Cientos de personas marchan en Argentina contra Constitución de Jujuy que criminaliza las protestas
Cientos de personas integrantes de pueblos originarios del norte de Argentina llegaron este martes a Buenos Aires para manifestarse en contra de la reforma exprés de la Constitución de la provincia de Jujuy, aprobada a fines de junio. Los manifestantes denuncian que el nuevo texto no fue consultado con la ciudadanía, que criminaliza el derecho a la protesta y que ignora la voz de los pueblos de la región ante el uso de las tierras que habitan en una zona que es centro de la explotación minera y del litio. Tras recorrer más de 1.500 kilómetros a pie y en vehículos durante una semana, este martes han marchado por las calles de Buenos Aires para reclamar que la Corte Suprema declare inconstitucional la reforma y que el Congreso “tome las medidas para la intervención federal de la provincia de Jujuy”.
El grupo comenzó a marchar
hace una semana desde la Puna y La Quebrada, en el norte del país; pasaron por
San Salvador de Jujuy, la capital de la provincia, y atravesaron Salta,
Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba y Rosario hasta llegar a la
capital argentina. La marcha de este martes 1 de agosto, Día de la Pachamama,
ha estado encabezada por las mujeres de mayor edad de diferentes comunidades de
la provincia. Detrás, cientos de personas habían formado una columna de casi
300 metros que atravesó el centro de Buenos Aires. En el extremo posterior de
la fila se habían ubicado sindicatos y otras organizaciones sociales y
políticas.
Los manifestantes han coreado
consignas como “Abajo la reforma, arriba los derechos” o “Fuera Morales”, en referencia
a Gerardo Morales, que gobierna la provincia desde 2015 por la alianza de
centroderecha Juntos por el Cambio e impulsó la polémica reforma. Morales
convenció a parte del peronismo local para votar el nuevo texto y consiguió
aprobarlo en menos de un mes. Después, la policía reprimió en diferentes puntos
de la provincia a las personas que llevaban semanas protestando. El momento de
mayor violencia ocurrió ante las puertas de la Legislatura, donde algunos
manifestantes derribaron vallas, arrojaron piedras y cócteles molotov y las
fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma.
“Como no podemos hacer
reclamos allá [en Jujuy] entonces decidimos salir a caminar hacia Buenos Aires.
Queremos viralizar la situación que estamos pasando en nuestra provincia”, ha
dicho Victoria Colque, una cacique koya de 70 años, durante la marcha este
martes. “Este malón se organizó porque veníamos sufriendo muchas
irregularidades”, ha agregado. El malón es una marcha de pueblos originarios
del norte de argentina que se hizo por primera vez en 1946 para llevar demandas
al Gobierno nacional, en Buenos Aires; el segundo se organizó sesenta años
después, en 2006. Este es el Tercer Malón por la Paz que atraviesa el país.
ENRIQUE GARCIA MEDINA
El centro de los reclamos está
en dos artículos de la nueva Constitución que se conocieron cuando el proyecto
salió a la luz. El primero cambia el derecho a la manifestación “sin permiso
previo” por el derecho “a la paz social y la convivencia democrática” que
prohíbe los cortes de calles, rutas y “toda perturbación al derecho a la libre
circulación de las personas”. El segundo incorpora “mecanismos y vías rápidas”
de desalojo y considera una “grave violación al derecho de propiedad la
ocupación no consentida”; este punto deja en desventaja a las comunidades que
viven en una zona explotación y exploración minera, que muchas veces no tienen
la personería jurídica ni los registros de propiedad de las tierras que
habitan.
“Con esta reforma, el Gobierno
va por nuestros recursos naturales, por nuestros derechos”, ha criticado
Gertrude Gutiérrez, una comerciante de 43 años de una comunidad de Humahuaca.
“El dolor más grande que tenemos nosotros”, ha agregado, “es que [la reforma]
nos hizo pelear con nuestros hermanos”. Ella salió a manifestarse después de
que se aprobara la Constitución en Jujuy y vio cómo detenían y lastimaban a
otros manifestantes. Aquel día, ella estaba protestando de un lado y su
hermano, integrante de las fuerzas de seguridad, estaba del otro. “Él estaba
mal también, es triste lo que hemos pasado”, ha lamentado. “Se nos llenan los
ojos de lágrimas porque no podemos creer lo que hizo el gobernador”, ha
agregado.
El consuelo le ha llegado con
el apoyo que han recibido estos días de marcha. Gutiérrez ha relatado que
durante el camino “mucha gente” los esperó “con alojamiento y comida”. Mientras
el malón avanzaba por las avenidas de Buenos Aires este martes hacia el
Obelisco, un monumento que es centro de festejos y reclamos nacionales, otros
manifestantes, además, se han ido sumando a las filas y las han engrosado. Han
ondeado banderas wiphalas y se han escuchado instrumentos de vientos y tambores,
y canciones con letras como esta: “En Jujuy tenemos un señor dictador. Morales
se llama y no tiene corazón”.
Morales, que además de
gobernar la provincia es precandidato a vicepresidente en una fórmula que
integra con Horacio Rodríguez Larreta, se ha mantenido firme en la defensa de
la reforma constitucional y ha acusado al Gobierno peronista de Alberto Fernández
de estar detrás de “la extrema violencia que se está viviendo en Jujuy”. Tras
la represión en la provincia, Morales recibió el apoyo unánime de la coalición
que integra. “Nuestro compromiso (…) es repudiar cualquier forma de violencia
política que atente contra la soberanía democrática del pueblo y las
instituciones de la República”, defendieron los jefes de los partidos que
integran la principal alianza opositora del país en un comunicado.
ENRIQUE GARCIA MEDINA
Una mujer joven que no ha
querido decir su nombre ni dar su edad marchaba este martes entre las primeras
y lloraba al hablar de los animales que cría con su familia. Recorrió miles de
kilómetros para seguir manifestándose porque vive “rodeada de mineras” y le
preocupa que la nueva Constitución facilite que se autoricen más explotaciones
y exploraciones en la zona. “Tenemos cada vez menos agua y nadie se hace cargo.
Actualmente, tiene mal olor porque es poca y no corre por el río”, ha
explicado. A los animales, consiguió traerles agua del cerro con una manguera,
pero la situación, dice, le da “mucho sufrimiento”.
La mujer había salido a la
ruta a protestar en junio cerca de su comunidad. “Dejé a los animales, mis
hijos se enfermaron y yo estaba manifestándome pacíficamente”, ha relatado.
“Hermanos perdieron sus ojos, recibieron muchas balas, fueron detenidos”, ha
agregado. Ella espera que los manifestantes sean recibidos por el presidente
Alberto Fernández, que repudió la represión en junio y ordenó la intervención
del Partido Justicialista provincial por el apoyo de los legisladores a una
reforma que considera que “viola derechos y garantías consagrados por la Carta
Magna”. “Decidimos venir para que el presidente nos escuche y nos proteja. Si
no nos dan respuesta, iremos por lo internacional”, ha dicho./ El País