El milagro de Massa 36,68 % y la caída de Milei 29,99%: El kirchnerismo ya trabaja para el balotaje

Este pasado 22 de octubre fue un domingo para el infarto, de esos que la democracia argentina --que cumple 40 años-- regala de tanto en tanto. Un tiempo de tensión, incertidumbre con fuerzas que promueven el negacionismo, la destrucción del Estado y la ruptura de las redes de contención social, a las que se le contrapuso trabajo, militancia, Estado, esfuerzo y política para que sobre el final de este domingo de elecciones llegue la recompensa. Esa que se tradujo en la remontada de Sergio Massa de Unión por la Patria (36,68 por ciento) que no sólo dejó atrás y lejos a Patricia Bullrich de JxC (23,83 por ciento), sino que fundamentalmente superó al ganador de las PASO, el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei (29,99 por ciento).

Ahora viene un nuevo momento, cuatro semanas interminables hasta el balotaje. Massa no perdió tiempo y ya comenzó a buscar esos votos necesarios que están en la izquierda, el peronismo cordobés, los radicales, pero también en los desencantados que votaron en blanco o se ausentaron. "A todos ellos le digo que haré el mayor esfuerzo para ganarme su confianza", afirmó el tigrense y prometió: "Muchos de los que nos votaron son los que más están sufriendo, no les voy a fallar. Sepan que desde el 10 de diciembre no les voy a fallar".

La fórmula que integran Sergio Massa y Agustín Rossi incrementó en 15 puntos lo cosechado en las PASO. Las razones están en las políticas implementadas que impuso el ministro candidato que ya gobierna ante un presidente difuminado.

Justamente en este escenario de inflación galopante, el triunfo de Massa bien puede ser considerado como un milagro. Ahora bien, no fue por obra de algún espíritu santo sino por cuestiones netamente terrenales. Las medidas que implementó Massa --y que destacó Kicillof-- para recuperar el poder adquisitivo fueron sustanciales, pero hay un dato más y ese es justamente Javier Milei. Su aparición, violenta y disruptiva, terminó por desplazar la cuestión económica para imponerse el debate político-ideológico donde el peronismo desplegó sus mejores herramientas como es el control del Estado a favor de políticas que garantizan derechos y contención de las grandes mayorías.

El factor Milei - Bullrich

Con el rostro entumecido, Patricia Bullrich reconoció la derrota pero no felicitó a los que la superaron y deben competir en la segunda vuelta. Eso sí, repitió sus diatribas antikirchneristas. Como siempre acusó al gobierno de Unión por la Patria de ser responsable de "haber empobrecido al país". Si bien dijo que los valores de JxC "no se venden ni se compran, no lo vamos a negociar", no tuvo ninguna palabra para Milei, ni siquiera para criticarlo. Pudo ser un olvido del momento o parte de un futuro acuerdo.

De hecho, cuando finalmente Milei habló en el Hotel Libertador curiosamente no citó a Bullrich y asumió como propio el discurso antikirchnerista. "Vengo a dar por terminado el proceso de agresiones y ataques, estoy dispuesto a barajar de nuevo con el objetivo de terminar con el kirchnerismo. La elección que tenemos por delante es muy clara: o cambiamos o nos hundimos", dijo. Un gesto, un mensaje.

"Estamos ante un hecho histórico", dijo el candidato de LLA para luego felicitar a Rogelio Frigerio, a quién consideró ganador de la gobernación de Entre Ríos y a Jorge Macri lo llamó jefe de Gobierno porteño. Más gestos, más mensajes.

Ahora comienza una nueva etapa en un proceso electoral complejo y hasta disruptivo. Así como Milei se convirtió en el primer ganador de las PASO en ser derrotado en primera vuelta, a Massa le toca quebrar otra norma, ganar la primera vuelta y también el balotaje.