Hernán Laguna, guitarrista chuquisaqueño
Laguna Mental, una de las bandas precursoras del rock en Sucre vuelve con nuevo disco
Acaba de grabar un
disco con los músicos de Gustavo Cerati
El proyecto personal del prolífico guitarrista
chuquisaqueño ha retornado. Tras el obligado refugio por la pandemia y algunos
otros contratiempos, Hernán Laguna, amo y señor de esta que es su banda, le
puso edición final a eso que se venía carburando desde hace mucho antes del
encierro introspectivo. Rockero de cepa desde fines de siglo pasado, al frente
de Viuda Negra, La Logia y El Silencio, que lo ubican como uno de los
precursores del rock de la Capital, movimiento al que también se dedicó a
guardar memoria como documentalista-escritor (“50 años de rock en Sucre”,
Gobierno Autónomo Municipal de Sucre, 2016), Hernán vio a su sueño etéreo
convertirse en una realidad.
Sucede que tras lanzar su disco “Litio” (un disco
sobrenatural enteramente conceptual) en el 2012, y tras algunas insolubles
relaciones con su staff de músicos coterráneos, que ante tanta insistencia le
habían sugerido, medio en broma y medio en serio, que por qué mejor no contacta
a “los músicos de Gustavo Cerati”. Y Laguna, sin pensarlo dos veces, persiguió
el consejo de aquellos colegas para dar con los acólitos del artista argentino
que tanto admiraba. Fue así que dio con los músicos argentinos Fernando Nalé
(bajo) y Hernán de Micheli (batería), quienes sorpresivamente, y tras escuchar
las combos del sucrense, aceptaron grabar el disco. Todo marchaba de
maravillas, paso a paso y a la distancia, pero antes de la hebra final, la
pandemia Covid lo truncó todo a principios del 2020. “Aquello fue una
frustración total, pensé que ya no se iba a retomar”, explica al guitarrista. Pero
finalmente lograron consensuar los encuentros y grabar esta obra que titula
“Sueños Conscientes”, la cual será presentada a partir de octubre en varias
regiones del país.
Tras seis años sufridos el disco ya es una realidad
Sí, tenía todo a favor y a la vez todo en contra, lo
que me impedía avanzar. Pero el disco ya sale y es una nueva experiencia, con
un sonido muy cercano al de Cerati que es mi ídolo y encima con sus músicos. He
sido parte de la coproducción e incorporé instrumentación nuestra, como
charangos, que es la característica de Laguna Mental.
¿Cómo esperas que sea recibido en el ambiente local y
nacional?
No lo sé. En Bolivia no puedes esperar mucho porque no
hay apoyo al movimiento rockero nacional, ya lo he vivido en otras
oportunidades de parte de autoridades y también de los medios de comunicación.
Uno lo hace de manera totalmente independiente, sin esperar mucho apoyo.
¿Se trata de otro disco conceptual?
Sí, es un disco enmarcado en sueños que los he llevado
a la música o a la letra, en todo caso. Tienen un sonido muy “ceratiano”. Asimismo,
hay un tema del músico Juan Calderón, ya fallecido, que deberíamos haberlo
grabado y no se pudo, y que fue rescatado para homenajearlo. Era un gran músico
chuquisaqueño.
¿Te animas a un lanzamiento en tiempos de, según
algunos, crisis del rock?
Han surgido otros géneros que cautivan a las mayorías,
sin dudas. Pero no creo que el rock vaya a morir. El rock nunca morirá mientras
haya rockeros honestos.
¿Es difícil hacer rock en Bolivia?
Hay, por ejemplo, exigencias de los lugares donde
tocamos para hacer rock. Generalmente nos presentamos en lugares pequeños, y
los dueños de estos pubs nos sugieren tocar con pistas, lo cual abarataría costos,
pero no es lo ideal. Y, por otro lado, también nos piden tocar algunos covers
para contentar al público. Es así como funciona el medio.
¿Existe apoyo de las instituciones encargadas de la
cultura?
No, es muy difícil lograr aquello. Tendrías que estar
afiliado de alguna manera a la política; pero más aún, no pertenecer al
centralismo que de alguna manera también te cierra puertas. Yo he insistido
varias veces con tocar en La Paz, por ejemplo, pero es complicado y estar fuera
de aquel círculo nos limita.
Supongo que el público tampoco ayuda.
En todos mis proyectos siempre intenté componer, ser original. Pero lamentablemente el público te exige covers. Y los que supuestamente rechazan los covers tampoco apoyan a la producción nacional, a los que crean. Es un círculo complicado. Es raro nuestro país, haga lo que haga, rock progresivo o lo que sea, no hay respuesta. Siento que incluso los rangkins musicales son muy regionalistas. Pero no lo hago por figurar, lo hago por el rock.