nueva generación de jóvenes que están cultivando este arte? ¿Mucho esfuerzo, mucha investigación o falta mucho de eso?

Al inicio de la actividad muchas personas todavía no ubican la magnitud de todo lo que implica hacer cerámica, que no solamente es tomar un trozo de barro jugar con él para darle forma y luego hacerlo cocer. Hay mucha ciencia en la actividad cerámica, hace falta investigación, estudio de materiales, posibilidad de mezclas, trabajo con hornos, temperaturas diversas, trabajo con las cubiertas de esmaltes, engobes, pigmentos, variedad de arcillas, conocer la riqueza geológica de nuestro medio, para poder aprovechar lo que tenemos; para no depender en exceso de insumos que vengan del extranjero. En lo personal, de los estudiantes que he tenido, muchos se entusiasman con la actividad, pero pocos se quedan para evolucionar a un nivel que pueda considerarse de ceramista conocedor. Uno de los grandes impedimentos para avanzar en el desarrollo de las ciencias cerámicas es la falta de los medios adecuados. Actualmente ejerzo como docente en la asignatura de cerámica en el Instituto de formación artística Raúl G. Prada, donde tenemos un equipamiento pobrísimo que no permite capacitar adecuadamente, en comparación; a los equipos de institutos de formación de maestros (Normales) que cuentan con hornos tornos y otros, tristemente, no son adecuadamente utilizados.

En comparación con Perú, Ecuador y Colombia, como naciones con raíces precolombinas, ¿Bolivia está logrando algo importante o en esos países han llevado la creatividad a niveles más altos?

De Colombia, conozco poco del nivel artístico y artesanal en el campo cerámico, pero sé que a nivel industrial tienen un avance muy superior a nuestro país. En Ecuador, que tuve el privilegio de visitar hace ya más de treinta años, el nivel era fabuloso, pienso que ahora está muy avanzado. En Perú, hay una actividad cerámica muy importante en todos los niveles, industrial, artístico y artesanal; en mis útimas visitas al Cuzco pude apreciar la excelente calidad de su producción artesanal, pero hay que considerar que esto se debe al enorme flujo turístico que fomenta el Perú.

Hace un par de meses estuve en Buenos Aires, Argentina, donde pude apreciar una muy grande actividad de colegas ceramistas presentes en todos los espacios de esa gran cuidad en la que al ser tantos los ceramistas, se desarrolla también una industria que los apoya y provee de materiales, insumos, herramientas, equipos necesarios para un buen desarrollo de la actividad cerámica, algo ausente en nuestro país; otra cosa que también pude apreciar en todos estos países hermanos, es que tienen un gran apoyo de la gestión pública, como del gobierno central, los municipios, entidades culturales, promoviendo el rescate cultural, la producción local, el desarrollo de la cerámica en general. Lamentablemente, tengo que confesar que es algo muy difícil de obtener en nuestro país.

¿Cuál es el factor o aspecto que se debe trabajar para levantar aún más el nivel del arte de la cerámica en Bolivia?

Uno de los principales motivadores para desarrollar este arte siento que es darle continuidad a algunos emprendimientos que se dieron por parte del estado, como la dotación que se hizo a los institutos de formación de maestros, que tienen equipo de muy buena calidad, pero no saben manejar. En la mayoría de las normales con las que tuve contacto, estos valiosos equipos están archivados por falta de personal capacitado para poder ponerlos en marcha y ayudar a difundir por este medio las grandes posibilidades que tiene la cerámica.

Uno de los grandes objetivos de los ceramistas es precisamente vivir de la producción de cerámicas, ¿Cómo se avanzó en estos últimos 30 años en ese terreno?

Yo creo que eso es algo muy personal, de cada emprendedor, sin importar el área en que trabaje, eso depende más de las posibilidades y el empuje que ponga cada quién, la confianza en su trabajo y el interés, la creatividad que le pone cada uno. Hay que tomar en cuenta también que en estos últimos tiempos, la importancia del buen manejo de las redes virtuales es fundamental para la difusión y marketing del producto que quieran mostrar.

En el campo cerámico, estamos en pañales y cada quien corre por su cuenta. De los ceramistas emprendedores con los que yo empecé esta gran aventura de jugar con barro y vivir de eso, quedamos muy pocos porque las dificultades del camino son muchas; en los inicios todos apuntábamos más a una producción artesanal, ahora, la mayoría de los interesados en hacer cerámica van más por la vía del arte y no la producción seriada, creo que esto valoriza las cualidades y posibilidades del trabajo cerámico dentro de las artes plásticas y abre nuevos rumbos, caminos para explorar y explotar.

BIOGRAFIA

Marcelo Terán Mitre nació el  5 de Agosto de 1964, en Cochabamba. Empezó con la cerámica a sus 18 años, en el IBA-Instituto Boliviano de Aprendizaje. Desde entonces tomó cursos y capacitaciones sobre cerámica.

Viajó a Ecuador con una beca de la OEA. Viajó a Europa con una institución holandesa que buscaba posibles exportadores para el mercado internacional.

Participó en encuentros internacionales de ceramistas. En Bolivia trabajó como asesor y capacitador en poblaciones rurales, instituciones de formación y capacitación ligadas a la actividad cerámica. Desde 1983 hasta la fecha se mantiene activo en su taller de producción artesanal, que se denomina La Casa del Ceramista Cochabamba. En la actualidad, es docente en el Instituto de Artes Plásticas Raúl G. Prada de Cochabamba a cargo de la asignatura de cerámica.

CEL.: 65368381