Otras claves para entender la cuestión del litio
Examinando
la información publicada en los medios sobre el asunto crucial del litio,
lamentablemente se reitera una antigua convicción: somos un país minero sin
periodismo minero, o por lo menos sin un grado aceptable de especialización
sobre la materia. Con referencia a las llamadas redes sociales, sabido es que
difunden mucha basura desinformante, aunque poseen la virtud de permitirnos el
acceso a fuentes primarias documentales.
Las
anteriores apreciaciones se confirman en las últimas semanas a raíz del
presunto “destape” de la cuestión, convertida en asunto policiacojudicial. Un
asunto de la más alta prioridad nacional y de enorme complejidad, pues abarca
aspectos tecnocientíficos, políticos económicos, geopolíticos y otros, pasó a
manos de la caterva de jueces y fiscales que se constituyó durante el gobierno
de Evo Morales, sirvió dócilmente al gobierno dictatorial de Áñez-Murillo, y
ahora sirve, sin vergüenza alguna, a los dueños transitorios del poder. El tema
del litio degradado y sumergido en el nauseabundo lodazal de la politiquería
barata. A eso hemos llegado.
Eludiendo
sumarnos a la multitud de “opinadores”, y a riesgo de incomodar a los lectores
de papel impreso y poco acostumbrados a los nexos digitales, preferimos invitar
a los lectores a visitar algunas fuentes virtuales de utilidad. Concretamente:
una entrevista de Toto Salcedo en el canal cristiano realizada en diciembre de
2018 con Luis Alberto Echazú, principal protagonista de esta historia, en la
que se anticipa la posibilidad de críticas infundadas saturadas de envidia,
ignorancia, estupidez o servilismo consciente o inconsciente a intereses
extranjeros (buscar en YouTube El litio de Bolivia, en Encuentro con la
Verdad). Y dos presentaciones digitales del mismo Echazú, auspiciadas por una
red de militantes del MAS en Europa —buscar en Facebook Coordinadora MAS IPSP
Europa, Conversatorio con Luis Alberto Echazú, el antes y el ahora de la
industria del Litio (7 de marzo 2023) y Conversatorio con Luis Alberto Echazú,
Ex ministro de Minería y Metalurgia (18 de marzo 2024). Cabe hacer notar que
ambas muy ilustrativas conferencias se efectuaron varios meses antes del
truculento lanzamiento de las acusaciones dizque “judiciales” contra una decena
de operadores “implicados” en las obras, entre ellos el malogrado profesional
Juan Carlos Montenegro.
En
esta misma columna, recordando una entrevista en Canal 13 TVU, decíamos en
abril de 2021: “Dos prominentes investigadores, Narciso Cardozo y Justo Zapata,
abordaron la cuestión con gran solvencia académica. El primero explicó la
enorme importancia que este metal tendría en los siguientes años y, el segundo,
fundamentó el rechazo al contrato con la norteamericana Lithco que el gobierno
de Paz Zamora había colocado sobre la mesa. ¡Me corre un sudor frío por la
espalda al reparar que desde entonces han transcurrido más de 30 años!” (sitio
web de La Razón: Litio, litio qué estás haciendo, del 4 de abril de 2021).
En marzo de 2023 insistíamos: “Sorprende la
superficialidad y la desinformación que muestran diversos actores, en algunos
casos debido a la ignorancia supina, pero en otros se trata de encubrir
posturas antinacionales que pretenden vulnerar la política soberana —con sus
luces y sus sombras— que estuvo desarrollándose desde 2006” (La Razón: Litio,
algunas claves del laberinto, 19 de marzo de 2023).
En
abril alertábamos: “… conocidas las advertencias del brazo militar del
imperialismo (Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, fue muy
clara al respecto), cualquier asociación defensiva refuerza el rumbo soberano
en el tratamiento del tema y contrarresta las presiones que ya han comenzado a
ejecutarse” (La Razón: Más sobre el litio, 30 de abril de 2023).
Y
por estas mismas fechas, hace un año, volvíamos a la carga: “Es hora de
realizar un balance abierto y honesto de lo avanzado. Tomar en cuenta, además,
que podrían añadirse nuevas dificultades a la ya de por sí compleja cuestión:
el tema medioambiental y las expectativas de las comunidades locales y de los
pueblos de la región” (La Razón: El litio embadurnado por la politiquería, 14
de mayo de 2023).
Lo
que dijimos ha sido corroborado por la práctica. Peor aún, quizá nos quedamos
cortos. Nos asiste el convencimiento de que “denuncias” son la típica búsqueda
de tres pies al gato, un burdo afán politiquero que la vida se encargará de
poner en su lugar.