La Le Li Lo Lu: un snack con más de 33 años ofreciendo delicias culinarias

A pocas cuadras de la plaza 24 de septiembre, se observa el letrero de un snack con un nombre peculiar: La Le Li Lo Lu, que fue abierto por primera vez un 6 de mayo de 1990, para ofrecer deliciosos platillos tradicionales y nuevos como ser: Tortitas de carne, Rapi, y otros platos característicos de Santa Cruz y Bolivia.

La señora Fela Suzaño, nacida en Santa Cruz, proviene de una tradición familiar dedicada a la creación de platillos exquisitos, porque la abuelita y su mamá son de Cochabamba, y ya tenían esa habilidad y el cariño por la cocina. Entonces, ya viviendo en la ciudad oriental, comenzaron vendiendo empanadas y otros productos en el estadio Tahuichi Ramón Aguilera, por eso Fela dice: “nos criamos en medio de las ollas”, ahí junto a las cocineras de su mamá.  Su madre vendía en un kiosko del estadio en los años 70.

A razón de que la propia clientela del estadio les pidió que abrieran un local, ya que les compraban solamente cuando se realizaban los partidos de futbol, es que toman la decisión de crear el snack junto a su esposo Alejandro Gastañaga para poner a la venta diaria aquellos platillos deliciosos que originalmente llamaron “Asaditos”, como es el nombre tradicional; pero ellos le pusieron un nombre propio “Tortitas de carne” y es que a diferencia de los asaditos, estos tienen más carnecita, son trozos más grandes.

En una primera etapa, el local estaba ubicado en la calle Independencia, donde estuvieron 18 años, y como todo negocio tuvieron que ser constantes a pesar de las dificultades.


Testimonios del sabor de la comida

La señora Fela cuenta que durante todos estos años, la satisfacción de vender estos platillos, a media mañana y durante el mediodía y la tarde, es que hay clientes que incluso se fueron hace décadas a vivir a otros países y cuando vuelven le dicen: “el mismo sabor, la misma sazón y una se siente orgullosa que se mantiene ese sabor”.

Otros dicen: “ay señora, cuando yo era niña venía con mi papá, uhh le decimos, mi papá ya falleció y me acuerdo y vengo, y ya ella viene con otra generación y viene con sus hijos y ya sus hijos van a ser futuros clientes”.

“Ay, negra, venía en el avión, pensando en el Rapi, pensando en la panza, ya deseaba eso, ya quería comer” cuenta Fela contenta.

Las tortitas de carne

El platillo más consumido son las Tortitas de carne, que cuesta 9 bs, al principio uno cree que se trata de los tradicionales Asaditos (Carne con yucas y salsas), sin embargo, es algo diferente: consiste en trozos de carne de vaca retostada, acompañada con yuca, rodajas de tomate y cebolla y sus infaltables salsas.  Su oferta es parte de lo que Fela considera como comida rápida: “para que los clientes aguanten y vayan a otro lado”. 

Asadito colorado, es un plato vallegrandino, que es el asadito de chancho con yuca, mote, cebolla y tomate. Riñoncitos al jugo es otro platillo que se encuentra a la venta.

Rapi rebosado es carne de res rebosada, parecida a la milanesa, pero con una carne suavita y muy deliciosa, acompañada de yuca, cebolla y tomate.

Otros platillos: Mixto Rapi y Tortita, Mixto Panza y Tortita, Mixto Chorizo y Tortita, Rapi rebozado, Panza rebozada, Tortita de carne, Lengua rebozada, Chorizo criollo, Revuelto de hígado, sándwich de pollo y sándwich de chola.

El espacio 

A la entrada del local, se puede observar el típico sombrero de sao del oriente boliviano, un nido de ave carpintero. Cuenta con dos pisos, en el primer piso, hay mesas independientes, y una mesa larga frente a varias fotografías en blanco y negro de Santa Cruz de la sierra, fotos antiguas de hace más de 70 años atrás que retratan diferentes lugares de aquellas épocas, que algunas se mantienen como los grupos musicales de las Tamboritas, los carretones, las casonas antiguas, algunas calles sin asfalto, iglesias antiguas y otros escenarios. En general, el espacio es colorido y acogedor.

La colección de muñecos de la selección boliviana del 94’

Algo llamativo del local, es que a lado de la Caja hay una vitrina en la que están todos los muñequitos de aquella gloriosa selección boliviana de futbol del 94, y abajo están las firmas de los mismísimos jugadores de Marco Antonio Etcheverry y de todos menos del arquero “Truco”, que, como cuenta la señora Fela en el homenaje que se les hizo en el estadio, no estuvo presente. Don Alejandro Gastañaga se encargó de hacerles autografiar para la posteridad.

Trabajan también los fines de semana, desde el viernes a domingo, sirven el famoso Fricasé.

La atención es desde las 7:30 AM hasta las 19:30.