EEUU: Debate de candidatos para primarias de 2024 enciende controversia con la mención de Trump

El moderador Bret Breier dijo que el expresidente Donald Trump era “el elefante que no está en la habitación”, en alusión a su ausencia. Bastó su invocación para incendiar el primer debate entre los candidatos republicanos a las primarias para las presidenciales de Estados Unidos en 2024. Los momentos de mayor tensión se vivieron en el debate sobre si, en caso de ganar las primarias, los presentes le apoyarían como candidato a la presidencia incluso en caso de ser condenado. Ese debate derivó en otro sobre si el exvicepresidente Mike Pence, uno de los presentes, hizo bien al plantarse ante Trump en defensa de la Constitución el 6 de enero, día del asalto al Capitolio. Todos los que se pronunciaron apoyaron a Pence.

Los candidatos debatieron sobre Ucrania, el cambio climático, el aborto y la economía. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, segundo en las encuestas a gran distancia del expresidente, trató de atacar al presidente Joe Biden, evitar críticas directas a Trump, defender el uso de “fuerza letal” en la frontera contra los carteles de la droga y usar su gestión como tarjeta de presentación, pero un momento de indecisión se convirtió en su fragmento más viral del debate. Pese a su posición en las encuestas no logró ser el centro del debate. El debate no le servirá, aparentemente, para recortar distancias.

El emprendedor Vivek Ramaswamy, la sorpresa de la carrera republicana y tercero en intención de voto, atrajo los focos como un declarado trumpista con alabanzas al expresidente, su negacionismo climático y su propuesta de dejar de apoyar a Ucrania. Aunque tuvo que tragarse unas cuantas réplicas agudas, eclipsó a DeSantis.

Mike Pence usó buena parte de su tiempo en defender su lealtad a la Constitución al negarse a anular la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020. La exembajadora ante la ONU con Trump, Nikki Haley, defendió su experiencia en política exterior y rechazó una ley que prohíba el aborto en todo el país. Los exgobernadores Chris Christie y Asa Hutchinson tuvieron que hacer frente a abucheos por criticar a Trump. El senador Tim Scott estuvo desdibujado y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, fue irrelevante.

El apoyo a Trump

Hasta una hora después del inicio del debate, el ausente Trump apenas había sido mencionado. Entonces, los presentadores pidieron a los participantes que levantaran la mano si apoyarían a Trump en caso de que fuera nominado por el partido, pero también condenado. La temperatura del debate subió en la tórrida Milwaukee, que estaba en alerta por calor extremo. Todos menos Christie y Hutchinson levantaron la mano.

Sin embargo, DeSantis tardó en sumarse y aparentemente miró antes a ver qué hacían los demás, un momento de indecisión reseñado por la campaña de Trump como “patético”. DeSantis se encontraba incómodo en ese terreno, más aún después de haber calificado algo así como de “rebaño apático” a los trumpistas. “Esta eleccion no va del 6 de enero de 2021, sino del 20 de enero de 2025″, cuando asumirá su cargo el elegido el 5 de noviembre de 2024, dijo. El gobernador trató de no mojarse tampoco sobre si la conducta de Pence había sido la correcta. “Tenemos que mirar hacia adelante”. Bajo la presión del exvicepresidente y los moderadores, DeSantis dijo finalmente: “Mike cumplió con su deber. No tengo nada contra él”, lo que llevó a Pence a responder: “Me siento aliviado”.

Fueron los momentos de mayor tensión. El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, feroz crítico de Trump, fue mucho más directo sobre Pence: “No se merece un reconocimiento a regañadientes, merece nuestro agradecimiento como estadounidenses”. Según Christie, independientemente de que los cargos criminales contra Trump estén justificados o no, su “conducta es indigna del cargo de presidente de los Estados Unidos”. “Alguien tiene que dejar de normalizar esta conducta”, añadió. Las protestas de la audiencia subieron de volumen. “Los abucheos están permitidos, pero no cambian la verdad”, replicó.

En el guion, filtrado, de su estrategia, DeSantis tenía que defender al expresidente ante un ataque de Christie, pero Ramaswamy le robó la jugada entre los aplausos del público: “Dices que Donald Trump está movido por los agravios y la venganza. Serías más creíble si toda tu campaña no estuviera basada en los agravios o la venganza contra un hombre: Donald Trump”.

Hutchinson también se ganó abucheos, pero hizo un alegato más jurídico que técnico, señalando que si Trump es condenado podría ser inhabilitado para el cargo. “No voy a apoyar a alguien que ha sido condenado por un delito grave o que ha sido inhabilitado en virtud de nuestra Constitución”, dijo.

El intercambio sobre Trump duró apenas un cuarto de hora, pero fue el momento clave de un debate marcado por su ausencia. El emprendedor Vivek Ramaswamy hizo la defensa más cerrada del expresidente —”El mejor de Estados Unidos en el siglo XXI”, aseguró— y añadió que el problema era la instrumentalización política de la justicia, justo la tesis de Trump y los suyos. DeSantis, Haley y Burgum trataban de pasar a otro tema.


A Ron DeSantis, el segundo en las encuestas, le correspondió tanto abrir como cerrar el debate en el centro del escenario, junto a Vivek Ramaswamy, tercero. La Fox no reparó en gastos y el debate fue una superproducción en el Forum Fiserv, el pabellón donde juegan los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokoumpo, engalanado para la ocasión y con las gradas llenas de invitados y donantes. Hasta un dron recorrió el interior del recinto ofreciendo tomas espectaculares. Las intervenciones se alternaban con vídeos proyectados en pantallas gigantes. La presencia de ocho candidatos en el escenario mostraba la falsa apariencia de unas primarias muy abiertas aunque en realidad están dominadas abrumadoramente por Trump, aunque los presentes le ignorasen en la mayor parte del debate.

Atacar a Biden era parte de la estrategia de DeSantis, y el candidato la había ido cumpliendo a rajatabla desde su primera intervención. “Somos un país en decadencia”, dijo en su enérgica intervención inicial. Le había dado pie un vídeo de Oliver Anthony cantando el superéxito country del verano, Rich Men North of Richmond [Ricos al norte de Richmond], que habla de la inflación, los altos impuestos y las élites de Washington (al norte de Richmond, capital de Virginia).

DeSantis también aprovechó para arremeter contra el hijo del presidente Joe Biden, Hunter, diciendo que ganó “cientos de miles de dólares en pinturas pésimas”, mientras que los estadounidenses “están trabajando duro, y no pueden permitirse hacer la compra, un coche o una casa nueva”. El gobernador de Florida presumió no solo de su gestión, sino también de su familia, que muchos estrategas ven como un activo para su campaña, y de su condición de veterano del ejército, pero ninguna de sus intervenciones fue memorable.

Vivek Ramaswamy, empresario de éxito, se mostró como amante del libre mercado y se presentó como encarnación del sueño americano: “Permítanme solo abordar una pregunta que está en la mente de todos en casa esta noche”, dijo el empresario de biotecnología. “¿Quién demonios es este flacucho con un apellido raro?”, empezó. “No soy un político, soy un emprendedor. Mis padres llegaron a este país hace 40 años sin dinero y yo he fundado compañías multimillonarias”, dijo.

Christie y Pence le atacaron una y otra vez, Se trata, sin embargo, de dos candidatos muy poco queridos por las bases republicanas, así que incluso eso puede acabar favoreciéndole. Christie dijo: “La última persona que en uno de estos debates se plantó en medio del escenario y dijo: ‘¿Qué hace aquí arriba un flacucho con un apellido raro?’ fue Barack Obama, y me temo que estamos ante el mismo tipo de aficionado”.

También Pence, que por momentos se mostró demoledor: “Déjame explicártelo otra vez, pero más despacio”, le dijo en un rifirrafe, añadiendo que no son tiempos para un “novato” ni para andar “formándose en el cargo”. Ramaswamy había dicho que los políticos profesionales eran marionetas de los comités de acción políticas que los financian.

División sobre Ucrania

Ramaswamy fue el único que no levantó la mano cuando se preguntó a los candidatos si estarían dispuestos a dar más financiación a Ucrania ante la guerra con Rusia. “Me parece ofensivo que tengamos políticos profesionales en el escenario que peregrinen a Kiev para ver a su Papa Zelenski sin hacer lo mismo por la gente de Maui o del South Side de Chicago o de Kensington”, dijo. “Creo que tenemos que anteponer los intereses de los estadounidenses, asegurar nuestra propia frontera en lugar de la de otros”, añadió.

Pence, inmisericorde, le replicó de nuevo: “Cualquiera que piense que no podemos resolver los problemas aquí en Estados Unidos y ser el líder del mundo libre tiene una visión bastante reducida de la nación más grande del planeta”.

Nikki Haley, que fue embajadora de Estados Unidos ante la ONU con Trump, también le contestó, acusándole de querer entregar Ucrania a Rusia y permitir que China invada Taiwán. “Estás optando por un asesino”, le dijo en referencia a Vladímir Putin. “Te deseo éxito en tu futura carrera en los consejos de Lockeed y Raytheon [fabricantes de armas]”, le contestó Ramaswamy, a lo que Haley replicó: “No tienes experiencia en política exterior y se nota”, mientras levantaba el aplauso del público.

DeSantis buscó una vía intermedia, diciendo que cortaría el grifo si los europeos no dan un paso adicional para “arrimar el hombro”.

Negacionismo climático

La primera ocasión en que se pidió a los candidatos levantar la mano era para ver quién creía que el cambio climático se debía a la acción del hombre, pero DeSantis cortó el intento diciendo: “No somos colegiales, debatámoslo”. Y el que volvió a ser más tajante, más trumpista, fue Ramaswamy, que dijo que el cambio climático era “un bulo”, pese a la evidencia científica al respecto y a las inusuales temperaturas de casi 40 grados que sufría la ciudad. “Ya he tenido bastante esta noche con un tipo que suena como ChatGPT aquí de pie”, dijo Christie en referencia al emprendedor de origen indio.

“¿Es real el cambio climático?”, dijo Haley. “Sí, lo es. Pero si queremos cambiar de verdad el medio ambiente, tenemos que empezar a decir a China y la India que tienen que reducir sus emisiones”, añadió. La exgobernadora de Carolina del Sur era la única mujer de los ocho candidatos y también recurrió a ello en algún momento. “Por eso Margaret Thatcher dijo: ‘Si quieres que se diga algo, pídeselo a un hombre. Si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer’”, dijo.

Haley también rechazó la propuesta de Pence y Scott de una ley federal que prohíba el aborto en todo el país a partir de la 15ª semana de gestación (en España el aborto es legal hasta la 14ª semana sin ningún otro requisito). Le parece que no es realista proponerlo: “Ningún presidente republicano puede prohibir los abortos más de lo que un presidente demócrata puede prohibir todas esas leyes estatales [en contra del aborto]. No hagan sentir a las mujeres que tienen que decidir sobre este asunto cuando saben que no tenemos 60 votos en el Senado”, la mayoría necesaria para aprobar una ley al respecto.

La candidata pidió consenso para prohibir los abortos más tardíos, para incentivar las adopciones, para dar acceso a anticonceptivos, pero también para no llevar a la cárcel ni condenar a muerte a ninguna mujer por abortar.

En algunas cosas hubo consenso. Todos los hombres vestían corbatas rojas (el color del Partido Republicano) y todos los candidatos atacaron la política económica de Biden. Haley subrayó que también Trump aumentó en ocho billones de dólares la deuda pública. Sin mencionarle, DeSantis culpó también algo al expresidente. Parte de los males del país han llegado, sostuvo, “por cómo este gobierno federal manejó la covid-19 bloqueando esta economía”. Si él fuera presidente, aseguró, le diría al responsable sanitario, Anthony Fauci, que en realidad ya está jubilado: “Estás despedido”, dijo usando la frase que hizo célebre a Donald Trump en un programa de televisión. “Como vuestro presidente, nunca dejaré que los burócratas del Estado profundo os encierren”, añadió, reescribiendo un poco la historia de su gestión en la pandemia.

Christie defendió en su primera intervención que los republicanos tienen que vender mejor sus ideas para alcanzar el poder, una referencia implícita al expresidente, que perdió las elecciones en 2020 y al que muchos culpan del mal resultado de las legislativas de 2022. Resaltó que él fue “elegido como un republicano conservador en un estado azul”, el color de los demócratas.

A Mike Pence le preguntaron si era responsable del gran gasto gubernamental de su etapa como vicepresidente y él contestó diciendo que se encuentra muy orgulloso de su mandato y se colgó la medalla del nombramiento de tres magistrados conservadores para el Tribunal Supremo, que anularon el derecho al aborto en el conjunto del país. “Creo que es indiscutible que soy el mejor preparado, el más testado, el más probado conservador en esta carrera”, ha dicho.

A la hora en que empezaba el debate, el polémico comunicador Tucker Carlson publicó en X, la red antes conocida como Twitter, una entrevista que grabó con Donald Trump hace unos días. Con ella, el expresidente, que será fichado este jueves en una cárcel de Atlanta por su cuarta imputación, trataba de reventar el debate. “Estoy dando esta entrevista y probablemente tendremos más audiencia con este formato loco que el debate”. En la entrevista, Trump explicaba por qué no había acudido a Milwaukee. Su ventaja en las encuestas es tanta que no le ve sentido.

“¿Debo sentarme allí durante una hora o dos horas, sea lo que sea, y ser acosado por gente que ni siquiera debería presentarse a presidente? ¿Debería hacer eso en una cadena que no es particularmente amistosa conmigo?”, decía Trump en la entrevista de 46 minutos. “Voy a tener a toda esta gente gritándome, haciéndome preguntas, todo lo cual me encanta responder, me encanta hacer. Pero no tiene sentido hacerlas, así que paso”, añadía./ EL PAIS